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Me despierto asustada estoy en mi cuarto no recuerdo casi nada solo a Sebastian que me decía algo, pero no entendía nada todo me llegaba distorsionado. Veo la hora en mi celular son las tres y cuarenta de la madrugada. Intento dormirme otra vez, pero cada que cierro los ojos aparecen las malditas gradas ante mi ¿por qué les tengo tanto miedo?, me siento cansada y quiero dormir, pero estoy asustada. Me decido a ir al cuarto de Sebastian... Por su culpa estoy así ¿no? Me levanto de la cama estoy con una sudadera que por un poquito más me llega a las rodillas, debe ser de Sebastian.
Salgo de mi cuarto rogando que la puerta de su habitación no esté con seguro, para mi suerte no lo está, la abro lentamente camino silenciosamente hasta su cama. Se ve muy...  violable, la cobija esta hasta su cadera y esta semidesnudo, tiene una mano bajo la almohada y la otra sobre su... amiguito bueno no amigote, vamos Turquesa controla tus hormonas. Si siempre estuviera así de tranquilo tal vez podría tenerle hasta algo de cariño ¿Qué piensas Turquesa? Sin importar que se porte bien o mal ya lo quieres, me acuesto junto a él lentamente tratando de no hacer que se despierte, pero con lo torpe que soy termino golpeándolo.

—¿Qué pasa?—me cuestiona con la voz ronca y sexi... muy sexi.

—No puedo dormir.

—¿Te sientes bien?

—Si.

—¿Por qué te desmayaste?

—Climacofobia (fobia a las gradas y escaleras, no tengo miedo a todas solo las eléctricas)

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Si lo hice.

—Deberías llamar a tu mama.

—¿Se lo dijiste?

—No sabía qué hacer, dijo que mañana ósea hoy se regresaba a primera hora, y si te ven así, nos van a matar.

—¿Así como?

—Con golpes en tu rostro.

—Dame tu celular.

—Para algo tienes él tuyo.

—Como tú dijiste es antiguo y no sirve casi para nada —la verdad me da pereza ir a buscarlo.

—Ok ya.

Me da su celular ya cuando mi mama contesto y en altavoz.

—Sebitas ¿ya estas más tranquilo? ¿Cómo esta? ¿Está bien?

—Tranquila mami estoy bien.

—Mi amor, mi chiquita ¿te sientes bien?

—Si mami, tranquila.

—¿Segura?

—Si mami estoy bien no te preocupes.

—¿Por qué no le dijiste?

—Ya sabes que no me gusta que la gente sepa esas cosasacerca de mi.

—Pero es algo grave Turquesa.

—Ya estoy bien... ¿Y dime tu como estas?

—Muy bien, pero los extraño mucho, mañana regreso bebe.

Sebastian me hace señas para que le diga que no.

—No mami como crees acabas de irte no quiero que arruines tu luna de miel por mi culpa, tu tranquila ya estoy bien, para cuando llegues talvez hasta ya me olvide de lo que paso.

—Si lo sé, pero pensé mejor las cosas, no debí dejarte me preocupa que estés a solas con Sebas, a veces es algo... Intenso.

—Tranquila mami se defenderme, entrene boxeo recuerdas, y además me odia y yo también a él es casi imposible que nos acerquemos.

SEBASTIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora