Epílogo

1.4K 66 12
                                        

—¿Sabes? Tu mamá era una hermosa mujer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Sabes? Tu mamá era una hermosa mujer.

Una sonrisa curvó mis labios ante el recuerdo de una feliz Lily Evans regalándome una bella sonrisa cálida mientras ambas jugábamos con un pequeño Harry.

—¿Me cuentas más sobre mamá? —Harry me pidió con un pequeño puchero, sabiendo que nunca podría negarme a él con esa bella carita traviesa.

—Ven —tomé un almohadón y lo coloqué sobre mis piernas, palmeando con suavidad. Harry se dejó caer brutalmente. Solté una pequeña risa enredando con cariño mis dedos entre sus alborotados cabellos azabaches—. Lily era completamente fiel a todos los que quería. Hasta un inconveniente, ella no se había alejado del que era antiguamente su mejor amigo, Severus Snape. Lo defendía con uñas y garras de cualquiera que lo molestara, incluidos tu papá y tus tíos. Era risueña, amable, bondadosa, responsable, tierna y carismática. Era la mujer ideal para cualquier hombre o mujer.

—Vaya... —Harry rió burlón—. Si no estuvieras enamorada de mi padre, diría que te gusta mi madre.

Me quedé sin palabras.

Desvié la mirada encontrando repentinamente interesante la estructura del techo. Silbé distraída, ignorando la perpleja mirada del adolescente sobre mí.

—¡¿Te gustaba mi madre?! —exclamó con los ojos completamente abiertos, a veces me irrita cuando se pone tan dramático, luego recuerdo que su tío es Sirius y se me pasa.

—Cállate y vuelve a acostarte —ordené con una sonrisa divertida. Harry obedeció y se volvió a acostar en mis piernas, observándose con atención–. Antes de que me enamorara de James, no te voy a negar que me atraía un poquito tu madre —admití sonriendo apenada, hablando en un tono lo suficientemente bajo como para que se entendiera que era un secreto.

—Así que te gustaba Lily.

Pegué un salto al escuchar la voz de mi esposo detrás nuestro. Me quedé completamente quieta por unos segundos al igual que Harry, quien me lanzó una mirada alarmada para luego sonreír inocente y voltear hacia él.

—Hola, ojitos.

James se sentó a mi lado y dejó un pequeño beso en la mejilla de su hijo, mientras revolvía el cabello de Harry, a pesar de sus quejas.

—Lily era muy buena amiga —asintió James, con una pequeña sonrisa—. Me ayudó a conquistar a Vi- ¡PERRO SARNOSO Y PULGOSO DE MIERDA!

El lugar quedó en silencio mientras James saltaba alarmado por una cagada que seguramente fue causada por Sirius. Compartí una mirada extrañada con Harry antes de comenzar a reír, llenando el tenso silencio.
Remus llegó a nuestro lado, negando con una sonrisa divertida.

—A veces olvido que tú no fuiste planeado.

Solté un grito agudo ante la voz de mi hijo sonar a mi costado. Bajé la mirada encontrando su mirada inocente con la cabeza apoyada del otro lado del almohadón. La burla se dirigió hacia Harry, ya es bastante normal que lo moleste con ese mismo chiste desde hace bastante.

—Para qué carajo te salvé —Harry murmuró irritado.

—Oh, porque sin mí no puedes vivir —Pietro carcajeó, y aunque Harry lo niegue, sabe por dentro que tiene toda la razón.

En menos de un segundo, un enorme ciervo estaba frente a nosotros persiguiendo al perro que ahora corría asustado.
Y cada vez que estaba cerca de alcanzarlo, pinchaba su trasero con su cornamenta hasta sacarle un chillido.

Remus se sentó en el apoyabrazos, pasando su brazo sobre mis hombros.

—Vivimos con locos —afirmó como si ellos no tuvieran remedio, sabiendo que pertenece a ese grupo desde niños.

—Me gusta más vivir con locos, lo normal es aburrido —levanté los hombros jugando con el cabello de los niños.

—Creo que tienes razón —mi amigo asintió pensativo.

—Claro que siempre tengo la razón...

Conecté miradas con Harry antes de asentir disimuladamente.

—... Lobito —concluyó la frase el de gafas, burlón.

—Oh, no, por favor —Remus negó cansado frotándose el puente de la nariz.

—Creo que se nos murieron James y Sirius —Harry sonrió divertido y apuntó hacia los dos animagos.

Los merodeadores estaban desparramados por todo el pasto, simplemente respirando.
Parecían como si tuvieran terminado de leer un libro que les quita la estabilidad emocional.

Nunca pensé que vivir con los famosos merodeadores sería tan escandaloso como decían hasta que lo viví en carne propia. No hay un día en el que no jueguen una broma o le enseñen a los niños desde pequeños a burlar pruebas, pasadillos, profesores y varias cosas más.

Yo, siendo sincera, no pensé que fuera a tener un bonito final por el simple hecho de que nunca me creí merecedora.
Siempre enfrentando una tragedia tras otra sin descanso, por un momento pensé que solo estaba destinada a sufrir.

Pero entonces llegaste tú, James Potter. Derribando todos los muros que había construido alrededor de mi corazón con tu hermosa y dulce sonrisa junto a tu porte tan caballeroso.

Me enamoré de tus ojos.

Me enamoré de tu cabello.

Me enamoré de tu habla.

Me enamoré de tu forma de mirar.

Me enamoré de tus manos.

Me enamoré de tu tacto.

Me enamoré de tu voz.

Me enamoré de la forma en la que tus latidos parecen ser mi caja musical en medio de la noche ahora calmar mis pesadillas.

Pero sobre todo, me enamoré de tu enorme corazón.

Porque soy tuya, así como tú eres mío, James Potter.

Por y para siempre.

Porque nuestro amor es eterno.

𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 𝒍𝒐𝒗𝒆 | James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora