El fin de semana había pasado muy rápido y Liv y Eli lo habían pasado muy bien junto a los padres y hermano de Samael.
Jugaron a las cartas o juegos que Eli decidiera hacer, como pintar, dibujar, leer cuentos (más bien que se los leyeran), armar y desarmar jengas o cualquier juguete que se le diera la gana. Vieron películas y comieron rico y calentientito.
Para el día lunes al medio día, es decir después de almuerzo, ellos se van porque trabajaban y el hermano pequeño de Samael estudiaba.
La madre de Liv llegó por parte de la tarde, le contó su fin de semana a Liv y escucho el de ella. Para eso ya daba la noche, ya habían cenado las tres y deciden irse a la cama, ya al siguiente día era martes, día de jardín para Eli, ya que no iba todos los días, sino que tres veces a la semana: martes, miércoles y jueves. A Liv le gustaba pasar mucho tiempo con ella pero sabía la importancia que era para Eli aprender.
Y al momento en que Eli estaba en el jardín infantil Liv aprovechaba de realizar entregar de los productos de libros que vendía. A pesar de muchos no ser originales la gente los compraba porque eran precios accesibles para ellos.
También le daba tiempo para ponerse al día en las materias de la universidad a la que iba ya que no le gustaba quedar muy atrás porque se perdía rápidamente. Ella estudiaba de forma online pero a la vez igual de pesado como si fuese presencial. Ella estudiaba pedagogía en educación infantil. Nunca tuvo demasiada cercanía con los niños más allá de Eli o sus sobrinos que los veía a lo lejos porque su hermana Catrina vivía fuera de la ciudad pero siempre estaban al pendiente de ambas familias. El motivo por el cual Liv decidió estudiar online era que de esa manera podía estar en casa para Liv cuando no estuviera en clase o volviera de ellas.
Liv creía que la edad temprana de Eli, sus casi 4 años, eran sumamente importante y los cuales más atención necesitaba. Por eso daba gracias de que mamá la ayudará y le permitiera disfrutar esa edad tan hermosa ya que cuando Liv era pequeña su madre nunca estaba porque necesitaba trabajar mucho para ella y sus hermanos.
Su hermano Massimo también vivía fuera de casa y poco se veía ya que le gustaba mucho viajar, hacer tracking y escalar. Liv y su madre disfrutaban mucho las fotos que él les enviaba porque era como sentir que anduviera con él aunque a ninguna de las dos les llamaba la atención el realizar ese tipo de actividades.
Ambas eran muy hogareñas.
Era martes por la tarde, el reloj marcaba las 16:00 hora y Liv parte en busca de Eli.
En el camino vio un dulces que sabía que le gustarían y decide comprarlos, ya veía la carita radiante de Eli por ver a su madre y más por llegar con dulces.
El jardín infantil no estaba muy lejos de casa por lo que le tomó solo 15 minutos en llegar, sabía que nunca salían a la hora y si lo hacían nunca dejarían solo a ningún niño del jardín hasta que su madre o padre fueron por ellos.
Al llegar Liv busca a Eli entre el multo de cabecita pequeñas y logra ver dos coletas de castaño claro, conocía el pelo de su pequeña, ahí estaba.
-Eli, hija, llegué.
Eli al escuchar a su madre corre a sus brazos.
-Mamá, llegasteeee! – mira el brazo que dejaba suelto su agarre-y duce' para mi, mamá?
Liv sonriente por su felicidad y expresión le asiente con la cabeza.
Se despiden de la asistente que estaba en la entrada y dicen que hasta mañana todas.
El camino fue todo risas, saltos de charcos poco visibles que quedaban de la lluvia anterior. Ver comer a Eli y preguntar como estaba.
Estaban por llegar a casa, les quedaba solo una pequeña vuelta cuando vieron a un joven parado mirando hacia donde se encontraba la gran casa.
Liv trata de enfocar bien su vista y no podía creer lo que veía nuevamente y entonces escucha:
-papáaaaa
El ya casi diminuto corazón de Liv se detuvo, esa era la voz de su pequeña hija Eli. Era ella quien veía también a ese joven de ojos achinados y cabello oscuro.
Su hija también lo estaba viendo, entonces eso significaba que no era parte de su imaginación.
Y fue justo en ese momento que él miró y Eli se suelta de su madre para ir corriendo a los brazos de los que ella creía era su padre, el problema es que no sabíamos si lo era o no pero la sonrisa que el pelinegro puso, no se la quitaba nadie. Ni el mismo diablo.
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Otro capítulo arriba!
Esta noche va con regalo, seguido de esté subiré el otro, ya que son tan cortitos que se merecen más
Den amor y comprensión a cada palabra, todo tiene un extracto de mi .
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Samael
FantasiPara Liv a pasado más de un año avanzando. Alejándose de la zona oscura y dejando en un rincón de su memoria todos los recuerdos con Samael para que no volvieran a doler. No estaba sola, ella tenía su pilar: su hija Eli. Si el pasar del tiempo era...