LA CÁMARA RITUAL, O CÁMARA DE «DESCOMPRESIÓN INTELECTUAL»

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Una ceremonia mágica puede ser realizada por uno mismo o en grupo, pero
primero deben aclararse las ventajas en cada caso.
Un ritual en grupo es ciertamente mucho más útil a la hora de reforzar la fe, y
de incrementar la sensación de poder, que una ceremonia privada. La reunión
de personas que se dedican a una filosofía común es bastante útil para
renovar la confianza en el poder de la magia. La masificación y populachería
de la religión es lo que la ha mantenido. Cuando la religión se convierte en
una situación solitaria, se llega a una situación de auto-negación, que casi
siempre suele tomarse como comportamiento anti-social.
Es por esta razón que el Satanista debería intentar buscar otras personas con
quienes pueda realizar ese tipo de ceremonia.
En el caso de un hechizo producto de un ritual de destrucción, puede serle de
ayuda al mago el hecho que su deseo se intensifique gracias a otros miembros
del grupo. No hay nada en este tipo de ceremonia que pueda avergonzar a
quienes dirigen un ritual de éste tipo, ya que la ira y la destrucción simbólica
de la víctima son sus ingredientes principales.
Por otro lado, un ritual de compasión, que generalmente consiste en el
derramamiento de lágrimas sin rastro alguno de vergüenza, o de un ritual de
sexo, con el clímax masturbatorio y orgásmico correspondiente, será más
eficiente si se realiza en privado.
En la cámara ritual no hay lugar para la autoconsciencia, a menos que la
autoconsciencia misma sea parte integral del papel que se desempeñe en ese
momento, y puede ser utilizada en beneficio propio; por ejemplo, la vergüenza
que pueda sentir una mujer prudente que está haciendo las veces de altar y
quien, muy a su pesar, sienta algún tipo de estímulo sexual.
Sin embargo, incluso en un ritual privado, las invocaciones preliminares y
otros utensilios estándar deberían ser utilizados antes de que se dé lugar a las
fantasías y otro tipo de «elementos» por parte de quien realiza el ritual. La
parte «formal» del ritual puede realizarse en el mismo recinto o cámara ritual
en el que se lleve a cabo la parte «personal» del mismo —o bien, la ceremonia
formal en un lado y la personal en otro. El principio y fin del ritual se debe
llevar a cabo en los confines de la cámara ritual, que contenga los distintos
elementos simbólicos (altar, cáliz, etc).
El principio y final formalizados de la ceremonia actúan como un elemento
anti-intelectual y dogmático, cuyo propósito es desasociar las actividades y el
marco de referencia del mundo exterior de las que se lleven a cabo en la
cámara ritual, donde debe actuarse como un todo con el ambiente circundante. Esta faceta de la ceremonia es más importante para personas de
tipo intelectual, ya que necesita especialmente del efecto de «cámara de
descompresión» que proveen los cantos, letanías, campanas, el gong, las
velas, y demás elementos, antes que pueda poner toda su voluntad en
beneficio propio, en la proyección y utilización de su imaginería.
La «cámara de descompresión intelectual» del Templo Satánico debe ser
considerada como una escuela de entrenamiento para la ignorancia temporal,
¡cómo lo son TODOS los servicios religiosos! La diferencia es que el Satanista
SABE que está practicando una forma de ignorancia ideada para poder
expandir e incrementar su voluntad, mientras que otro religioso no lo sabe —
o si lo sabe, lo practica auto-engañándose, lo que le impide reconocerla como
tal. ¡Su ego está demasiado lleno de inoculaciones religiosas cómo para
permitirse admitir tal tipo de ignorancia ideada!

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