El tiempo había pasado doloroso para Liv, con su mano aferrada a la de su hija caminaban por el centro de su ciudad mirando en las tiendas algo que comprar. Lo que su hija necesitase o quería.
Hace un tiempo atras habría sido tres caminando, riendo y disfrutando, pero ahora eran solo dos, dos pequeñas y diminutas humanas, porque así se sentía al comparar con las otras personas.
Al percatarse que su mente ya la estaba llevando a ese lugar oscuro que tanto le cuesta salir, decidió mirarla, ver que era el ser más hermoso que había conocido después de a su padre, claro está. Pero ella pasó de ser lo segundo más hermoso a lo primero y lo primordial.
Al verla feliz, caminando y mirando para todos lados, a toda la gente, todos los locales de ropa y comida todo lo olvidaba y volvía a la realidad. Decidió que debían parar y comer un helado, de esos que comían a veces los tres en el auto.
-Eli, ¿quieres un helado?
-shi, henano.
A pesar de ya tener casi 4 años aún no hablaba bien, pero a pesar de las circunstancias, de lo que hablaba la gente a Ivette no le importaba.
Al llegar al negocio de helados, pidió dos de sabores y medianos. Con una sonrisa se lo entregó a su hija y le dijo que siguieran caminando hasta que pudieran encontrar un lugar tranquilo en el cual sentarse y disfrutar.
Sentadas en una banca, mirando a la gente pasar se preguntaba muchas cosas sobre ellas para distraerse: a dónde iban, cual era su estado de ánimo, que vida llevarían... Era así hasta que escucha a la pequeña a su lado preguntar lo que usualmente hacia cada 2 días o a veces más pero siempre estaba esa pregunta que a su corazón le hacía latir y doler.
-mamá, ¿y papá? ¿Dónde ta'?
Liv, siempre fue sincera con sus sentimientos y con los de su hija, trataba de calmarla pero a la vez hacerle entender que ya no estaba.
-no está hija, está arriba, cuidando de ambas.
-¿arriba?
-si, en el cielo azul con nubes blancas que tanto te gusta.
-mmm
A pesar de tener 3 años y no hablar bien, lograba comprender y si algo que pregunto no era bueno y no lo entendía del todo por el tono de voz que su madre usaba sabía que era mejor no seguir.
Ya acabado el helado, la mini platica y el mirar a la gente, Liv le dice a su hija Elizabeth que siguieran caminando hasta encontrar una tienda en la cual vendieran ropa bonita para ella que a ambas les gustara.
Liv era un nombre tan pequeño y significativo que pensó que al momento de traer vida al mundo, como su nombre lo dice, sería algo derivado de él y ligado a la religión a pesar de a que ella nada le gustaba y ya en nada creía. Así que decidio así, Elizabeth, aquella ayudada por Dios. Un nombre grande para una niña tan pequeña aún.
Llegaron a una tienda en la cual había ropa para niños y adultos pero con un tono bien colorido e infantil que a todos de alguna forma les terminaba gustando.
Al entrar Liv dejó que Eli, diminutivamente me gustaba llamar, caminara sola a la sección de niños a escoger algo que le gustará. Siempre bajo la mirada cuidadosa y protectora de su madre.
Mientras la miraba buscar algo entre tanto ropa ella igual lo hacía de manera distraída para no perderla de vista.
Cuando creía que esa zona oscura y dejada a lo lejos de su cabeza se había ido por ese día, aparece él.
Era igual a Samael, su estatura, su pelo, su nariz, en especial esos ojos achinados y oscuros que tanto amaba. Estaba embobada mirándolo, sabía que era imposible, que él ya no estaba pero ahí estaba... Mirando ropa distraidamente como si algo lo perturbara.
Liv cerró sus ojos para tratar de aclarar la vista y asegurarse que esta soñando o era parte de su zona oscura. Pero al abrirlo y verlo ahí nuevamente ya no sabía que pensar ni decir. Lo único que la logro salir de ese momento fue la voz de la pequeña ya gritando su nombre.
-mamá, mamá, miraaa
Tenía que mirarla, no podía no hacerlo. Al girar la cabeza hacia donde ella estaba, la vio tomando una polera de y un pantalón, la polera era blanca con león animado y los pantalones normales.
-un león, me gustaaaa.
Dmocionada la niña por su elección y porque le gustaba en serio, Liv no le quedó más que sonreír y decirle que estaba hermoso el león y que lo llevarán. También que buscará otra cosa que le llamará la atención.
Ya con Eli distraída y buscando más ropa por fin Liv volvió a girarse para verlo. Al hacerlo y mirar, ya no estaba, pensó que podría estar en otra sección y decidió seguir observando por toda la tienda pero sin moverse ni alejarse de su hija.
No estaba. Él ya no estaba. La sensación de que algo le faltaba nuevamente estaba ahí. Su corazón latía deprisa. Sus manos sudaban y sentía como en cualquier momento su zona oscura se activaría. Miró a Elizabeth y la vio feliz, despreocupada viendo la ropa y volvió a mirar atrás. No, no estaba. Tenía que dejarlo ahí y olvidar.
Se giro completamente y llego al lado de su pequeña, le preguntó si ese vestido le gustaba y la ver sus ojitos brillosos de emoción entendió que si y le dijo que fuesen a pagar. Ya en la caja, pagando y entregando otras cosas pequeñas encontró ahí como collares, pulseras y anillos para Eli, dijo que ya estaban listas y que fueran a casa. A mostrarle a nena, su abuela, lo que habían comprado.
Elizabeth fue todo el camino feliz, llevaba ropa nueva y bonita que ella escogió, cantaba una canción inventada y una que otra escuchada en la TV que tanto le gustaba pero en su idioma. Liv sonreía al escucharla, le gustaba oír como cantaba y era feliz. Le respondía una que otra preguntaba sobre "qué es eso, por qué y dónde" mientras caminaban y reían. El transcurso del centro de la ciudad hasta su casa fue tranquilo y rápido para ambas.
Liv decidió creer que el verlo fue una mala jugada de su zona oscura y olvidarlo y no nombrarlo para que su mamá no se preocupara. Al llegar solo eran risas y anécdotas del helado y la ropa linda que Elizabeth escogió y con el paso del día ya todo se fue de su mente y al llegar la noche pudo dormir sin ningún problema abrazada a su pequeña hija.--------------------------------------------------------
Ya chicas, partamos contando que no se utilizar bien la app y que de los millones de intento escribiendo o imaginando historias en mi cabeza, ésta a sido las que más me a gustado y sentido identificada en muchos sentidos.
Espero les guste y la sepan aprecia aunque sea un poquitititito.
Besos y abrazos, es decir: xoxox
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Twitter: @__anabelen
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Samael
FantasyPara Liv a pasado más de un año avanzando. Alejándose de la zona oscura y dejando en un rincón de su memoria todos los recuerdos con Samael para que no volvieran a doler. No estaba sola, ella tenía su pilar: su hija Eli. Si el pasar del tiempo era...