Mi dulce pecado: parte I/III

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AINOSUKE X TADASHI.

Ainosuke y su bello esposo, Langa, se encontraban sentados en la enorme mesa haciendo lo de todos los días por la mañana, desayunar.


Pero como siempre, todo es en silencio. Los dos sabían que ahí n había amor; simplemente un berrinche que por parte de ambos, donde Ainosuke quería al menor solo por su belleza y Langa lo quería sólo por su dinero.

Por la puerta entró Tadashi; su amo de llaves y...¿sirvienta? Bueno algo así, él se encargaba de toda la casa así que sí, se podría decir que es un sirviente.

—Oh Tadashi, ya estás usando el nuevo uniforme se te ve genial.

Ainosuke inmediatamente alzó la mirada para encontrarse a aquel precioso amo de llaves con un traje de maid; en blanco y negro y su diadema color blanco, se veía precioso; su pomposo trasero levantaba un poco la falda haciendo que se le vieran sus piernas que Ainosuke no tardo en recorrer.

—¿Irás a trabajar?—Pregunta Ainosuke a Langa intentando desviar su atención de Tadashi.


—Sí, me tengo que ir ahora, nos vemos en la cena cielo.—se levantó de la mesa y salió del lugar.

Tadashi comenzó a recoger los platos de su jefe para llevarlos a la cocina.

—Cuando termines...ve a limpiar mi oficina.

—Claro, amo.

"Amo" aquella palabra dicha por él hizo que tuviera una reacción nada amigable. Dejando los platos ahí mismo se puso de pie para ir a su oficina y comenzar a trabajar.
A los pocos minutos, Tadashi abrió la puerta susurrando un "compermiso" y comenzando a limpiar el librero; mientras lo hacía, Ainosuke veía la manera tan sensual en la que su falda se alzaba cuando intentaba limpiar más arriba dejando ver así su ropa interior.
Sin poder evitarlo y maldiciendo por aquel capricho, Ainosuke se puso de pie y camino hasta Tadashi poniéndose detrás de él con sus manos en la cintura del chico haciendo que pegara un salto.

—Dime, ¿de quién fue la idea de ponerte este uniforme?—susurro despacio en el oído del otro, los vellos de su piel se erizaron al oír la voz de su amo y sin querer soltó un pequeño jadeo.


—Su esposo...dijo que me veía bien con esto...—dijo con la voz ronca y tropezando.

Ainosuke pasó sus manos por la cintura hasta llegar a la falda y comenzó a acariciar las piernas de su sirviente; Tadashi no podía creer aquello; su amo, su jefe, su amor platónico estaba tocándolo como tanto quiso.
Dejaba salir jadeos y uno que otro gemido cuando su amo se pegó más a él y sintió el falo de su señor despierto y listo para atacar.

***

Salía y entraba de aquel chico con la falda puesta; Tadashi se encontraba en un mar de gemidos por aquel enorme placer que estaba sintiendo en aquel momento.
Se encontraba en el escritorio de su amo como en una de sus tantas fantasías siendo embestido por aquel semental que tanto había anhelado. Ainosuke acariciaba sus piernas y besaba sus glúteos gustoso y eufórico por saber que él era al causante de aquellos ojos llorosos y aquellos gritos de placer.

—¡Oh...má-ss! Por favor, p-or favor...

Ainosuke no hizo más que obedecer; en aquellos momentos, él era el sirviente de su precioso amo de llaves.

—¿Te gusta bebé?

Tadashi asentía a todo lo que Ainosuke preguntaba y es que no podía formular una respuesta coherente por el éxtasi de placer que estaba sintiendo en aquellos momentos; veía estrellas y se había perdido en sí mismo.

—¡Oh, ah-í!


"Ahí"

El amo dejo salir su semilla, llenando al precioso chico debajo de él y besando sus mejillas y hombros. Sobre todo, dejando mordidas para que jamás se le olvidará que él era su amo en todo aspecto.


No sólo, laboralmente hablando.

El corazón de ambos latían rápidamente; era la primera vez que los dos sentían algo así pero sabían que no podían ir más allá que sólo tener...aquel pecado carnal.

—¿Estás bien?—Pregunta Ainosuke.


—Sí.

Lo besa una última vez y lo sostiene en sus brazos por lo que parece ser una pequeña eternidad.

SK8♾️ |one shots|🛹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora