Advertencias: segunda parte de Kilig, por lo tanto, para entenderla, debes haber leído previamente esa historia. YoonSeok.
―Yongsun, ¿estás lista?
La chica levantó la vista de su bolso, mirando a Jimin arrodillado frente a ella, y sorbió por su nariz.
―¿A dónde iremos? ―preguntó con la voz temblando.
―A un hotel ―dijo Jimin, limpiando sus lágrimas―. ¿Estás triste porque papá y mamá se van a divorciar?
La omega negó con la cabeza, tratando de calmarse gracias al toque dulce de Jimin.
―No, ChimChim, no soy tonta ―dijo en voz baja―, sé que papá no quiere a mamá y ellos... uh... Ellos son un desastre juntos ―Jimin asintió, dándole la razón en silencio―. Pero tengo miedo, ayer mamá... ella... ella estaba enojada y la abuela estaba aquí y peleaban a gritos...
Jimin la tomó de la mano, mirándola con cariño porque sabía cuánto miedo le daba a Yongsun su abuela, el temor que sentía por equivocarse frente a ella y llevarse una reprimenda.
En el fondo, Jimin también le tenía mucho miedo, pero no iba a demostrárselo pues sabía que eso sería alimentar su ego.
―¿Qué estaban diciendo? ―le preguntó con voz suave.
Yongsun sollozó.
―La abuela le decía a mamá que tenía que hacerse marcar por papá, aunque lo forzara, y tener otro bebé ―lloró la niña―, y luego habló algo sobre hacerte entender a la fuerza que nosotros somos tu familia ―Yongsun hipó―. No lo entendí bien, Jiminie, ¿qué quería decir con eso? ¿Nos vas a dejar? ¿Me vas a dejar?
Jimin la miró, alarmado de que hubiera escuchado esas cosas, y la abrazó con fuerza, sintiéndola sollozar contra su cuerpo. Su pequeña, dulce y amable Yongsun, que no le hizo nunca daño a nadie, ni tampoco se volvió mala o petulante cuando tenía toda la atención sobre ella en los años que creían que iba a ser alfa.
Yongsun no era su hermana, pero, así como Yoongi tampoco era su papá, a Jimin no le importaba.
―Claro que no te dejaré ―le dijo con voz seria―, ¿cómo puedes creer eso de mí? Eres mi bonita princesa. Sólo voy a dejarte cuando llegue un alfa decente y quiera casarse contigo, que espero que sea nunca.
Yongsun soltó una risa baja, asintiendo, y Jimin le dio un beso en la mejilla antes de ponerse de pie, tirando de ella a su lado para bajar juntos la escalera. Yoongi ya los esperaba abajo, llevando también un bolso mientras Jiwoo le suplicaba que se quedara, que no se marchara, pero su papá parecía decidido a ignorarla.
―¿Yongsun? ¿Jimin? ―Jiwoo los miró con lágrimas en los ojos―. No le hagan caso a su papá, quédense aquí, ¡somos una familia!
―Lo mejor es esto, mamá ―dijo Jimin con voz vacilante.