¡SE BUSCA! - DIOS - ¡VIVO O MUERTO!

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El que un Satanista no cree en Dios es un concepto popular bastante erróneo.
El concepto de «Dios», tal como es interpretado por el hombre, ha sido tan
variado a través de todas las épocas, que el Satanista simplemente aceptar la
definición que mejor se ajuste a sus necesidades. El hombre siempre ha
creado sus dioses, en vez de sus dioses haberlo creado a él . Para unos, Dios
es benévolo; para otros, resulta aterrador. Para el Satanista, «Dios» —por
cualquier nombre que se le llame, o bien por ningún nombre en absoluto— es
visto como el factor de equilibrio en la Naturaleza, y no como un ser al que le
preocupe el sufrimiento. Esta poderosa fuerza que permea y equilibra el
universo es demasiado impersonal para preocuparse por la felicidad o la
miseria de las criaturas de carne y hueso de esta bola de mierda sobre la cual
vivimos.
Cualquiera que piense en Satán como malo debería tener en cuenta todos los
hombres, mujeres, niños y animales que han muerto porque ello era
«Voluntad de Dios». Con toda seguridad, una persona que lamente la pérdida
inoportuna de un ser querido ¡preferiría mil veces tenerla otra vez junto a sí
que en las manos de Dios! En cambio, son consolados melosamente por el
clérigo de turno que dice «Fue la voluntad de Dios, hija mía»; o «Ahora
descansa en las manos de Dios, hijo mío». Tales frases han sido una manera
conveniente que los religiosos han utilizado para justificar o excusar la
impiedad de Dios. Pero si Dios está al mando y es tan benévolo como se
supone que es, ¿por qué permite que pasen estas cosas? Durante mucho
tiempo los religiosos se han abalanzado sobre sus biblias y reglamentos para
probar o refutar, justificar, condenar o interpretar.
El Satanista se da cuenta que el hombre, y la acción y reacción del Universo,
son responsables de todo lo que ocurre, y no se engaña creyendo que a
alguien le importa. ¡Ya no nos quedaremos sentados y aceptaremos el
«destino» sin hacer algo al respecto, sólo porque así lo dice en el Capítulo tal
y cual, Salmo así y asá, y baste con eso! El Satanista sabe que el rezar no
ayudará mucho —de hecho, disminuye las posibilidades de éxito, ya que lo
que suelen hacer las personas devotas es sentarse complacidamente y rezar
por una situación que, si hicieran algo, ¡la resolverían mucho más rápido!
El Satanista rehuye términos como «esperanza» y «oración» ya que son
indicio de aprehensión. Si esperamos y rezamos para que suceda algo, ¡no
actuaremos en una forma positiva para hacer que suceda! El Satanista,
dándose cuenta que cualquier cosa que consiga es gracias a sus propios
actos, toma control de la situación en lugar de rezarle a Dios para que ello
suceda. El pensamiento positivo y la acción positiva añaden los resultados.
Así como el Satanista no reza para pedir la ayuda de Dios, tampoco le reza
para que lo perdone por sus propios errores. En otras religiones, cuando uno
hace mal, va y se le reza a Dios, o se confiesa a un intermediario y le pide que
ore a Dios para que le perdone por sus pecados. El Satanista sabe que si la
oración es de ningún provecho, el confesarse ante otro ser humano como él
mismo, es menos provechoso —y es por demás, degradante.
Cuando un Satanista comete un error, se da cuenta que cometer errores es  algo natural —y si se siente mal por lo que ha hecho, aprenderá de ello y se
cuidará de no hacer lo mismo de nuevo. Si no se siente mal por lo que ha
hecho, y sabe que hará lo mismo una y otra vez, no tiene porque ir a
confesarse, mucho menos pedir perdón. Pero esto es exactamente lo que
sucede. La gente confiesa sus pecados para que puedan limpiar sus
conciencias— y tener la libertad de seguir pecando una y otra vez, casi
siempre cometiendo el mismo pecado.
Hay tantas definiciones de Dios, en el sentido acostumbrado de la palabra,
como tipos de personas. Las imágenes van desde la creencia en un dios que
es más bien una idea algo vaga, una especie de «mente cósmica universal»,
hasta una deidad antropomórfica con una larga barba blanca y sandalias que
sigue con atención todas las acciones de cada individuo. Aún dentro de los
confines de una religión dada, las interpretaciones personales de Dios difieren
enormemente. Algunas religiones van hasta el punto de etiquetar a alguien
que pertenece a una secta religiosa que no sea la de ellos, til dándolo de
hereje, aunque las doctrinas generales e impresiones que se tienen de la
divinidad sean bastante parecidas. Por ejemplo, los Católicos creen que los
Protestantes están condenados al Infierno simplemente porque no pertenecen
a la Iglesia Católica. De igual manera, muchos grupos que se han separado de
la fe Cristiana, como las iglesias evangélicas o revivalistas, creen que los
Católicos son paganos que adoran imágenes. (Cristo es representado en una
imagen que sea físicamente más parecida al individuo que lo esté adorando, y
sin embargo los Cristianos critican a los «paganos» por adorar imágenes
labradas.) Y a los Judíos siempre se les ha identificado con el Diablo.
Si bien en todas estas religiones el dios es básicamente el mismo, cada una se
refiere al camino elegido por las otras como reprochable, y para colmo de
males, cada uno de sus miembros REZA por los de las demás. Tienen
desprecio por sus hermanos en la fe solo porque sus religiones portan
distintas etiquetas, y tienen que liberar esa animosidad de alguna manera.
Qué mejor forma de hacerlo, en vez de «orar» ¡Qué manera tan ridículamente
cortés de decir «te odio»; tal es el apenas disimulado recurso conocido como
«orar por tu enemigo» ¡Rezar por el propio enemigo no es más que rabia
disfrazada y reprimida, y decididamente de una calidad bastante rastrera e
inferior!
Si ha habido una discrepancia tan violenta en cuanto a la manera apropiada
de adorar a Dios, ¿Cuántas interpretaciones de Dios puede haber —y quién
tiene la razón?
Todos los devotos a las «religiones de luz blanca» se ocupan de complacer a
su Dios para que, al morir, puedan tener abiertas para sí las «Puertas
Perladas». Sin embargo, si un hombre no ha vivido su vida según los
reglamentos de su fe, puede, a último minuto, llamar un clérigo a su lecho de
muerte para la absolución final. El sacerdote, pastor o ministro irá corriendo
entonces, para que haga «las paces con Dios», y para cerciorarse de que el
pasaporte para el Reino Celestial esté en toda regla. (Los Yezidis, una secta
musulmana de adoradores del Diablo, adoptan un punto de vista muy distinto.
Creen que Dios es todopoderoso, pero que también lo perdona todo, y que su
misericordia es infinita, y por ende, creen que es al Diablo al que deben
complacer, ya que es el que rige sus vidas mientras estén aquí en la Tierra.Creen tan firmemente que Dios perdonará todos sus pecados una vez que se
les den los últimos ritos, que no sienten necesidad alguna de preocuparse con
la opinión que de ellos tenga Dios mientras viven).
Con todas las contradicciones en las escrituras Cristianas, hoy en día mucha
gente no acepta racionalmente el Cristianismo de la manera en que ha sido
practicado en el pasado. Un gran número de personas está comenzando a
dudar de la existencia de Dios, en el sentido establecido de la palabra.
Algunos hasta han comenzado a llamarse «Cristianos Ateos». En verdad, la
Biblia Cristiana es un montón de contradicciones; pero ¿Qué podría ser más
contradictorio que el término «Ateo Cristiano»? Si los mismos líderes
prominentes de la fe Cristiana están rechazando las interpretaciones
anteriores de Dios, ¿Cómo puede esperarse que sus seguidores se adhieran a
tradiciones religiosas del pasado?
Con todos los debates acerca de si Dios ha muerto o no, si no lo está, ¡mejor que vaya a CUIDADOS INTENSIVOS!

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