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— CHAPER EIGHTEEN —
why do you show me that? please, stop

— CHAPER EIGHTEEN —why do you show me that? please, stop

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📍INSIDE THE TOWN

La vista de Victoria se aclaró visualizando a Reina frente a ella, acariciando su conejo mientras sonreía con una escalofriante diversión.

—¿Mhm? ¿Qué? —se llevó el conejo hacia el oído, fingiendo curiosidad—. Tienes razón —rió suavemente bajando el animal—. Creo que conocer a nuestro verdadero yo la dejó en shock.

El cuerpo de Victoria se mantuvo rígido a causa de la tensión que prevaleció cada uno de sus músculos. Su mirada se transformó en una amenazante, el verde de sus iris se vio reemplazado por el fuerte, ahora débil, escarlata perteneciente a sus habilidades.

—Eres tan adorable... —Reina rió dulcemente, ladrando la cabeza—. No puedes acceder a mi mente, tesoro. Tú jamás tuviste acceso.

Victoria frunció el ceño, desconcertada.

—Así que no te provoques una migraña. ¡Tenemos trabajo que hacer! —dejó el conejo en la jaula para luego comenzar a caminar por el lugar.

—¿Dónde están mis hijos? —Victoria ladeó la cabeza murmurando entre dientes.

—¿Dónde están mis hijos? —se burló fingiendo preocupación—. Ese acento en serio va y viene a tu antojo, ¿verdad? —se cruzó de brazos parándose frente a ella.

—¡¿Dónde están... —se interrumpió a sí misma cuando al estirar sus manos en busca de encender su aura, esto no sucedió.

El pánico atacó su pecho de forma inesperada mientras bajaba la mirada hacia las palmas abiertas de sus manos, Reina ladeó la cabeza mirándola con burla.

—¡Ay! Tu magia no sirve aquí —llevó las manos hacia su boca fingiendo sorpresa.

En cambio, Reina movió sus manos repentinamente. Victoria se vio a sí misma atada de manos y pies con unos lazos de energía morados mientras la rubia la atraía hacia ella.
Victoria soltó un quejido de dolor al sentir el fuerte ardor quemando su piel, esparciendo el dolor por sus brazos y piernas a través de los músculos. Un tirón repentino generó la alteración de su respiración. La impotencia se instaló en ella al notar la mirada divertida de Reina puesta sobre ella.

—¿No lo notaste?

Victoria levantó la vista al escuchar su voz, con la mandíbula tensa.

—Hechizo básico de protección —Rena la miró incrédula al no recibir respuesta—. Uno en cada pared.

La pelirroja levantó la cabeza hacia el techo rápidamente, mirando por encima los extraños símbolos grabados en las paredes del techo.
Entrecerró los ojos observando las figuras con atención, nada de eso le suena conocido.

𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 𝒍𝒐𝒗𝒆 | James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora