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Han pasado ya varias semanas desde que Turquesa decidió alejarse definitivamente de mí y contrario a lo que esperaba logro aguantar a su ajetreada rutina, no hemos hablado, ni tampoco la veo mucho, solo a las horas de la comida, de lunes a viernes, los sábados y domingos la veo un par de veces más pero no puedo decirle nada ya que siempre estamos con nuestros papas. Ahora estoy muy seguro de que esto no era solo un capricho, ni siquiera tengo el coraje para tocar a otra mujer, ya varias veces lo he intentado, pero siento que la estoy engañando, no sé si ella este igual que yo, no creo que solo evitar vernos y no hablar sea suficiente.

Erick se ha quedado todo este tiempo en la casa y no, no dormimos en la misma habitación, él duerme en el piso de abajo. En la universidad ya solo nos llevamos los dos y por ende ha habido rumores de que somo pareja, que asco de sociedad en la que vivimos tienden a especular cosas dejándose guiar solo por las apariencias, ahora dos hombres no pueden llevarse bien porque luego creen que son homosexuales, pensé que eso era algo de antes, pero no, en pleno siglo XXI la gente sigue siendo ignorante. Las calificaciones de Erick han subido, tanto que hasta sus hermanos lo han felicitado, después de dos meses recupere mi puesto como el mejor en la carrera y ahora Erick también quiere serlo en la suya, resulta que le gusta estudiar.

En cinco días es el cumpleaños de Turquesa quiero darle algo pero no sé qué, tengo miedo de cómo va a reaccionar, sé que es una persona que no le gustan las sorpresas hoy a la hora de la merienda su mama le pregunto, si quería algo ella le dijo que no y que agradecería mucho que ni siquiera le dijeran feliz cumpleaños, no sé si mi hermana o mi papa le van a dar algo, Briana le va a dar un auto, su papa y su hermano más que seguro le dan algo. Bueno si le doy algo de seguro se enoja, pero no creo que quedemos peor de lo que ya estamos, ni hablamos, ya estoy valiendo verga ¿Qué pasa si valgo un poquito más? pero ¿Qué darle esa mujer es muy complicada?

Turquesa
Estoy muy sorprendida de mí, no puedo creer que lo esté evitando tan bien, de seguro eso no hubiera pasado si mi papa no me hubiera obligado a hacer tantas cosas, los primeros días quería mandarlo todo a la mierda, pero con el tiempo me fui acostumbrando ahora hasta disfruto haciéndolas, me ayudan a distraerme, pero cuando ya no tengo nada que hacer, lo pienso mucho, lo extraño, literal llene un SketchBook de cincuenta hojas solo con dibujos de él y es que si no hago eso ya hace rato hubiera ido a su cuarto a decirle cosas de las cuales me puedo arrepentir.
—Turquesa ¿Puedo entrar? —habla tras la puerta Jade.

—Si pasa.

—¿Qué estás haciendo?

—Tarea.

—¿Qué estás viendo?

—Dragon Ball.

—¿Te gusta?

—Me encanta.

—Nunca me hubiera imaginado que te gusta ver eso.

—No me gustaba, pero Jorge hizo que me gustara.

—¿A él le gusta?

—Si.

—Eso me dio una idea chao.

Los siguientes días me la pasé algo estresada evitando que Jorge les diga a Danna y a Deby de mi cumpleaños, para mí es un día común como cualquier día del año, no me gusta que la gente sea detallista conmigo, por lo general me dan cosas que me resultan innecesarias que luego acabo botando o regalando y además sé que la mayoría no lo hace sinceramente es para dejarme comprometida para que yo les de algo mejor de lo que me dieron y no me gusta regalar cosas es un maldito estrés porque con eso demuestras lo mucho que conoces alguien y tienes que partirte la cabeza pensando. En conclusión no me gustan los cumpleaños de los demás o el mío.

SEBASTIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora