Tercera Cita

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-Wow...- Susurró Liam al ver a su amigo, Harry suspiró y se vio nuevamente al espejo, no estaba seguro de si se veía bien y no quería verse mal para Louis.

-¿Estás seguro de que me veo bien? ¿No es muy poco? No quiero que me rechace.- Liam bufó por lo desconfiado que era su amigo y se acercó a él tomándole de la chaqueta, haciendo que le viera fijamente.

-Te ves increíble, y si él no piensa eso, entonces tú y yo tendremos una cita, porque jamás te he deseado tanto.

Ambos se miraron seriamente para luego comenzar a reír a carcajadas.

Liam y Harry tenían un pasado romántico juntos, había que admitirlo, pero al empezar a conocerse más se dieron cuenta que era mejor que solo fueran amigos.

-Más le vale que lo valore, sino no te merece, tenlo por seguro.- Le aconsejó, Harry asintió a las palabras de su amigo y se miró nuevamente en el espejo.

Liam le había prestado aquel traje tan caro que él tenía para la noche especial de su mejor amigo y, debía admitir, algunas libras.

-Prometo devolvértelo todo tan rápido lo tenga.- Dijo Harry mientras desconectaba su celular del cargador.

-Tómalo como un regalo de cumpleaños.

Harry miró enojado a su amigo. No podía aceptar tanto dinero como regalo de cumpleaños, sabía que Liam no necesitaba tanto el dinero ya que tenía una mejor situación económica que él pero no podía aceptar el dinero regalado por principios.

-No puedo aceptarlo, de verdad, gracias pero no.- Finalizó Harry mientras bajaba las escaleras.

Liam volteó los ojos y siguió a su amigo hasta la puerta.

-No te contradigo porque sé que eres testarudo, pero si tienes dificultad para devolverlo, no hay problema.- Repitió el ojimiel.

Harry sentía que Liam a veces lo trataba como a una caridad, aunque el ojimiel no pensaba así. Él solo pensaba que entre amigos no debían haber deudas y menos después de tanto años juntos compartiendo una casa.

El rizado se despidió de su amigo y partió rumbo a lo de Louis sintiéndose nervioso a más no poder.

Bajó de su auto frente a la casa y fue a tocar timbre. Para su sorpresa, no fue Zayn quien abrió esta vez sino que el ojiazul.

-Tú nunca fallas en la puntualidad, ¿verdad?- Dijo Louis, sonriendo.

Harry sonrió. -¿Qué quieres que diga? Soy un chico cumplidor, si digo que te recogeré a las ocho, tal vez debas esperar ocho menos diez.- Ambos rieron.

Harry nuevamente fue caballero y abrió la puerta del copiloto para Louis. El mayor sonrió, seguido de un agradecimiento y se montó al auto.

El camino fue corto, mientras ambos perdían la noción del tiempo mientras hablaban de tonterías.

-¿En serio Jennifer Aniston? Es linda, pero a mi me gustaría más.- Louis fue interrumpido.

-¡Silencio! No me contradigas, Jennifer sería perfecta para tu película.

Ambos rieron por tomarse tan en serio la tonta idea que tenía Harry de montar una película sobre un apocalipsis de unicornios dementes donde una chica tenía que ir a la fuente de poder para que los unicornios volvieran a la normalidad.

Louis debía admitir que en estos tres días que había salido con él se había dado cuenta que al chico rizado se le iba un poco la olla, pero de una manera que lo hacía ver increíble.

-Te ves precioso.- Alagó Harry, al ver que el mayor se quedó absorto en sus pensamientos.

El sonrojo no tardó en venir a los mofletes de Louis, él no estaba seguro de si estaba bien vestido y lo único que quería era que Harry creyera que sí.

Las siete citas [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora