Ducha

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Se habia quedado a dormir unos dias en el departamento de su pareja, llevaba un solo dia ahí y sus hormonas revoloteaban como mariposas juguetonas

Gemia en la ducha, eran aproximadamente las 4 de la mañana, pero un humedo sueño lo había logrado despertar, en su intención de no despertar a su pareja decidió darse una ducha fría, pero tampoco funcionó

Con su mano trato de aliviar su ereccion, haciendo rapidos movimientos, pero por alguna extraña razon se sentia mas sensible que de costumbre, gimiendo y jadeando sin verguenza alguna, suponía que no lograría despertar a Volkov

Hasta que sintió unas manos sobre sus hombros haciendole retroceder, se sorprendio ante el tacto, giro la cabeza para mirarle — Tus gemidos van a despertar a los vecinos — le susurro en su oido mientras acariciaba su muslo

— Ayudame... — Le pidio, ya lo tenia ahí con el, sus miradas se conectaron, besandose mientras Volkov toqueteaba el cuerpo húmedo de Horacio

— A eso vine — Contesto, tomo el miembro del moreno, apretando con su mano a la vez que realizaba movimientos, las gotas que se deslizaban por la piel canela de Horacio mojaban la ropa de Volkov, su camiseta negra junto a su ropa interior, pero le daba igual — Estaba teniendo un muy buen sueño... ¿Realmente mereces que te ayude? — tembló ante sus palabras, su semblante serio si que lo excitaba

— Si... — Jadeo suplicante, volviendo a atacar sus labios, un beso lleno de lujuria, definitivamente el peligris le iba a conceder su deseo. Se alejo del cuerpo del menor, dejándolo algo confundido, pero entendió cuando sintio el pecho ahora desnudo del contrario sobre su espalda, juntando nuevamente sus cuerpos, acariciaba cada rincon del cuerpo del menor, hasta tomar posesión de su miembro nuevamente

— Dime Solntse... ¿Que es lo que quieres con exactitud?

— Follame ya, Joder... — Los movimientos sobre su miembro aceleraron, haciendo que soltara un sonoro y fuerte gemido,

Volkov solo solto una carcajada ante lo sensible que estaba su pareja, detuvo los movimientos de su mano para poder agarrar con firmeza sus caderas, entro lenta y suavemente en el interior de su pareja, siendo apretado en una asfixiante sensacion placentera

Una mezcla de dolor y satisfacción era lo que el de piel morena sentia, bajo su mano hasta su propio falo para relajarse, haciendo movimientos a velocidades exactas que le brindaban placer, no la tortura que el Peligris le brindaba con movimientos muy lentos o muy acelerados

El dolor de no ser preparado ni dilatado le hacia arder su interior, pero a la vez le gustaba, el roce y la presion continua contra su prostata le hacia reir para no llorar por el placer, Volkov dio suaves embestidas como bienvenida, sacándole Suspiros, escalofrios llenos de energía erótica y sexual recorrían su cuerpo

Volvio a quedarse quieto, solo por ver cómo reaccionaria el menor, quien jadeo su cadera se movia de adelante hacia atras, haciendo que el miembro entrara por si solo en su estrecho interior, los ruidos que soltaba el de cresta eran encantadores, Tomo sus caderas con fuerza, estampando su cuerpo contra la fria pared, comenzó con embestidas mas rapidas, mas fuertes

El sudor se acumulaba en su frente, su miembro goteaba al sentir el orgasmo acercarse, su rostro estaba sonrojado, escuchaba los gemidos del peligris cerca de su oido, le encantaba, jadeaba mientras una sonrisa se formaba en su rostro

Las babas caían de su boca, el choque de sus pieles se volvia irregular y los gemidos ya eran imposibles de callar, ambos al limite, el calido y húmedo interior de Horacio le creaba una maravillosa sensacion cada vez que entraba en el, por otro lado su punto mágico era presionado con constancia, con cada embestida estaban mas cerca del orgasmo

Unos minutos bastaron para que una ola de placer sacudiera Sus cuerpos al mismo tiempo, donde Horacio derramo su escencia sobre la pared y Volkov se desahogo en el interior de su chico. Tratando de regular su respiracion, afirmo su frente en el hombro de Horacio, dando besos en los lunares que alcanzaba sin mayor esfuerzo

Encendió la llave de la ducha, lavando por encima su cuerpo, la mirada embobada de Horacio seguia sobre el, cosa que le causaba ternura — Ya llevas mucho tiempo aquí, te puedes enfermar, una ducha caliente y ven a dormir de nuevo — Dejo un beso en sus labios y salio del baño

Un idiota enamorado es lo que habia dejado en esa habitacion, un idiota que por calentura ahora le dolia su cadera
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Pero le encantaba ese idiota...

Privatters ! VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora