♧♧♧ Bruno♧♧♧
Hace días que he estado trabajando mucho. Esto del litigo en contra del médico, me ha estado tomando mas tiempo de lo que creí. El imbécil conoce a muchas personas poderosas, por lo que dudo que algún día toque una cárcel. Pero por lo menos, quiero que se le revoque la licencia y nunca pueda ejercer. Ese tipo de personas, no merecen ser "servidores de la salud".
Hoy he estado en el hospital, revisando registros tanto de hospitalizaciones como de seguimientos realizados por este hombre. Es impresionante la cantidad de faltas y omisiones que hay en sus documentos, con esto, tengo pruebas suficientes para deslindar de responsabilidades al hospital, puesto que ya había sanciones fuertes previas.
Saco copias de todo, tratando de llenar mi expediente para la carpeta. Tengo que ser bastante cauteloso y precavido. Cuando voy a acomodar todos estos papeles en su lugar, me estreso de pensar que sera el trabajo mas difícil de todos por que ésta papelería está en un desorden descomunal.
Yo soy desordenado en ocasiones, pero aquí es un horror. Si Ana viera esto, posiblemente se desmaya y después se pone a arreglar cada cosa hasta dejarlo con un sistema que funcione.
Sonrío al pensar en ella. No se da cuenta a veces de lo cautivadora que puede ser. Claro, es una mujer bastante hermosa y con un cuerpo bastante atractivo, pero es esa personalidad la que me intriga. En el trabajo es muy formal, al punto de tener fama de inflexible, pero como amiga, es divertida, amable y muy chistosa.
Ella me gusta.
Lo sé desde el día que fuimos al gimnasio. Fue confiada, audaz y me hizo reir. En otras circunstancias, ya hubiera hecho algún movimiento y la habría invitado a salir, sin importar que tenga novio; pero su lealtad me intrigó aun más.
Ella siempre le fue fiel a ese idiota, aún cuando era visible que él solo la quería como trofeo o algo parecido. Ella siempre puso un límite, aun cuando la tenté más. No hay personas como ella, lo sé yo que he salido con más mujeres de las que puedo recordar.
Me gusta Ana. Y quiero gustarle.
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Cuando estoy terminando guardar las cosas, salgo de la oficina y quiero pasar a ver a Ana, hace un rato que tuvo un mal momento con alguien que decía ser su amiga.
Esa mujer es la clásica niña mimada que no le ha costado la vida y se siente con el derecho de ser siempre el centro del universo. Escuchar como se expresó de quien solía llamarle mejor amiga, habla solo de la calidad de persona que es.
Voy por el pasillo, casi llegando hasta na oficina de Servín, el jefe de área, cuando lo veo salir corriendo. Pasa a mi lado y se pone pálido.
- ¿Tú conoces a algún familiar de Ana?- pregunta en cuanto se para de golpe.
- No... ¿Ella está bien?- siento un vacío en la boca del estómago, por que sé que algo grave pasó.
- Está en emergencias, se calló de una escalera. Tratamos de informarle a alguien, pero no hay nadie en los registros para emergencias.
Lo sé. Ella nunca me lo ha dicho, pero sé que está sola.
Y de pronto la realidad me pega.
Se ha caído. Ella está embarazada.
El bebé.
Siento mis piernas moverse, pero siento que no es lo suficientemente rápido para llegar hasta ella.Servín va atrás de mi, no sabe que pasa. Cuando llego hasta la estación de enfermeras, la veo acostada en una camilla, hay enfermeras y un doctor ahí con ella.
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En Donde La Felicidad Nos Espera
RomansaTras un episodio traumante en su vida, Ana decide que no puede continuar así y recibe la ayuda que le proporcionan. Su meta es sanar y ser una mujer que pueda superar todo aquello que la ha atormentado. Bruno, está enamorado de Ana. Sabe que ella ne...