Capítulo 7: Libertad

130 21 9
                                    


-Oh, mira, pero si sabes sonreír. -ese comentario te hizo levantar tus cejas y ladear una sonrisa.- Pensé que te habías olvidado, aunque con Peter parece que te es imposible reprimirte.

-Lo que es imposible es hacerle callar. -soltaste una carcajada sincera haciendo que Steve sonriera ampliamente al escucharte.- Es un buen chico. Él me ha estado haciendo más compañía de la que esperaba y se lo agradezco... Aunque no se lo pidiera y no estuviera de humor, nunca me dejaba sola, él me recuerda a...

-Así da gusto veros. -dijo una voz femenina interrumpiendo vuestra íntima conversación.

------------------------------

-Tienes suerte Capi. -dijo una voz masculina después.

Los dos girasteis la cabeza hacia la puerta a la vez de forma mecánica y visteis a la pelirroja de brazos cruzados y apoyada en el marco de la puerta, no muy lejos de ella había un hombre de tez oscura mirándoos con expresión burlona.

-De que yo no sea Tony, claro. -aclaró el hombre y soltó una carcajada.

Te quedaste rígida, acababas de darte cuenta de la situación. No podíais estar más cerca el uno del otro: tu mano todavía seguía posada sobre su pecho y una de sus grandes manos la envolvía. Tardaste unos segundos en reaccionar mientras se te subían los colores a las mejillas, lo único que pudiste hacer fue darle un empujón para separarte de él y aclararte la garganta.

-Joder... bueno... -espetaste intentando no cruzar miradas con nadie.

-¿Entonces, ahora ya todo bien? -dijo Natasha con expresión curiosa arqueando una de sus cejas y cortándote.

-Por supuesto. -pudiste ver al capitán sonreír de forma relajada, al contrario que tú, parecía tranquilo respecto a la situación.- Volvemos a ser compañeros y parece que hemos arreglado el problema.

-¿Compañeros? -dijiste de golpe haciendo que se le borrara la sonrisa y en sus ojos azules apareciera una nota de preocupación.- ¿Alguna vez hemos sido compañeros? -sonreíste burlona. Como siempre, optaste por sacar tu lado irónico para intentar encubrir tu vergüenza, aunque eso no ocultaba tus obvias mejillas rojas.- Supongo que sí, ahora sí que lo somos. -el contrario al escucharte y ver tu expresión volvió a sonreír despreocupado.

-Menos mal... Escuchaba un lamento más de su parte y me volvía loco. -habló de nuevo el hombre que acompañaba a Nat.

-Ha sido culpa de Natasha, si no me hubiese estado...

-Ella no me estaba hablando todo el día de TN y del por qué no quería entrenar con ella, o porqué nadie debería entrar con ella o al final si deberían entrenar con ella o del cómo debería intentar hablar con ella para arreglarlo. -le cortó.

El capitán pasó de estar despreocupado a estar tenso, la mandíbula flexionada le delataba y su mano nerviosa rascando su cuello también.

-¿Quién eres? -espetaste en un intento de cortar la tensión y evitar más el tema.

-Soy Sam Wilson conocido como Falcon o fiel compañero de Steve. -este se había ido acercando a vosotros, ahora había dejado caer pesadamente su mano sobre el hombro del Capitán América.

-Encantada, yo soy...

-TN, lo sé. Aquí nuestro amigo el Capitán me ha dejado claro quién eres. -dijo ahora zarandeando a su amigo.

-Es algo exagerado. -dijo Rogers intentando evitar el contacto visual contigo, pues bajo sus pecas empezaba a asomarse un tono rosáceo de la vergüenza.

La Hija de Extremis (Steve Rogers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora