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— CHAPER SEVENTEEN —
I didn't want to do it, but they forced me...

— CHAPER SEVENTEEN —I didn't want to do it, but they forced me

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📍SALEM, MASSACHUSSETS, 1693

UN AQUELARRE DE BRUJAS CAMINABA POR EL bosque llevando consigo a una joven completamente tapada y amarrada a tirones por todo el lugar el lugar, ignorando las quejas y los sollozos ajenos provenientes de la joven.
La capucha se cayó de su cabeza, y el rostro asustado y horrorizado de Reina se reveló.

—No... ¡no! —comenzó a rogar tratando de soltarse de sus agarres, pero le fue imposible—. ¡Por favor, no! —pidió casi desesperada—. ¡No, no, esperen!

Incluso con sus agónicas quejas, las brujas pertenecientes al aquelarre simplemente fingieron no escuchar y condujeron el cuerpo de la mujer directo hacia una de las columnas, manteniendo su cuerpo fijo mediante unas estelas azules que funcionaron como esposas.
La magia usada contra ella generó un inmenso dolor en su pecho.

—Reina Harkness —la fría voz de su madre resonó por todo el lugar—. ¿Eres una bruja?

Todas las miradas ajenas se fijaron en ella atentas a su respuesta de la joven mientras la pobre chica se retorcía rogando por favor piedad.

—¡Sí! —contestó luego de unos segundos, su voz se quebró—. Soy una bruja..

—Y aún así, traicionaste a tu aquelarre —acusó la bruja avanzada de edad con brusquedad.

Reina observó con horror las mujeres encapuchadas rodearla por todos lados, su corazón se aceleró de manera tan abrupta que temió sufrir un ataque al corazón.

—¡No es verdad! —negó rápidamente, parpadeó furtivamente tratando de disipar las lágrimas que caían sobre su mejilla.

—¡Robaste conocimientos! —la mayor la interrumpió con sus gélidos ojos furiosos en Reina—. Más allá de tu edad y rango —levantó el mentón—, tú practicas la magia más oscura.

—¡No es cierto! —se apresuró a negar completamente desesperada—. ¡Yo no sé nada de esos crímenes, lo juro! —sollozó tratando de hacer un último intento para soltarse de los lazos mágicos que la mantenían inmovilizada.

—¡Ya basta de mentiras! —la voz de su madre la silenció. No sólo por la evidente decepción en su tono, sino porque se dio cuenta que fingir ya no serviría de nada cuando la mujer la conoce más que ella misma.

El rostro de Reina perdió emociones mientras las lágrimas dejaban de bajar por sus mejillas; lo que antes era un rostro expresivo lleno de angustia, ansiedad y desesperación, ahora no es más que un rostro en blanco.
Sus labios comenzaron a curvarse lentamente con un deje burlón.

—Yo nunca rompí tus reglas —afirmó tragando saliva—. Se doblegaron ante mi poder —miró de reojo a las demás brujas con un destello de travesura, ladeando la cabeza.

𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 𝒍𝒐𝒗𝒆 | James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora