Extremadamente caliente.
Eran las palabras que describían a la perfección al director del FBI en su actual estado, excitado
Seguía de servicio y aunque se estaba despidiendo para ir a cenar junto a Volkov, la erección en su entrepierna comenzaba a hacerse notoria, el roce de su ropa con la cabeza de su miembro le desesperaba, podria tomar al peligris y llevarlo al baño mas cercano para poder desahogarse junto a el, pero para cuando esta idea cruzo su cabeza ya estaban en el auto a nada de partir camino a casa
"Viktor, Volkov, Vik, Ruso" pensaba en algún nombre o apodo por el cual llamar su atención, cual sonaría mejor con su voz ronca debido a la excitación, cual prenderia mas al contrario al punto de que quisiera follarlo contra el Capó del vehículo en medio de la carretera
Sus mejillas ardían en un tono rojizo, el sudor adornaba su frente, tener al lado a quien ansiaba en tener junto a el durante las noches mas frías y los inviernos mas solitarios no colaboraban con su calor. Pronto el soviético se daría cuenta de que algo pasaba y aunque no sabia bien el que, la curiosidad llego, preguntando directamente — ¿Qué ocurre? — Con su tan característico acento Ruso
— ¿Puedes ir mas rápido? Tengo un problema... — Y que problema podría ser? Quizas no era de su incumbencia, pero en un semáforo en rojo lo observo de pies a cabeza, deteniéndose en su mano fija en el arco de sus piernas, apretando por encima de la ropa mientras jadeaba. Tal vez no tenia que haber visto eso, ahora era mas que obvio el por que de su sonrojo, de sus piernas rozando entre si y de...
Ok, estaba mirando demasiado
desvió la mirada y concentro sus pensamientos únicamente en el GPS y el trayecto a tomar, semáforos en rojo y autos que venían de diferentes direcciones, ignorando completamente la anterior petición del Francés, tomándose su tiempo y torturando involuntariamente al chico sentado a su lado, sentía su miembro palpitar y el dolor acentuarse en la base de su pene
— A tomar por culo — Exclamo, su cuerpo caliente y deseoso lo llamaba a liberar su dolorosa erección, no era el mejor lugar, pero peor era no hacer nada y, esperar que el lento de Volkov lograra llegar a casa no era una opción. Levanto las caderas, bajando su ropa interior junto al pantalón que ocupaba cuando estaba de servicio, quitando aquellas prendas en su totalidad
La sorpresa del peligris no se hizo de esperar, frenando el vehículo de golpe en un callejón — ¿Q-Que coño haces? — Pregunto alterado
lo miró, sus ojos como una fina esmeralda y una bonita castaña resaltaban su calentura, sediento de el, un hambre voraz por su persona, acerco su mano a su boca, tocando sus labios respondió — Hacerme una paja — suaves y finos labios que quería besar, degustar, quería probar del elixir que salía de su boca, con una idea juguetona su mano quedo en frente de sus labios y con su ronca voz — escupe — le ordeno
— Horacio te pueden ver — Dijo, haciendo caso omiso a la orden del menor
— ¡Escupe!— Volvió a exigir, jadeando cuando Volkov boto un cumulo de saliva sobre la palma de su mano, liquido que le ayudaria a lubricar de mejor manera su miembro, bombeando con lentitud, soltando un glorioso gemido en su reciente gozo de placer. El auto volvio a marchar y el se dejo ser, jadeos y gemidos que avergonzaban al mayor por la reacción que su cuerpo tenia ante su voz
El sonido que su boca soltó cuando al parecer, era una buena idea meterse los dedos frente a el
"A la mierda los semáforos" Pensó el peligris ¿Quien podría controlarse con tal situación? Queria llegar a casa, probar un dulce y tentador postre francés que llevaba un tiempo queriendo degustar. Sus gemidos, el calor que salia de su cuerpo y que lograba empañar ligeramente las ventanas del vehículo, las caras que eran todo un espectáculo y el obsceno sonido que se creaba en su zona baja lograron despertar sus más oscuras fantasías
