¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Angustia y miedo"
Decir que Blessie estaba asustada, era poco, la ojiazul estaba aterrada. No sabía en qué momento esas personas que convivieron con ella en la casa del Profesor se habían vuelto tan importantes para ella, pero lo hicieron, y el solo pensamiento de que algo terrible le pueda ocurrir a Edmund, la destruía por dentro. Las lágrimas no abandonaban sus lindos ojos azules para no asustar más a Lucy, pero fue inevitable no derramar alguna cuando lo vio.
—No. —musitó estupefacta, viendo a Edmund entrar al castillo de la bruja Blanca—Ed no, por favor.
Se sentía tan culpable, estaba tan ensimismada en ella misma que no se dio cuenta de la ausencia del chico. Era su culpa, debió prestar atención a su alrededor. Era responsable, siempre velaba por la seguridad de otros, y más de las personas a las que consideraba amigos.
¿Cómo no te diste cuenta de que algo estaba mal cuando comenzaste a sentir el frío? –se reprochó a sí misma.
—¡Edmund! —gritó Lucy, sobresaltando a todos.
—Chist, te escuchará.
Peter intentó correr hacia el castillo, pero Blessie lo detuvo con fuerza. No iba a dejar que nadie más entrara a ese lugar que tanto miedo le daba.
—No. —exclamó el Castor, aliviado de que la niña pudiera haber agarrado a Peter.
—Suéltame, Blessie.
—Es eso lo que ella quiere.
—No podemos dejarlo solo.
—Es nuestro hermano.
—¡Es la carnada! —exclamó el Castor, y el corazón de Blessie se aceleró por el miedo—. La bruja quiere atraparlos.
—¿Por qué? —cuestionó Blessie, angustiada.
—Para evitar que tú conozcas a Aslan y la profecía se cumpla. ¡Los asesinará!
Los cuatro se miraron aterrados. Blessie se aferró al brazo de Peter, y el rubio le envió una mirada preocupada, antes de poner su azulada mirada en las puertas del castillo que se estaban cerrando.
—Todo esto es culpa de ustedes.
Ambos chicos se dieron la vuelta para ver a una enfurecida Susan.
—¿Qué?
—¿Nos culpas?
—Les dije que volviéramos, no quisieron escuchar y miren lo que pasó. —masculló enojada, haciendo que Blessie apretara los labios por la culpabilidad que azotaba su cuerpo.
—Entonces, ¿sabías lo que pasaría? —inquirió el rubio sarcástico.
Blessie miró a Lucy que tenía los ojos llenos de lágrimas, estaba asustada y supo que tenía que detener esa estúpida pelea.
