╓Capitulo 34╖

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─ Hey, YoonGi.

NamJoon entró a su casa después de hacer las compras de la semana, había aprendido, por JiMin, que esa era una mejor manera de evitar salir de casa diariamente, encima con tremenda temporada en Seul, si bien no hacía demasiado calor, para él era insoportable salir a las calles simplemente para hacer compras, así que, llegó con un montón de bolsas, llevándolas todas directo al refrigerador.

Cuando no oyó respuesta de su novio, una parte de él se preocupó, aunque seguramente al final YoonGi debía de estar tomando solo una siesta como siempre hacía, eso para después levantarse al sentir el olor de comida llenar la habitación.

Cuando llegó a su cuarto, observó al pequeño pelirrojo jugando con su cola, YoonGi la movía de lado a lado, y su mirada perseguía el movimiento, meneando las orejas cada que su cola se mantenía quieta, no era la primera vez que lo hacía, pero tampoco YoonGi solía sacar ese lado suyo con tanta frecuencia.

─ Te hablé al entrar, YoonGi ¿Estás sordo? ¿De nuevo no te lavaste bien las orejas?

YoonGi negó con la cabeza, encontrándose con la mirada penetrante del mayor y entonces NamJoon pudo ver en esos preciosos y tiernos ojos, que algo no andaba bien. NamJoon caminó hasta sentarse a su lado, notando apenas que el pelirrojo tenía un sobre abierto en su regazo, un sobre grande, todo arañado, seguro YoonGi había perdido la paciencia cuando el material no cedía.

─ ¿Qué es eso?─ NamJoon tomó el papel y por un momento YoonGi quiso detenerlo, quiso que no leyera, deseó haber tenido la fuerza para ser egoísta y romper en mil pedazos ese papel o arrojarlo a la basura, solo... No pudo.

─ Tu boleto de avión, el ciclo acaba en una semana ¿No? Eso dice ahí... Y quieren que te vayas adaptando al cambio, así que está programado para la semana que viene, todo pagado, Estados Unidos.

NamJoon comprobaba con sus ojos lo que su pequeño le decía, se sentía feliz, su universidad le estaba dando la oportunidad de llevar su amor por el arte a un nuevo nivel, de explorar horizontes que nunca antes se hubiera imaginado, pero cuando quiso abrazar a su novio, este se negó, tirándose hacia atrás, colocando su mano sobre el pecho del mayor, deteniéndolo.

─ ¿Qué pasa, YoonGi?─ Gruñó, no le gustaba que su novio se niegue a besarlo, intentaba comprender pero una parte de su corazón se encogía y enojaba al ser rechazado de esa manera.

YoonGi negó con la cabeza y se acercó a él, quitándole el sobre para sentarse sobre las piernas de NamJoon, y después de colocar sus manos sobre sus mejillas, atrajo su rostro al propio para besarlo, un beso al que definitivamente NamJoon no se resistiría ni por muy enojado que esté.

El pequeño pelirrojo empezó a mecer sus caderas hacía adelante y hacía atrás, mientras las manos del mayor tomaron su trasero, presionándolo entre sus dedos, robándole un gemido, erizando su larga cola ante el placer que le proporcionaba que NamJoon lo cogiera así, demandante, con fuerza y posesión.

─ Fóllame.─ Ronroneó el minino apenas sus labios se separaron, NamJoon por esa fracción de segundo pudo observar los ojos marrones de su novio, brillando, llenos de un sentimiento que podía confundirse con lujuria, pero no era eso, lo sabía, YoonGi le estaba ocultando algo y no se lo planeaba decir. Sintió las manos hábiles del menor empezar a desabrochar su pantalón, teniendo el miembro de NamJoon fuera de la tela, iniciando con un rápido movimiento de sus dos manos sobre toda la longitud en cuestión de segundos, robándole varios jadeos al mayor, olvidándose por completo de como inició ese juego.─ Fóllame, NamJoon.

─ YoonGi.

Pero NamJoon no se resistió, como siempre, se entregó al inmenso placer que le causaba el cuerpo de su novio, los gemidos y cada centímetro de él, al igual que la conexión que sentía al hundirse en su interior, y disfrutaba de YoonGi perdido entre tantos sentimientos juntos, hasta que en unas últimas embestidas, ambos llegaban juntos al clímax, siempre tomados de la mano, descansando el uno contra el otro.

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