Por amor

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De una de las aberturas de la gran cueva el grupo de Inuyasha, siendo seguidos por dos hombres, uno portaba un traje blanco y una gran alabarda, mientras el otro usaba un traje de mujer y una espada similar a una serpiente, quien dejo de pelear fue el hombre de traje blanco, pues noto como los insectos de ese odioso híbrido atracaban a esa mujer que hace algún tiempo lo cautivo, sin saber el porqué corrió a ayudarla, aun cuando noto al sujeto junto a ella, corrió rápidamente y se colocó frente a ella, sin decir palabra comenzó a atacar a los insectos que Naraku enviaba a atacarlos.

Naraku: Acaso te has vuelto loco ella es la mujer de Inuyasha y te dije que la mataras.

En ese momento el de ojos azules soltó una carcajada mientras seguía atacando a los insectos y resguardando a la mujer detrás de él.

Bankotsu: Su mujer me parece que te has equivocado, la mujer de ese híbrido está junto a ti, en algunas ocasiones fui testigo de como ese perro y esa se revolcaban en el bosque, ella nunca tuvo nada que ver con él, solo se dedicaba a hacerla llorar por compararla con tu zorra personal o talvez no tan personal.

Naraku: No me contradigas maldito, fui yo quien te trajo a la vida a ti y a los inútiles de tus hermanos, me deben la vida.

Bankotsu: En eso te equivocas, nuestra vida depende de la perla, se la debemos a ella no a ti, tú solo eres un maldito híbrido.

Con esas palabras Bankotsu destruyó a todos los insectos, pero de detrás de ellos Kagura hizo su aparición, con la clara intención de atacar a Bankotsu, cuando este estaba por voltear a encararla una flecha fue lo que la dama de los vientos recibió, Bankotsu miro con ternura a la mujer que lo había protegido, este gesto no agrado mucho al gran general, pero lo dejo pasar en favor de que ese sujeto protegía a su hembra.

Aome: Así que ahora atacas a tus propios aliados, Naraku, no cabe duda que eres un maldito cobarde y mal agradecido, Toga!.

En ese momento fue que el general perro revelo su verdadera identidad, dejando a más de uno con la boca abierta, Toga era una auténtica leyenda y se encontraba justo frente a ellos, Kikyo fue la más asustada en esos momentos.

Toga: Ahora verás maldito, pagarás por todo lo que has hecho.

Sin esperar un segundo más Toga se lanzó a atacar el viscoso cuerpo de Naraku, pero este a su vez había llamado al resto de sus extensiones para que lo protegieran pues sin la perla le era prácticamente imposible tomar alguna forma para escapar del lugar, pero este no contaba con la aparición de Lord Sesshomaro y el Príncipe Kaname, quienes así como Toga comenzaron a atacar a las extensiones de este para así Toga llegar hasta Naraku.

Aome: Deben salir de aquí, esos tres están emocionados, seguro terminarán destruyendo todo.

Aome les advertía a los que una vez fueron sus amigos y parte de su grupo e inconscientemente al joven guerrero.

Sango: Pero Aome tú también debes alejarte, estar aquí es muy peligroso.

Aome abrazo a su querida amiga y le sonrió tiernamente.

Aome: Busca a Kohaku y salgan de aquí, debo quedarme junto a mi macho y mi cachorro, ten por seguro que ambos me cuidaran.

Sango: Espera, entonces lo que dijo el general...

Aome: Es verdad, Toga me marco para evitar que Naraku me tomara y me utilizara para ver los fragmentos, en cuanto a mi cachorro, bueno Sesshomaru me ha aceptado como la pareja de su padre.

Miroku: Pero y que pasara con Inuyasha?

Aome: Él ya había elegido, pero aun así intento tenerme a mí también, pero para ese entonces, Toga ya me había marcado, como consecuencia Inuyasha trato de pelear por mí, pero Toga gano.

Ellas hablaban ajenas a las miradas del joven mercenario, el cual estaba molesto, pues alguien más ya la había reclamado y para colmo de males era un demonio y no cualquier demonio, era el legendario general perro, uno de los más poderosos y al parecer a ella no le molestaba, pero en ese momento una de las creaciones de Naraku trato de atacar a la joven sacerdotisa, pero esta fue protegida por el joven guerrero quien no comprendió por qué su cuerpo reacciono por si solo al ver a ese demonio trato de atacarla.

Jakotsu: Hermano!!!

El sujeto afeminado veía incrédulo como su hermano había protegido a esa mujer, con rapidez corrió a su lado, había recibido todo el ataque en su espalda y ahora a puras penas podía seguir en pie.

Jakotsu: Acaso estás loco, debemos aprovechar y salir de este lugar, porque proteges a esa mujer.

Jakotsu miro con una sonrisa de lado a su hermano quien miro con curiosidad el singular brillo en los ojos de su hermano.

Bankotsu: Para ser honesto, ni yo sé por qué la protegí, sal de aquí Jakotsu, aún tengo que arreglar algo con ese maldito híbrido.

Jakotsu decidió no discutir con su hermano, de todos él fue siempre el que más lo conoció en todos los sentidos, pues estuvieron juntos desde niños, por lo que deicidio no discutir con él.

Jakotsu: Espero volver a verte Banky.

Sin más el afeminado salió de ese lugar, un poco más atrás Sango y Miroku junto con Kirara salían del lugar.

Bankotsu: Tú también deberías irte de aquí mujer, ya tienes la perla ahora vete de este maldito lugar.

El joven guerrero la miro de medio lado, sabía que era una mujer tomada, pero su estúpido corazón latía como loco solo por tenerla a su lado, por eso la protegería y le ayudaría a salir de ese lugar aun si eso le costaba la vida.

Aome: No necesito que me lo digas, pues no pienso salir de aquí, ayudaré a acabar de una vez por todas con Naraku, ese es mi deber.

El ojiazul estaba a punto de reclamarle cuando repentinamente un gran demonio parecido a una serpiente se lanzó sobre ellos, pero Bankotsu la cubrió con su propio cuerpo impidiendo que ella recibiera algún daño.

Toga: Aome!!!!

El general al ver el ataque de ese demonio se preocupó por su mujer, esto provoco que se descontrolara un poco, sus ojos cambiaban intermitentes entre el dorado y el rojo escarlata, no obstante Aome se encontraba perfectamente pues ella fue protegida por el joven mercenario quien resulto gravemente herido, dejando muy confundida a la joven.

Aome: Porque me protegiste?

Bankotsu: No has escuchado que por amor uno comete muchas idioteces, creo que he cometido una de esas en este momento, sé que prácticamente eres una mujer casada y además soy solo un cadáver que volvió por la perla, pero no pude evitar quedar cautivado por ti desde la primera vez que te vi, espero que ese maldito te haga feliz.

La joven sacerdotisa veía con sorpresa como el joven sacaba de su interior un fragmento de la perla y lentamente lo colocaba en sus manos, mientras su cuerpo volvía a convertirse en hueso.

Bankotsu: Acaba con esto de una vez y vive muchos años junto a ese demonio que espero te haga feliz.

Esas fueron las últimas palabras del joven líder para después solo quedar un montón de huesos en su lugar.

Debe ser mía (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora