Cuarta Cita

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-¿Ya llegamos?- Preguntó por milésima vez Louis.

Harry solo asintió a mirarle enojado, el mayor venía molestando el viaje desde que habían salido, se notaba que no era muy paciente el ojiazul.

-¿Puedes esperar? Ya casi llegamos.- Contestó el rizado.

Louis miró a su alrededor, intentando divisar la playa. Fue su idea ir ahí, ya que Harry venía gastando mucho dinero y eso le estaba cansando, estaban a jueves y no habría mucha gente, el día estaba precioso y tenían la compañía el uno del otro.

¿Qué más podrían querer? el ojiazul divisó un supermercado y supo que más quería.

-Detente, quiero comprar algo de comer, Hazza.- Habló como niño pequeño.

Harry detuvo el carro y le miró con dulzura, ¿acaso le había llamado Hazza? Si, lo había hecho. Mientras tanto, el mayor no volteaba a verle, solo veía por la ventana hacía el mercado, mientras se mantenía sonrojado, el dulce apodo se le había escapado de los labios y no sabía que debía hacer ahora.

-Q-Quiero unas galletas de d-dinosaurio y un jugo.- Tartamudeó el ojiazul.

Harry río y posó su mano sobre la del mayor, haciendo que este se volteé y miré sus manos.

-Claro, ya vuelvo.- Contestó finalmente Harry, saliendo del coche.

Louis asintió y vio a su cita entrar al local mientras pensaba en los últimos treinta segundos. Debía ser más precavido, no podía dejar que su cerebro soltase por su boca todo lo que quiera.

Suspiró y echó para atrás el asiento de copiloto, relajándose. Se concentró y pudo sentir el aroma del coche, olía como a Harry, un aroma dulce y adictivo, se preguntó qué colonia usaba así podría impregnarla en su almohada y dormir abrazado a ella mientras imaginaba que era él.

Alejó esos pensamientos psicópatas de su cabeza y miró a su alrededor, Harry aún no volvía y tenía hambre.

Miró el piso del auto y se fijó que cosas habían por ahí, dándose cuenta que era muchísimo más ordenado de lo que el mayor era. Tenía un auto pequeño, el techo rozaba su pelo castaño, lo único que había eran cuentas atrasadas que pagar y notas de deudas que debía devolver. Louis se preguntó si Harry era de clase económica más baja que él.

"No me importaría si así fuera, no entiendo porque no me lo dice"Pensó el ojiazul, Harry entró por la puerta con dos helado para ambos junto a las compras del mayor, Louis sonrió.

-Gracias, Harry. ¿Cuánto te salió?- Preguntó Louis, mientras abría el paquete de galletas.

-No te preocupes, yo pago.

El mayor se detuvo al escuchar sus palabras, mientras el rizado arrancaba y seguía su rumbo hacía la playa.

No quería que Harry le pagara las galletas que él podía comprar, y más aún un helado que él ni había pedido, después de el pequeño descubrimiento de hace unos segundos se sentía mal al saber que el rizado gastaba un dineral en cada una de sus citas.

-¡Llegamos! -Festejó Harry.

Louis suspiró al salir de sus pensamientos, no se había dado cuenta que habían llegado.

Ambos ingresaron a la playa, y enseguida los pies de Louis tocaron la arena, este grito.

-¡Mierda! ¡Está hirviendo! - Gritó corriendo hacía la calle nuevamente.

Harry río, mientras veía como una señora miraba furiosa a Louis a la vez que tapaba las orejas de su hijo para que no escuchara las palabrotas del chico ojiazul.

-¿Ves? Es malo decir palabras malas, por eso jamás lo hago.- Presumió el rizado, ganándose una mirada de odio.

-Me quemé en la arena, ¿vale? Está muy caliente.

Harry sonrió por su oportunidad y se acercó lentamente hacia Louis y, tomándole desprevenido, le alzó en el aire, ganándose esta vez un grito de susto.

-¿Qué haces, tonto?-Cuestionó el mayor.

Harry rio y comenzó a caminar sobre la arena, sentía que el castaño exageraba con que estaba caliente, así que continuó su camino. Y, efectivamente, estaba caliente, pero no lo iba a admitir así que siguió caminando.

Louis frunció el ceño al ver que Harry no mostraba expresión alguna de disgusto.

-¿De verdad no sientes nada? Debes ser el hijo de Satanás y haberse criado en el infierno o algo, no es normal.-Se quejó Louis.

Harry se rió del berrinche del ojiazul y se detuvo, puso la toalla y después bajó el cuerpo del mayor delicadamente. Louis solo rió tiernamente por el detalle del rizado.

-Ahora iré a meterme.- Dijo Harry, quitándose la camisa.

Louis miró el torso del rizado y mordió su labio, para luego voltear su mirada sonrojada, sin creerse las obscenidades que habían pasado por su cerebro.

-¿Por qué?- Preguntó Louis.

Harry se descalzó y miró con cara de sufrimiento al ojiazul. -¡Porque me arden los malditos pies!- Gritó, enseguida dándose la vuelta y corriendo hacía el mar.

Louis empezó a reír a carcajadas, le importaba muy poco que las pocas personas que habían al rededor le vieran, la pasaba increíble con ese chico demente y no quería reprimirlo ni un segundo más, quería que Harry le conociera a fondo.

Se quitó su remera y corrió tras el rizado, mientras se metía al agua. Harry le vió y sonrió, jamás había visto al ojiazul hacer algo así sin ser obligado.

-¿Qué haces? ¿No deberías cuidar que nadie se ahogue, socorrista?- Se burló Harry, recibiendo un empujón del rizado.

-Un torpe chico insistente una vez me dijo que los socorristas también debemos divertirnos de vez en cuando.

Harry sonrió al recordar el día en que aceptó su invitación, se sentía más que feliz. Se acercó a Louis y con todo el valor que tenía dentro le besó como la noche pasada.

Sus labios encajaban perfectamente con los del otro, moviéndose al ritmo perfecto, era un beso dulce, las manos de Louis tocando el mojado cabello rizado de Harry.

Una ola apareció de la nada mojándolos a ambos.

-¡Mierda! - Gritó Harry.

Louis río por la actitud del rizado. -Hey, ¿no que tú no decías palabrotas?

Harry le fulminó con la mirada y le levantó nuevamente por los aires, mientras Louis reía.

-Ahora si que vas a tener que ser socorrista, porque una más de esas y te ahogo. - Amenazó el rizado.

Y entre risas y risas la velada pasó perfecta. Louis se recostó en la arena al lado de aquel chico que poco a poco empezaba a gustarle cada vez más, apoyó su mano en su pecho y descansó por unos momentos.

Las siete citas [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora