⎯¿Y tu asexualidad dónde quedó, eh? Guarro. ⎯se notaba el tuteo en la voz del pelirrojo, mirando con los ojos abiertos subiendo y bajando las cejas al mismo tiempo que con sus dedos índice pockeaba el pecho de su hermano. Torturando a este con preguntas vergonzosas. El rubio había salido de la habitación del súper intendente apenas este se levantó para ir al baño, con sus mejillas te un tono carmesí que puedes sentir a leguas que están hirviendo. Los insultos le dejaron un poco descolocado a los dos chicos pero medio que entendieron el porqué.
⎯Qué quieres que haga tío, si es el único que me puede poner así de gilipollas. ⎯se sinceró el mayor, pasando sus manos por su rostro en un intento de despejar sus pensamientos y lo que acaba de pasar. Y la risa de Horacio no se hizo esperar, una gran parte de él estaba contento de que Gustabo por fin pueda despejarse y disfrutar del amor diferente al que ellos tienen. Y él sabe bastante sobre eso, tuvo muchos amoríos a través de su vida, no tan... Desastrosa como la del rubio, se puede decir que fue feliz, y la chispa que le faltaba para poder sentirse libre sin ser juzgado por nadie era Gustabo, que vino como un costal de papas magullado a su casa, desde el primer instante en que lo vió le llamó la atención, y no solo por estar con montón de moretones, aquellos ojos celestes a pesar de que estén con poca esperanza le dejaron boquiabierto, y la emoción creció mucho cuando veía la recuperación de su nuevo amigo.
Nostalgia le llegó por unos segundos, sonriendo pequeño, pasó una mano por el hombro de Gustabo que también estaba perdido en su mente. Terminando en un abrazo cálido, calmando a un medio titubeante Gustabo.
⎯Si llega a hacerte daño o algo parecido le corto el prepucio. ⎯dijo decidido el de cresta, moviéndose como una cuna de un lado a otro con su hermano en brazos.
⎯Y con ese ruso cara almendra cuidado eh. ⎯se separó despacio el rubio mirando a los ojos a su querido Horacio. Este soltó una risa de nuevo y medio avergonzado asintió, ese tipo de dos metros le atrajo como un imán, pero esta vez al ver el carácter frío decidió ir como una fiera en la selva midiendo cada puto paso.
⎯Bueno, ¿Te duermes con el papu?⎯lo pensó por unos segundos, si se queda a dormir con Conway en la misma habitación quién sabe qué pasará allí, pero sabe también que puede controlarse, lo de hace un momento... Se descuidó y se dejó llevar por el camino del pecado. Asintió, no cree que moleste el dormir juntos, ya lo hicieron antes. Y Horacio aunque le guste mucho dormir acurrucado al rubio, podrá tener un tiempo de reflexión y saber qué hacer estando en esta ciudad, sus planes se vieron distorsionados por personas, y eso le deja en una posición complicada.
⎯Ok, entonces yo me tomo la habitación más alejada. Oh, y ve a bañarte.⎯le guiñó el ojo, tenían ropa muda, no vinieron sin nada tampoco, sus mochilas estaban escondidas antes y fueron a buscarlas y luego ir con Jack a su departamento. Se fue al baño que estaba desocupado y este también tenía ducha, entonces, entró, y empezó a desvestirse para comenzar a lavar su cuerpo blanquecino.
Conway salió de la ducha con una pequeña sonrisa en su rostro, realmente estaba feliz de volver a tener a Gustabo en su vida y mientras el agua recorría su cuerpo en aquella ducha reflexiva decidió que no dejara que Gustabo vuelva a alejarse.
Ya se había puesto pijama, estaba apunto de acostarse, pero un pequeño impulso se fue a su cabeza de golpe, quería dormir con Gustabo, nuevamente tenía esas ganas de abrazarse a el rubio y por fin dormir ambos y despertar tranquilo, pero no se atrevió a ir con el menor para pedirle que duerman juntos.
23:49 p.m
Jack ya se había acostado, pero no podía dormir, no podía cerrar ni un puto ojo sin pensar en Gustabo, necesitaba tener esa cercanía nuevamente.
Entonces en la oscuridad de la noche la puerta de Jack se abrió y vio entrar a ese rubio, cabeza abajo, con algo de vergüenza se podría decir, era como cuando eran adolescente.⎯¿Que pasa Gustabín? ⎯Hablo escondiendo una pequeña sonrisa mientras se sentaba en la cama.
Gustabo con sus ojos buscó la morada de cariño que siempre le regalaba Jack, no lo veía bien, porque había muy poca luz, pero podía sentirlo. Vió cómo se fue hacia la cama y no dudó en seguirle mientras comenzaba a hablar, temeroso de sus acciones.
⎯Y-Yo no puedo dormir... Es decir, quiero... Quiero dormir contigo. ⎯dijo en un tono de voz bajo, tampoco quería alterar a Horacio, pero no va a molestarlos, recién casi hablaron también y le alentó al mayor para que vaya a la habitación del Supernintendo. Sus rodillas se apoyaron en el colchón, al lado de Jack, esperando una respuesta, afirmativa claro está. Seguía viéndolo con ternura, volverían a dormir como lo hacían antes. ⎯¿Puedo..? ⎯preguntó, señalando el otro lado de la cama, no esperó a la respuesta al fin y al cabo pasaría si o si, a paso lento, se fue a su lugar, su cuerpo ansiaba tener la cercanía que tanto ama.
Apenas Gustabo se fue a el otro lado de la cama Conway reacciono tomándolo por la nuca y juntando sus labios, lo que el menor de ambos acababa de hacer fue demasiado tierno a los ojos de Jack, tan tierno que no pudo resistirse ni un poco, necesitaba besarlo, a pesar de que estuvieron haciéndolo desde que se reencontraron.
⎯Si puedes... ⎯Dijo luego de separar sus labios de los de Gustabo.
Nuevamente estaban solo los dos, realmente necesitaban aquello y nuevamente los besos comenzaron, besos lentos, por las mejillas, frente, punta de la nariz, labios y Conway mientras besaba la barbilla de Gustabo con un leve descaro bajo hasta su cuello comenzando con besos suaves, entonces un pequeño jadeo lo hizo reaccionar, joder...
⎯Ya es tarde ⎯Susurro contra la piel de el rubio. ⎯Mañana debo de ir a trabajar ⎯Besó finalmente los labios de Gustabo, un beso corto.
Se removió un poco, pasando sus manos por el costado del tronco del mayor, acariciando levemente, acercándose más, en busca del calor que este siempre le transmitía, esa calidez perfecta que solo Jack le brindaba. Horacio también, pero es su hermano, es un tipo de amor diferente. Lo que siente por Conway es algo que ni él entiende hasta este punto de su vida. Entrelazó sus piernas, y miró los labios y luego ojos del pelinegro, decidido a lo que iba a hacer, o mejor dicho, pedir.
⎯El beso de buenas noches, papu. ⎯ese sería el definitivo para culminar su lindo jueguito y por fin descansar. Si bien le quitó un jadeo aquellos besos en el cuello y demás, tiene que controlarse, aunque se conozcan desde chicos, pasaron muchos años, quiere volver a conocerle, seguro no cambió mucho, pero tienen mucho qué contar, y eso le llena de emoción, si bien muchas cosas que pasaron en su vida no eran del todo bonitas, contarle a Jack y que este le ayude a olvidarlas le vendría muy bien, y obvio, que le cuente de su vida como Super Intendente y toda eso sobre polis... Puede aprovechar... Ya que Horacio tiene un sueño también.
Sus labios se juntaron de nuevo, en un beso más lento y lleno de amor, moviéndose de un lado a otro con calma, de vez en cuando se escuchaban chasquidos, querían seguir pero parece que se leyeron la mente y pararon a la vez. Gustabo rió nervioso y dejó un piquito, para luego esconder su rostro avergonzado en el hueco del hombro y cuello de Jack, calmando todo su ser gracias al aroma tan característico.
⎯Buenas noches Jack.
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Vietnam ⎯𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐚𝐛𝐨
FanfictionJack Conway a corta edad fue enviado a un centro militar en Vietnam, el lugar donde conoció a Gustabo García pensando que ambos podrían llegar a ser amigos. Para la lástima de ambos nunca pudieron vivir su amor en la adolescencia. ⎯Intenabo. (+18) ⎯...