CAP. 10

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NARRADOR OMNISCIENTE

Samuel suspiró y miró a su padre en el campo jugando golf, así que decidió que era un buen momento para hablar con él y arreglar un poco las cosas entre ellos, ya que había sido todo demasiado tenso el día anterior.

S: -¿Querías hablar conmigo?

El castaño preguntó tanteando la atmósfera. Sin acercarse demasiado se quedó de pie mirándole mientras su padre seguía lanzando bolas hacia el frente.

SE: -Tu madre encontró estas "ecopelotas"- Se refería a las pelotas de golf que estaba lanzando hacia el mar. -Se disuelven en el agua.- Volvió a lanzar otra. -No sé cómo encuentra estas cosas- Su padre lo miró unos segundos. -En fin... está un poco disgustada. Parece que no fui buen anfitrión anoche.

Su padre vio caer otra pelota al mar y entonces le dirigió la mirada fijamente. Samuel seguía con sus manos en los bolsillos.

SE: -Fue una sorpresa saber que te ibas a casar- prosiguió el hombre, mirándole -sobre todo cuando no sabíamos que tenias novio. La cuestión aquí es que...te debo una disculpa.

Su padre estiró su mano para que se dieran un apretón. Samuel miró su mano y entonces elevó sus cejas. Lentamente sacó una de sus manos y le dio el apretón a su padre mientras asentía, no del todo seguro.

S: -Aceptada.

Samuel tomó uno de los palos de golf. Quizás ahora que estaban en paz con su padre podrían jugar un poco juntos.

SE: -Hay otra cosa...- Su padre volvió a lanzar otra pelota. -He estado revisando mis planes de retiro en los negocios y me puse a pensar. He hecho muchas cosas en mi vida, casi creé un imperio con tu madre de la nada. No significa nada...

El hombre mayor no pudo terminar porque Samuel terminó la frase por él.

S: -Si no hay a quién dárselo- El castaño bajó el palo de golf y frunció el ceño -Ya habíamos hablado de esto.

SE: -Quiero que lo hablemos de nuevo- Su padre levantó la voz -Tienes responsabilidades acá. He sido muy comprensivo sobre tus tonterías en Madrid. Necesito que te dejes de jueg-

S: -Ya empezamos- El castaño se había molestado con lo último y no lo dejó terminar. -¿Cuándo me vas a tomar en serio?

SE: -Cuando te comportes con seriedad.

S: -Perdóname- Samuel endureció su expresión y le miró fijamente. -Me das pena papá. Ojalá tuvieras otro hijo, de verdad. Alguien que quiera vivir aquí y quiera manejar el negocio. Alguien con una pareja de tu agrado. Pero no soy yo. Te debe de parecer rara mi vida en Madrid...sentado en una oficina, leyendo libros. Pero, ¿sabes qué? eso me hace feliz, ¿lo entiendes?

Su padre miraba al horizonte con su mandíbula apretada y su expresión de ligera molesta. El hombre asintió lentamente.

SE: -Si eso te hace feliz, hijo, no tengo nada más que decir.

S: -Por primera vez, ¿sabes qué?- Samuel lanzó el palo de golf al suelo. -No te acepto la disculpa, siempre suele ser lo mismo. Que te diviertas.

Samuel se retiró enfadado, necesitaba lanzar todo o hacer algo para distraerse, odiaba que su padre no lo tomara jamás en serio. Le frustraba demasiado.

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Mientras tanto, con nuestro pequeño Rub...

C: -Tenía que invitarlo. No podía dejarlo solo.- La madre de Samuel habló con una ligera sonrisa en su rostro.

G: -Siempre he venido aquí, aunque espero no ser una molestia- sonreía divertido el joven de ojos achinados 

La abuelita solo reía ante el comentario de Guillermo.

Rubén miró a su alrededor una vez más. ¿Qué hacía él con la abuelita, la mamá y ex novio de Samuel en un bar horriblemente feo y jodido? Y eso no ere todo, oh no, claro que no. Las mesas eran de madera, el lugar parecía viejo y estaba apestando a humo por todas partes. Suspiró cansado e intentó alejar su maletín lo más que pudo de todo para así evitar mancharlo. Además, de haber sabido que venían a un lugar como este, no se habría puesto su camisa favorita por ningún motivo, no quería que su amada prenda terminara manchándose o con el olor a humo impregnado en ella.

A: -Ojalá estés listo pata tu regalo sorpresa, Rubén. Porque este es uno de los mayores tesoros de Andorra.

El peliblanco abrió mucho los ojos y miró a las tres personas frente a él. No quería un regalo sorpresa. No más sorpresas como esas, ya no.

A: -¿Verdad?- Rubén le dedicó una pequeña sonrisa a la abuelita.

C: -Oh, sí.

G: -Esto tienes que vivirlo Rubén- Guillermo le miraba divertido mientras agarraba una de las botellas de cerveza para beberla. Rubén lucía incómodo, ¿por qué razón no tomaba en una copa o un vaso?

Intentó sonreír aunque le estaba costando de sobremanera el hacerlo realmente. Alejó sus manos de la mesa, no sabía qué personas habían puesto sus manos en ella. Esto no era nada parecido a los clubes de Madrid. De repente las luces se apagaron por completo dejando a oscuras a todo el lugar. El menor abrió mucho sus ojos y miró a todos lados. Esto era malo, con todas las luces apagadas las personas podrían aprovechar de robarse su preciado maletín junto con su celular. 

C: -Esta es la sorpresa de la que te hablé. ¿Estás listo?

Nuevamente el peliblanco miró confundido a la madre de Samuel, aunque veía muy poco.

De un momento a otro una luz se prendió y el pequeño escenario fue iluminado. Había una silla en el centro de este. Rubén alzó las cejas. Comenzaban a formarse muchas ideas en su cabeza, y esperaba con todas sus fuerzas que no fuera una de ellas, porque solo se imaginaba cosas horribles.

A: -¡Rubius, te va a encantar!- La abuelita de Samuel parecía sumamente emocionada. El menor la miró y le sonrió lo más que pudo mostrando sus dientes para no hacerla sentir mal.

Muchos gritos comenzaron a escucharse en el bar, la mayoría de las mujeres y las luces comenzaron a moverse buscando algo o alguien. La música comenzó a sonar con mayor fuerza en el lugar.

Y entonces, desde un balcón que había en el bar, lo vio. Rubén abrió sus ojos grandemente y deseó con todas sus fuerzas haber sido deportado en ese momento...


La Propuesta-RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora