𝐆𝐄́𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 ⸻ teen wolf.

chapter seven

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❝ good 4 u, u look happy and healthy, not me, if u ever cared to ask ❞
( Narrador Omnisciente )
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ESA HORRIBLE NOCHE, Mason, Génesis, Melissa y Hayden se encontraban en el hospital de Beacon Hills. Mientras Melissa y Mason intentaban salvar a Hayden, Génesis sólo deambulaba por el depósito del hospital.

Tenía su celular en la mano. Quería llamar a Stiles, a su padre. Contarles lo que estaba pasando, decirles que estaba al borde de la muerte, pero una parte de ella no quería.

Algo en ella le decía que era mejor esperar a morir, que se enteraran por alguien más, pero no pudo hacerlo. Intentó llamar a su hermano, pero no contestó. Intentó llamar a su padre, tampoco contestó.

Intentó muchas veces, bastantes veces. Finalmente terminó por dejarle un mensaje a Stiles. "Me gustaría haber podido cantar Creep una vez más contigo en el Jeep, por favor cuida bien a papá", escribió.

Las voces cada vez se hacían más intensas. Se sentó en una pared, a una orilla, recargando su espalda en la pared. Nunca imaginó que moriría sola, sin sus amigos y mucho menos sin su familia a su lado. Sólo tenía dieciséis años, y moriría sintiendo dolor y angustia.

Las voces en su cabeza susurraban el nombre de Hayden, por lo que decidió levantarse y caminar hacia donde la otra quimera se encontraba. Vió una lágrima plateada recorrer su mejilla, Hayden había muerto. Génesis sollozó acercándose a quien consideraba su amiga, la cual yacía sin vida en la camilla frente a ella.

Liam llegó, ella simplemente se alejó. Vió a Jordan entrar para buscar el cuerpo de la quimera, a quien la mantenía en brazos el beta. Ella nuevamente se recargó contra una pared. Ya no podía sentir, escuchar o ver nada a su alrededor. En su lugar, sólo quedaban los llantos en su cabeza.

Sin esfuerzo alguno por parte de la joven, la membrana interdigital entre sus dedos comenzó a salir. Sus muslos y parte de sus brazos comenzaron a llenarse de unas raras escamas, sus ojos brillaban en un rosa intenso. Ella no ejercía movimiento alguno.

Melissa se acercó alarmada al ver a la niña cerrar sus ojos de a poco. — Génesis, mírame, quédate conmigo. No duermas.

— No puedo oírte, Melissa. — dijo ella, y no era mentira. Las voces eran tan fuertes que no podía escucharla.

Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas, sabía que estaba muriendo. La conocía desde que la joven era pequeña, ella había estado siempre con Scott. Era como una hija para ella, saber que podía morir le partía el corazón.

Por parte de Génesis, ya no le importaba nada. Lágrimas plateadas caían por las suaves mejillas de la chica, quien ahora se veía pálida. De la nada, las voces se detuvieron drásticamente. Ella suspiró cerrando los ojos.

— Melissa... ¿Conoces Creep? — cuestionó la chica, Melissa asintió.

— Sí, mi niña. Claro que sí.

Génesis esbozó una pequeña sonrisa, sus labios se partieron ante la pequeña sonrisa y pequeñas grietas con mercurio se formaron en éstos. La joven de dieciséis años asintió levemente.

— Papá y Stiles no están aquí. — dijo ella, Melissa tomó su mano.

— No, pero les pedí que vinieran lo antes posible. — afirmó la mujer, Génesis negó lentamente.

— No llegarán, y yo voy a morir.

Melissa dejó un par de lágrimas caer. — Lo siento tanto, Génesis.

La joven miró a la mujer morena, con un hilo de voz habló. — ¿Me harías un último favor? — Melissa asintió. — ¿Cantarías conmigo?

La mujer rió. — Cuando estuviste aquí antes, no pude mirarte a los ojos. — comenzó con angustia.

— Eres como un ángel, tú piel me hace llorar. Flotas como una pluma en un mundo hermoso. Desearía ser especial, tú eres tan malditamente especial. Pero soy un desgraciado. — entonó entre lágrimas la joven, Melissa tomó su mano.

— Soy un bicho raro. — continuó al ver que ella se detuvo por el dolor.

— ¿Qué demonios estoy haciendo aquí? Yo no pertenezco aquí... Yo no pertenezco aquí. — canturreó con sus últimos esfuerzos. — Dile a Stiles que lo amo, a papá también.

— Lo haré, pequeña. Lo prometo. — Génesis sonrió.

— Dile a Theo... Que le agradezco. — susurró con su último aliento. Su cabeza cayó a un lado.

— ¿Génesis? — preguntó temerosa Melissa, no obtuvo respuesta.

La mujer soltó un suspiro, dejando que las lágrimas salieran. ¿Cómo le explicaría a Noah que Génesis ya no estaba con ellos? Stiles entró corriendo por la puerta, quedó estático al ver a Melissa llorando frente a su hermana.

— No... — susurró. Corrió hacia ella con lágrimas en los ojos, se agachó frente a su hermanita. — Gén, nena. Despierta.

— Stiles... — comenzó Melissa. Stiles se alteró.

— ¡No! ¡No puede estar muerta! Ella es mi hermana, ella no puede dejarme. — tomó el rostro de su hermana sin vida, las lágrimas caían de sus ojos. — ¡Génesis! Despierta, no me dejes. ¡No puedes dejarme! Dijiste que estarías siempre conmigo. No seas como mamá, Ness.

Lentamente la fue soltando, se arrastró hasta quedar centímetros lejos de ella. Melissa simplemente se paró y salió de ahí, dándole un momento a Stiles para despedirse de su pequeña hermana. El joven Stilinski simplemente lloraba viendo a su hermana así. Las garras y los colmillos aún podían verse, igual que las escamas en su piel.

Vió al joven policía Jordan Parrish entrar por la puerta, viniendo a recoger el cuerpo de su hermana. Dejó un beso en su frente de manera de despedida, y abrió pasó para que el oficial se llevara a su hermanita a donde probablemente ya no la vería jamás.

Se quedó ahí, sentado en el suelo. Perdió a su hermana menor, y ahora probablemente perdería a su padre. Su madre, y Génesis ya no estaban. Stiles se sentía completamente perdido. ¿Cómo haría para seguir sin su niñita?

— Desearía ser especial, tú eres tan malditamente especial. Pero soy un desgraciado, un bicho raro. ¿Qué demonios estoy haciendo aquí? No pertenezco aquí. — canturreó entre lágrimas, pensando en que ya jamás escucharía a su hermana cantarle Creep.

Estaban sumidos en problemas, todos lo tenían bastante asumido. Lo que nadie sabía, era que el verdadero problema estaba recién comenzando.

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ya no hay buenos días bart, sólo días.

— martu / stellargardeen.