Capítulo 10: "Odio y rencor".

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Christopher odiaba ver a su hermano así, odiaba que le haya pasado lo que le pasó, que todos sus planes se hayan arruinado, que su vida esté cambiando drásticamente y que la situación esté así ahora. Pero, ¿él qué podía hacer? Karla nunca lo escuchaba y además, lo había convencido diciéndole que también pensara en Samuel, en su hijo, en el bullying que sufriría aquí el pequeño al ir a la escuela y que lo fastidien por tener de tío a Joaquín. De esa forma, también le metió la idea de cómo entrarían en bancarrota ya que nadie más querría contratarlos después de esto, nadie. Quería a Joaquín, ¿pero qué podía hacer para ayudarlo? ¿O al menos qué podía hacer para que dejara de llorar de esta manera?

Fue así como el sonido de su teléfono, lo salvó.

— Mira, llaman... Contestaré. — Dijo para después ponerse de pie y sacar el móvil de un bolsillo de su pantalón. Joaquín no respondió, cayó, se quedó en su lugar y siguió llorando. — Es Karla. — Le mencionó a su hermano luego de leer su nombre en la pantalla. Dicho esto, respondió: — Hola, Karla.

— Chris, ¿dónde estás? — Preguntó la mujer. Habían optado por visitar la casa de uno de los amigos de Joaquín, Karla mencionó que, según lo que se acordaba, su cuñado más lo mencionaba y salía con este y por eso, junto a Antón y los policías, los guió. Pero fue en vano, el amigo no estaba porque, tal y como se había dicho más temprano, como era día particular, se había ido a pescar junto a los otros compañeros de Joaquín, como si fuera un día completamente normal para ellos en el que pensaban que Joaquín seguro estaba enfermo o le había salido algún otro trabajo y por eso, no había venido en esta ocasión. Si supieran...

Y en fin, al no obtener de vuelta ninguna ayuda para encontrar al chico. Se estacionaron un rato afuera en el que Karla dijo que llamaría a su esposo a ver si sabía algo.

— Estoy en casa, encontré a Joaquín. Karla, lo encontré. Yo lo hice, está conmigo.

— ¿De verdad? — Preguntó Karla mirando a Antón, quien estaba a su costado atento a cualquier noticia.

— Encontré a mi hermano, ya volvimos. Estamos en casa.

— Que bueno, ya vamos entonces. — Dicho esto, la mujer cortó la llamada.

— ¡Todo limpio, oficial! — Gritó uno de los policías al volver junto a otros compañeros por diversos lados del lugar porque, cada vez que estacionaban, ellos tenían el trabajo de buscar por los alrededores por si Joaquín estaba cerca tal vez.

— Por supuesto que está limpio, no vendrían aquí. Saben que podemos buscarlos por estos lugares, no estamos lejos de la casa del chico. — Le dijo Antón al comandante.

— Hablé con Christopher, todavía está buscando. — Mintió Karla acercándose a los hombres, se había apartado un poco cuando su esposo le dijo que ya había encontrado a Joaquín. — Les dije, se fue con Emilio. No los conocieron porque viven en otra parte, en diversas zonas del pueblo por ser muchos pero, los hombres de la familia de esa chica los matarán si se enteran. Que Dios nos ayude... — Decía fingiendo estar preocupada, todo esto con el objetivo de que les creyera su historia.

— No se preocupe, los encontraremos. Toda la policía está alerta, no saldrán de la ciudad. — Le dijo el comandante.

— Es que no se pueden quedar quietos, sólo están empeorando las cosas. Deberían esperar. — Añadió Karla molesta.

¿Qué culpa? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora