¿Amigo?

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— Esas costillas se veían bastante bien. He tratado de buscar un lugar aquí en la ciudad que venda unas estilo Texas, pero no he encontrado. — me dice Bruno .

— Eeeh...— Esto es tan surreal, que no sé que decir.

— No pareciera que te gustara esa comida. Pareces más de comidas balanceadas.  Es una grata sorpresa.— Bruno se llega a la boca otra tanda de frituras.

— ¿Quién en su sano juicio no amaría unas buenas costillas BBQ? — agarro de sus frituras y me las llevó a la boca.

Bruno sube una ceja y esboza una sonrisa de lado. — Bueno, pues esto aunque es un descubrimiento .— se le queda viendo a mis hotcakes — Se ven súper esponjados, ¿dónde los compraste?

— Yo los hice. — claro que mi ego esta inflado. Nunca nadie sabía fijado en mi comida. — ¿Quieres uno?

Y sin decirle dos veces, toma uno como si fuera tortilla y lo mete a su boca casi por completo. Es un animal.

Cuando comienza a masticarlo, hace el sonido más erótico que he escuchado a un hombre hacer.

Gime.

La vida se me va un poquito y regresa en forma liquida a mi vagina.

— Efto ef  delifofo— dice mascando y toda la excitación se va de inmediato. Bueno, al menos alguien lo esta disfrutando en verdad. — Deberías dejar tu trabajo y hacer esto a tiempo completo.

Se chupa los dedos quitando un poco del jarabe de maple que tenía.

— Gracias, se los hice a mi  novio, pero...— hablo de más y cuando me doy cuenta, Bruno está atento viéndome. Tal vez es mi necesidad de hablar con alguien que me hace decir cosas a cualquiera.

— Dejame  adivinar, ¿solo come pollo y atún por que debe cuidar su cuerpo?— no se que decir,  la verdad no esperaba que me dijera eso, pero prácticamente me dio la respuesta.

—  Tiene una rutina bastante estricta. — contesto tratando de reparar mi error.

— Si mi novia me hiciera el desayuno así, no la dejaría con la comida. Aun así tenga que pasar una semana comiendo lechuga y más tiempo en el gimnasio. — se come lo que le sobra del hotcake y me ve fijamente. — Bueno, yo solo digo. — sentencia.

Carajo, tiene razón, lo que hizo Salvador, fue algo grosero.

— Pero en fin...— se hace un silencio incómodo.—  Y... ¿Hoy sales con tu novio de nuevo?

— No, hoy no... — digo rápido.

— No tienes muchos amigos, ¿ verdad?. — suelta de repente

— Y tú eres muy indiscreto, ¿no crees?— le respondo evadiendo la respuesta.

— Yo puedo ser tu amigo. — dice cambiando de posición  en la silla. — Solo necesitas — con sus dos brazos hace un ademán de apertura. — Abrirte a la gente, ser mas amigable. Tu vida cambiaría bastante.

Escucharlo hablar es como si Karen estuviera en su versión masculina. Ella solía decirme esto todo el tiempo.

Pero le lanzó una mirada de hartazgo.

— Y según tú, ¿qué debo hacer para tener más amigos?— cruzo los brazos esperando una respuesta de "sal a mas fiestas"

— No lo sé, no te conozco lo suficiente. Necesitaría pasar tiempo contigo para darte un mejor consejo. — fue buena respuesta. — ¿Hoy que haces?

— Saliendo voy al gimnasio. — espero que eso lo haga desistir

— ¿A cuál? — responde, su cara es de reto
— Sportlift— Nadie lo conoce, por eso es perfecto.

En Donde La Felicidad Nos EsperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora