Capítulo 17: "Enterarse de la verdad".

277 32 31
                                    


Ahí seguía Emilio esperando que Sergio y Sebastián respondieran algo pero, al ver que no lo hacían, supuso lo obvio y por eso, añadió: - Seguro andan muy felices, apuesto a que hasta ya volvieron a su vida de vagos y de ir de fiesta en fiesta, ¿no? Con cero trabajos, aún siendo mantenidos por sus papis, sin hacer nada productivo por sus miserables vidas de niños mimados.

- Emilio, ya, relájate. - Dijo Sergio interrumpiéndolo, habiendo terminado su copa de vino de un trago más. - Para con eso y veamos las cosas buenas, no seas tonto. Va todo bien, ya no iremos a la cárcel, le darás una vida feliz y acomodada a ese chico y a su familia, tu mismo padre está más que contento con eso. - Decía empezando a servirse otra copa. - Todo va a tu favor también y a pesar de eso, no estás feliz, no sé qué quieres.

- ¿Cómo quieres que esté tranquilo con esto? - Soltó Emilio con rabia, hacia Sergio, odiando que se esté tomando esta situación tan a la ligera. - El chico me mira todo el tiempo y me recuerda a esa noche, a esa maldita noche.

- No eres el único. - Añadió Sebastián, viendo hacia un punto fijo del bote, al frente y sí, de nuevo recordando. Emilio volteó a verlo. - Yo también recuerdo... - Lo decía con un tono de arrepentimiento que Emilio no llegó a notar, él pensó erróneamente que lo decía recordando con gusto, también lo siguiente. - Tenía unos ojos muy bellos... - Soltó sin pensar, con pena que Emilio no identificó por lo molesto que estaba y por estar odiando tanto a los que tenía a su alrededor hasta el punto de pensar mal de cada cosa que dijeran o hicieran; Sebastián también fue recordando como Joaquín lloraba y como él, a pesar de eso, siguió siendo una bestia despiadada con él dando embestida tras embestida.

Y por supuesto, claro que Emilio tomó esto mal.

- Estás mal de la cabeza. - Y para él, eso había sido suficiente, sentía su sangre hervir de la furia y aprovecharía este momento exacto para desquitarse de una vez. - A ver, repite. Atrévete, pedazo de mierda. - Lo retó, con voz amenazante y poniéndose de pie. Sebastián recién reaccionó y volteó a ver a Emilio, asimilando lo que recién había dicho. Por otro lado, Sergio, al ver a Emilio tan molesto como nunca lo había visto, tomó rápido de lo que sobraba de su copa hasta vaciarla para después dejarla sobre la mesa de nuevo, sabiendo que las cosas se iban a poner feas.

- Emilio, no... - Decia Sergio al ver como Emilio se acercaba a Sebastián con claras intenciones de pegarle, poniéndose de pie también.

- ¡Atrévete a pensar así de Joaquín de nuevo y te parto tu madre! - Emilio gritó empujándole fuerte cuando Sebastián intentó ponerse de pie, llegando hasta hacerlo a medias y volviendo a sentarse debido a los dos puños que recibió al frente de sus hombros. - ¡¡Te mato, ¿me oíste? Te mato!! - Tan sólo llego a patearle su rodilla siendo lo más brusco posible ya que Sergio lo agarró por detrás, del brazo, apartándolo. Había dicho cosas como "Cálmate, déjalo" mientras tanto. - ¡Suéltame, idiota! - Le gritó a Sergio empujándolo también para que lo soltara, Sergio así lo hizo, al menos Emilio empezó a ir hacia el otro lado del yate, alejándose de ellos.

- ¡Eres un idiota, Sebastián! - Le regañó Sergio, ni él había sido tan animal de comentar algo así habiendo sido la violación tan reciente, menos en frente de Emilio que se ponía como bestia cuando se trataba de Joaquín.

- Discúlpenme... - Fue lo único que Sebastián dijo, quedándose sentado y arrepintiéndose del comentario que había dicho; no teniendo intenciones de responderle el golpe a Emilio, no tenía derecho de hacerlo. Sabe que se había pasado, a pesar de haber sido malinterpretado. Él, en esa parte, no era como Sergio, no lo había dicho con malicia o recordando gustoso, no. No era así.

- ¡Me odio a mí mismo y a todo lo que está pasando! - Les gritó Emilio volteando a verlos de nuevo. - ¡Y también los odio a ustedes, malditos! ¡Los aborrezco a cada uno y no se dan una idea de cuánto lo hago, imbéciles!

¿Qué culpa? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora