¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"¿Mentira o verdad?"
Cuando Blessie despertó, fue gracias al fuerte ruido de un trueno seguido de la terrible lluvia torrencial que se desató afuera. La castaña soltó un bufido de enojo; el día anterior les había prometido a Lucy y Edmund que jugarían todo el día a las atrapadas y otros juegos junto con Susan y Peter, pero lamentablemente no parecía que eso fuera a suceder.
La ojiazul miró el reloj en su escritorio y se dio cuenta de que eran las 6:00 am, había despertado antes de lo previsto. Tendría que encontrar algo para entretenerse hasta las 7:00 am, hora en que la señorita Mcready vendría a despertarlos para el desayuno. Tomó uno de sus libros favoritos, "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen, la escritora que la había hecho enamorarse de la literatura, y comenzó a leer desde donde lo había dejado. Sin embargo, poco después lo dejó con un suspiro lleno de frustración; estaba atravesando uno de sus peores bloqueos lectores. Culpar a la ausencia tan notable de su padre era algo común para ella, ya que solía recurrir a él en momentos de bloqueo tan frustrantes. Dejando el libro junto a los otros, decidió dibujar. Tomó su diario y continuó con el dibujo que había empezado el día anterior antes de que Edmund la interrumpiera.
Quince minutos después, el ruido del lápiz contra el papel y sus suspiros llamaron la atención de Lucy, quien despertó.
—¿Blessie? —preguntó la pequeña, frotándose un ojo para despertarse un poco más.
Blessie dejó de morderse la lengua y apartó la mirada de su dibujo hacia la pecosa, que la observaba con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.
—¿Qué haces despierta, pequitas? Aún falta para que la señorita Mcready nos venga a buscar. Deberías dormir un poco más —aconsejó la ojiazul con dulzura.
La niña sonrió ante el apodo cariñoso y se sentó en la cama, bostezando y estirándose.
—Ya no tengo sueño. ¿Qué estás haciendo?
—Estoy intentando terminar mi dibujo. ¿Quieres verlo? —preguntó Blessie, algo insegura de que Lucy pudiera rechazarla.
Sin embargo, Lucy salió de la cama y se acercó.
—¿Puedo acostarme contigo? Hace un poco de frío.
Blessie asintió y se apartó para que la pequeña pudiera acostarse. Se cubrieron con las sábanas y las mantas para protegerse del frío; Blessie odiaba el frío. Lucy tomó el dibujo de Blessie con cuidado y lo admiró.
—¡Guau, es hermoso, Bles! ¡Me encanta! —exclamó en voz baja. Blessie rió suavemente y observó el dibujo casi terminado; había agregado más detalles, como un tigre, una cebra, una jirafa y, encima de uno de los árboles, un oso con un hocico mejorado.
