CAP. 15

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Samuel apretó sus manos mientras las juntaba. ¿Qué pasaría si...?

Rubén le miró fijamente unos segundos y luego bajó la mirada hacia las mantas, el contacto visual con Samuel le estaba poniendo demasiado nervioso.

Samuel no podía dejar de observar la fina figura de sus labios, le parecían delgados, pero demasiado llamativos ante su mirada, era como si hubiera un imán que le estuviera haciendo acercarse demasiado. Rubén elevó la mirada con sus ojos muy abiertos cuando se percató de la cercanía de Samuel, más no se alejó.

Podía sentir su respiración ir más rápido justo frente a sus narices, Elevó su rostro hacía él como respuesta y le miró, podía verse a él mismo en los ojos negros como reflejo. Samuel bajó su vista una vez más y rizó su nariz con delicadeza. Fue apenas un roce, pero fue suficiente para que Rubén cerrara sus ojos por completo.

Samuel no pudo evitar la tentación y terminó por besar sus labios. Tal como pensó, eran sumamente suaves. Cerró sus ojos lentamente mientras ladeaba su rostro buscando más contacto con él.

Rubén correspondió al beso de la misma manera en que Samuel lo llevaba. El castaño saboreó lentamente su labio inferior y Rubén no pudo evitar entreabrir sus labios y profundizar el beso. La boca del peliblanco era terriblemente adictiva y quería sacar mayor provecho por el momento.

Rubén se dejaba acariciar por la lengua de Samuel sin poner queja alguna, la verdad es que estaba lejos de desagradarle esa sensación. Apretó sus labios en torno a los del mayor y luego besó su labio inferior mientras daban por terminada la caricia.

Se separaron lentamente rozando sus narices y se miraron unos momentos mientras sentían sus respiraciones agitadas. El sentimiento de confusión sobre lo que había sucedido vino de lleno. Rubén tragó saliva y entonces desvió su mirada rápidamente mientras se apoyaba sobre sus rodillas en la cama para luego levantarse nervioso.

R: -¿Quieres un poco de café?

S: -Si

El peliblanco tomó una de las tazas de café que había traído la mamá de Samuel y se la extendió al mayor.

R: -¿Sabes?, creo... que iré a tomar un poco de aire

S: -¿A dónde?

Samuel miraba al menor con un poco de nerviosismo en él. Rubén se levantó y tomó una de las mantas mientras la pasaba por su cuerpo en un arranque estúpido de nervios.

R: -Sólo tengo ganas de ir... afuera. Tú, disfruta de tu café

Y fue así como el peliblanco salió lo más rápido que hasta la siguiente puerta. Samuel le seguía con la mirada.

S: -Está... bien, Doblas. P-pero... ese es el baño.

Rubén se reprendió mentalmente cuando abrió la puerta. No quería voltear  verlo porque suponía que estaba totalmente avergonzado. Así que simplemente asintió.

R: -Oh... vale, vale...Sólo...voy a ducharme y luego saldré.

Rubén se encerró en el baño rápidamente y Samuel se dejó caer sobre las almohadas mirando al techo. ¿Cómo había pasado aquello? ¿Cómo es que se había quedado hipnotizado con el peliblanco?. Suspiró intentando relajarse y que aquellos nervios desaparecieran de una vez por todas. 

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Rubén intentó calmarse y caminó por el jardín algo rápido, pensando dónde poder ir y no ver a Samuel. No es que ya no quisiera verlo definitivamente, no, al contrario, Samuel le atraía, le gustaba, o algo, pero se negaba a aceptarlo como tal.

La Propuesta-RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora