CAP. 3

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NARRADOR OMNISCIENTE

Y ahí estaba, caminando detrás de Rubén hasta la oficina de inmigración para contarles que pronto se casarían, ¡Qué bien!

Rubén entro primero al lugar con su portafolio de marca D&G y su celular en mano. Se encontró con mucha gente que, claramente esperaría nunca volver a ver, le fastidiaban bastante las filas, y al parecer todo el mundo había elegido precisamente ese día para asistir a la oficina.

Apego un poco mas las cosas a su cuerpo por si alguien le intentaba robar, a vista de él, todas aquellas personas eran pobres y seguramente querían su celular último modelo. Caminaron un poco más, y con Samuel tras él, se toparon con una fila tremenda para poder ser atendidos. Pero como era de esperarse, a Rubén Doblas nadie, absolutamente nadie lo hacia esperar, oh no, por supuesto que no.

R: -Ven acá- Le ordenó a Samuel. 

S: -Rubén...-

R: -Shhh, que vengas ya.-

S: -No lo hagas- susurraba el mayor. 

X: -¡Siguiente!- Pidió el hombre que atendía como un perezoso. Su voz sonaba muy lenta, tanto que si lo escuchabas por un minuto más acabarías dormido.

Antes de que la persona en la fila pasara para ser atendida, Rubén paso casi al instante, colándose en la fila.

R: -Lo siento, solo quiero preguntar algo- Pidió a la mujer quien le devolvió una mirada algo irritada. Rubén la ignoró y miro al sujeto que atendía.  

Samuel solo se limito a susurrar un "Lo siento". Y es que el castaño no podía hacer más que disculparse, el peliblanco siempre hacia lo mismo, hacia lo que quería con quien fuera y en donde fuera; no había remedio, y nadie, aunque fuera el jefe máximo de la empresa podía contra él, eso estaba dicho.

R: -Quiero solicitar esta Visa para Esposo- dijo esbozando una pequeña sonrisa.

Le entregó su carpeta al hombre, el cual lo miraba sin ninguna emoción reflejada en su rostro. Este alzó un poco sus cejas, soltando un suspiro, abrió aquella carpeta y la revisó. 

X: -¿Señor Doblas?-

R: -Sí- Afirmaba orgulloso.

X: -Vengan, acompáñenme.-

El hombre los dejo en una oficina algo apartada. Samuel tomo asiento y Rubén quedó de pie, contestando algunos mensajes que no pudo leer en la oficina.

S: -Tengo un mal presentimiento de esto- Murmuró

Justo en ese momento apareció un hombre tras la puerta de vidrio. Rubén se movió un poco para que este pasara. El lugar era más estrecho de lo que se veía.

X: -Hola, hola- decia aquel hombre entrando muy animado.

S: -Hola...-

X: -¿Cómo están? Soy Raúl Álvarez- se presentó, luego miro al castaño -Tú debes de ser Samuel De Luque- Después miro al peliblanco- Y tú debes ser Rubén Doblas.-

R: --

RA: -Disculpen la espera, es un día de locos.-

R: -Ah, por supuesto. Entendemos perfectamente; y no sabe lo mucho que le agradecemos que nos concediera una cita ahora.- Expresó el menor mientras sonreía. 

RA: -Está bien- Tomó la carpeta, leyó y sacó ciertas conclusiones. Algún que otro rumor le había llegado sobre aquella pareja. -Les tengo una pregunta. ¿Están cometiendo fraude para evitar que lo deporten y así conservar su puesto como editor en jefe en su empresa?-

La Propuesta-RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora