Capítulo 19: "Noticias y bienvenidas".

246 30 29
                                    


- ¿Lo entiendes o no?

- Sí, Emilio, relájate... Ya entendí. - Respondió Sergio sirviéndose un poco más de la botella de whisky que había ordenado en su copa ya vacía. Mostraba que no le daba importancia cuando en realidad, no era así, estaba confundido por como Emilio defendía tanto a Joaquín, demasiado. Recién lo había mirado como si quisiera asesinarlo ni bien dijo el nombre de ese niño, Sergio no entendía por qué se molestaba de esa forma, sólo estaba dando una idea. Una que milagrosamente se le ocurrió de tanto pensar y sólo a él, no al resto.

- Bien, entonces, me voy. - Dijo Emilio poniéndose de pie.

- ¿Por qué tan rápido?

- Veré a mi papá, prefiero expicarle del tema yo mismo antes de que se entere por las noticias.

- Bueno, cuidado, ¿sí? Haz todo lo posible para que te crea, por favor.

- Cállate, eso ya sé. - Dijo sacando su billetera para pagar su parte ya que tan sólo se había pedido un café que dejó a la mitad. - Y oye, escucha. Búscame lo menos posible, sólo háblame por algo relacionado a este tema, ¿entendiste?

- Ah bueno, entonces de verdad aquí acaba todo, ¿no? - Bromeó, teniendo la mínima esperanza de que Emilio no haya hablado enserio y que en cualquier momento, saldrían los tres invencibles de nuevo a hacer de las suyas y a divertirse por ahí, por alguna parte de la ciudad. Es que de verdad lo quería como amigo o hasta hermano, estaba tan acostumbrado a él desde hace diez años. Aún le costaba asimilar de que su amistad, incluyendo a Sebastián también, éste acabando así, por esa razón.

Y claro que para Emilio también estaba siendo todo tan difícil, sí había querido todo este tiempo a Sergio y a Sebastián a pesar de que a veces se molestara con ellos por tonterías que hacían... Pero lo último que pasó allá en Chiapas, no fue para nada una tontería, fue algo completamente serio y de gravedad, algo que no podía dejar pasar como en las otras veces, claro que no, esas otras veces habían constado de drogas, peleas en antros, problemas teniendo dos parejas al mismo tiempo, plagios de exámenes, choques leves de coche por conducir con borrachera y etcétera, estupideces. Pero ante esto, no... Ya nunca los podría volver a ver o a tratar igual. Los veía y sólo se recordaba de aquello que era de lo que más se arrepentía con todas sus fuerzas. Los odiaba, eso hacía ahora que sólo se acordaba de como le hicieron sufrir a Joaquín esa maldita noche, le repugna recordar esas imágenes y sonidos, demasiado.

Pero ahora, ya que Sergio justo estaba tocando el tema de su amistad, creía que lo mejor era dejar las cosas bien claras, más de lo que lo había hecho en los yates.

- Yo aquí no soy el malo, Sergio. Al menos no el único. Y si no nos vamos a juntar más, si esta amistad que teníamos los tres, esa hermandad... Se acabó, no fue por mí... Porque yo no fuí él que empezó toda esa mierda. - Sergio sólo lo veía y escuchaba, sabiendo que con lo último que dijo, se refería a él ya que era cierto, él había sido el primero en tomar a Joaquín, él lo había hecho... - Pero si quieres que sea aún más claro, sí, aquí acaba todo. Yo no quiero saber más de ustedes dos nunca ni que se metan en mi vida, mucho menos en la de mi familia, incluido Joaquín. Todo lo demás lo dije en los botes ayer, así que basta y madura de una vez. - Y dicho esto, sin esperar su respuesta porque le importaba poco lo que dijera ahora, se fue.

Y al quedarse solo, Sergio procedió a seguir tomando, sabiendo que la bebida era su única fiel compañera, para tratar de olvidarse de todo el mundo y los problemas, sólo buscaba liberarse de ellos ya de una vez.

[...]

Había terminado la conferencia de prensa rápida que organizó Guillermo Poza, donde él, sólo al lado de su hijo ya que no logró convencer a su esposa de que los acompañara, explicó que aquella noticia de la violación era mentira, una calumnia, que ya estaba encargándose de buscar al responsable que difundió aquello para que reciba su respectivo castigo. ¿Y Sebastián? Él sólo lo siguió en todo, obedeciendo. Ahora, ambos se encontraban en la mansión Guaita.

¿Qué culpa? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora