Capitulo 7

1 0 0
                                    

Natan Tras haber abandonado la celda donde me encontraba, mandó llamar a su hermana Rebeca, este pidió que la llevarán al gran salón que se encontraba al fondo de ahy.
Cuando la pequeña llego, toco la puerta y entro, tras ver la cara de su hermano está quedo fría sin poderse mover . Un golpe resonó en su cara, Rebeca se encontraba en el suelo, anodita tras resivir el golpe, Natan la tomo del cuello y la arrojo contra la pared. El maldito sólo la miraba con odio y descontento...

-Se puede saber ¡¿A qué carajos fuiste a la celda de ese inbesil Rebeca?!- la arremetió contra la barda otra vez-. ¡¿Que no entiendes lo que está pasando?!, ¡¿te crees más que yo?!, ¡¿por eso fuiste como idiota a la maldita celda de ese maldito?!,¡¿a que juegas?!, he Rebeca.

-¡¡Por favor ya no me pegues!!- gritaba la niña tras caer al suelo-.

-¡¿Qué no te lastime?!, ¡¿quien demonios te crees?!, ¡creíste que no me enteraría de tu pequeña y estúpida visita a ese imvesil, tan tierna la niña por querer conocer más al que sería como tu hermano ideal ¿no?, pues adivina yo ou tu hermano no ese imvesil jamás podrás superar tus debilidades!- Natan grito con todas sus fuerzas y golpeo a puño serrado a Rebeca en la cara una y otra vez-. Que sea la última vez que me haces enfadar así- y tomo a la jiña otra vez.

Natan sostenía a la pobre de Rebeca en el aire, pero nuevamente la dejo caer, se miraba el temor que la niña le tenía, era como estar y no estarlo, daba miedo ver esa faceta extraña de el. Natan suspiro y le exigió que ya no fuera a las celdas.
Tras haber maltrato a su hermana aún más de lo que ya lo había hecho, El abandono la sala y se fue, Rebeca quedo inconsciente tras el último golpe resivido de el.
...
Tras escuchar el golpe que venía del fondo, quede anonadado ya que era muy extraño escuchar algo en este lugar, me senté en una esquina de la habitación y me quede pensando en la nada, la verdad me miraba patético por ello. Pensaba detenidamente en como fue que termine así, yo un joven normal que vivía entre lujos y reconocimientos que no eran necesarios, maltratado por los nobles y criticado por los federales, se suponía que todos éramos del mismo bando o eso se suponía.
Tras un rato silencio, los guardias empezaron a murmurar entre si, estaban hablando de que Natan había convocado a su hermana, pero, ella ya no se movía, había quedado inconsciente y sangraba de la cabeza.
Me Quede sorprendido tras escuchar lo sucedido, las preguntas se hacían cada vez más grandes en mi cabeza.

-¿Pero que?, no creo que eso sea verdad, ¿como pudo arremeter contra ella?, ella no le hizo nada, espera- recordé su pequeña y momentáneos visita-. Hay dios, no me digas, ¿ha caso, el se enteró de que vino?.

El miedo me invadió, tenía miedo de que entrara y me matara, se que había dicho que trataría de arrebatar esa tal flama sin quitarme la vida pero, ¿y  sí falla?. Las ideas no dejaban de darme vueltas en la cabeza, cuando derrepente... Se escucho un estruendo que hizo que la tierra se estremeciera.

-¿Que ha sido eso?- grito uno de los guardias que se encontraba fuera de mi celda-.

- ¡Están atacando desde las afueras del condado, nos han declarado la guerra!- contesto otro de los guardias que venía corriendo por ayuda-.

-¡No exageres, sólo asido un pequeño estruendo no es la guerra!- contesto otro de ellos-.

Todos los soldados se movilizaron, quedando en completo silencio. Quede anonadado tras escuchar ese ruido tan repentino, al escuchar los guardias tan alterados y luego en completo sielencio pensé en escapar, pero era imposible ni había forma de huir, o eso creí hasta que vi una grieta en el techo que cubría la celda, tras quedarme un rato viendo la grieta, trate de recordar pero los pensamientos no me funcionaban, ¿qué estoy asiendo? Pensé en un delirio, hasta que recordé que había estado preparándome para un momento crucial, toda mi vida me la había pasado entrenando mi cuerpo, magia, hecho sería y de todo, así que al recordar un hechizo recordé uno que tal vez pudiera sacarme de hay pero sería arriesgado ya que haría mucho ruido, acomode mis ideas y me calme, tome espacio y extendiendo mi mano derecha hacia el techo dije...

- ¡Del mando imperial invocó al derrumbe eterno del infierno, abre ante mi el paso, tumbando todo a mi paso!- grite con todas las fuerzas que tenía-. ¡Yo te invoco rayo divino!- dije sin miedo y con confianza, pero me dolía la garganta y la vista se me nublaba.

El cielo se empeso a nublar, y de las profundidades de las nubes salió un rayo que perforo el techo de donde me encontraba, huí de hay sin mirar atrás, jurándome a mi mismo el no dejarme atrapar por nadie, ni siquiera por "ellos".
Salí como pude de hay, para encontrarme con algo que jamás pensé ver, sorprendido por lo que acababa de ver ...

-¡¿Pero qué demonios es esto!?- grite tras ver los derrumbes, incendios y demás-. Que es esto, se supone que esta nación tenía un sello, ¿quien lo quito y para que?.

Estaba consciente que tras los derrumbes ocacionados esto podría suceder pero, era lógico que algo no andaba bien, tenía entendido que ni aunque hubiera algún atentado dentro de esta nación podrían suceder dichos desastres que sólo podrían pasar sí alguien destruía la barrera que protegía a esta. Seguí caminando lentamente, pero, algo andaba mal, cada paso que daba era como perder el equilibrio
Tras alejarme hasta llegar al bosque caí desmayado y lo extraño, es que tenía miles de heridas.

-L-lo siento- me dije a mi mismo enterrando la cabeza en suelo-.

Tratando de levantarme, las fuerzas de los brazos se me fueron y volví a caer al suelo como sí fuera un gusano.

-Se suponía que esaba bien, pero ¿por que tengo tantas heridas en el cuerpo? no lo entiendo esto no es normal-. Dije tras empezar adesvaneser mi vista-.

Quede inconsciente tirado en el suelo, pero pude sentir algo, el como algo se encaja en mi abdomen asiendome revolcar del dolor y un grito salió de mi boca, después de unos instantes sentí un ligero agarre o eso creía.

-Pobre iluso ¿creáis que podías desacerté de mi?- dijo una voz que provenía del bosque-. Estaba esperando que hisieran esta estupidez amigo mío-.

Al terminar de decir eso, alguien me cargo y me introdujeron en algún sitio que la verdad no podía distinguir en ese entonces, estaba completamente inconsciente y no sabía nada de mi mismo, hubiera dado lo que fuera por que esto sólo fuera una un mal sueño.

Entre mi inconsciencia podía sentir la niebla pesada del bosque, el olor a sangre y el cántico de las aves del bosque

Oscuro DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora