Advertencias: segunda parte de Kilig, por lo tanto, para entenderla, debes haber leído previamente esa historia. YoonSeok.
Hoseok se encogió cuando calor y dolor recorrió su cuerpo, con su omega enloquecido al escuchar la voz grave de Yoongi dirigiéndose a él. Pudo sentir, de forma inmediata, como el celo pareció apoderarse de su cuerpo con una enorme intensidad que no tuvo en los últimos catorce años.
Yoongi gruñó en el instante en que el olor dulce, envolvente y seductor de Hoseok llegó a sus fosas nasales, viendo el rostro colorado del omega. Sus pupilas se dilataron en anticipación, su alfa volviéndose loco para poder tener a Hoseok entre sus brazos y nunca alejarlo.
Hoseok gimió, confundido y necesitado. Jimin se alejó con una expresión de sorpresa, en tanto Taehyung se ponía de pie, despertando a Jungkook.
―A-Alfa... ―jadeó Hoseok.
Yoongi volvió a gruñir por el placer que la simple palabra provocó en su ser.
Dio un paso, pero antes de poder seguir avanzando, Jimin se adelantó y lo empujó, haciéndolo retroceder.
―No ―advirtió Jimin―, ¡sal de aquí!
Hoseok sollozó, descontrolado, su omega gimiendo para poder tener contacto, y Yoongi miró al menor en señal de advertencia, de que se alejara o no se haría responsable de sus acciones.
Pero Jimin sólo arrugó el ceño.
―¿Qué está ocurrien–? ¡Oh, mierda!
Yoongi le gruñó al alfa que apareció detrás de él, comprendiendo la escena con rapidez, y dio un paso para acercarse a Hoseok. Sin embargo, no dio ni dos pasos cuando Yoongi tiró de él con un nuevo gruñido amenazador.
―No ―espetó―, ¡fuera, todos!
Jackson miró a Yoongi, parpadeando, y le observó unos segundos antes de dirigir su vista otra vez a Hoseok. Segundos después, sus ojos se desviaron a los tres chicos allí metidos, a Jimin frente a su mamá.
Volvió a mirar a Yoongi, endureciendo su expresión.
Hoseok gimoteó una vez más, inducido en un profundo celo doloroso que lo estaba enloqueciendo de a poco.
Yoongi dio otro paso, pero Jimin lo empujó.
―¡Dije que no! ―le gritó, enojado―. ¡No lo harás, no así!
―¡Me necesita! ―gruñó Yoongi con tono desesperado―. Lo necesito.
Jackson lo agarró del hombro, tirando de él hacia atrás.
―No, no lo necesitas, y él tampoco lo hace ―dijo con tono serio―. Fuera. Me haré cargo de Hobi.
Yoongi miró al alfa con una expresión en blanco, sus ojos refulgiendo con ira.