Adormecida.

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Los ascos matutinos comenzaron a presentarse. No sé si sean por el embarazo o por que últimamente tengo asco de vivir.

Me he tragado todo este sentimiento, toda esta decepción. Quisiera que fuera una mala broma de la vida, un chiste mal ejecutado que no me han podido explicar.

El problema es ese, nadie me ha dado una explicación de lo que vi o de lo que sucede. Soy un personaje secundario en mi propia vida y pareciera que los demás han empezado a generar una trama aparte que dicta como mi vida tendrá que terminar.

Odio este sentimiento. Odio tener que levantarme todos los días con una sensación de vacío en el pecho.

Dicen que no debes tener malos sentimientos en el embarazo, por que el bebé es tremendamente receptivo, pero no puedo evitar sentirme así.

Hace dos semanas que pasó todo lo de Renata y Salvador, yo he entrado a la semana 10 de embarazo, según la ecografía y, siento que apenas fue ayer.

Trato de tener la mente clara y los sentimientos no tan a flor de piel. Pero la verdad es que he dejado el gimnasio, he empezado a quedarme en el apartamento por mas tiempo, no tengo ganas mas que de ver televisión y comer helado.

No he visto a Bruno, creo que también eso influye. Afortunadamente, el juicio contra el médico que hizo la mala praxis ha comenzado, lo malo es que él es uno de los abogados acusadores en estar presente; es por eso que tiene poco tiempo libre. No sabe todo lo que ha pasado, no hemos ni hablado.

Desearía que mamá estuviera aquí y me diera un abrazo reparador. Quisiera que todo esto fuera menos sofocante, que no hiciera que tenga nauseas todo el día, que me sienta débil a cada momento del día.

Me he obligado a mi misma a hacer como si nada pasara. Si todo parece normal, eventualmente eso será.

Me he arreglado como de costumbre. He hablado de lo mismo. En mi trabajo he hecho lo que hago todos los días. Nadie ha notado nada diferente, nadie ha dicho nada.

- Ana, hay que recibir la lámpara de quirófano. Ya la trajeron, solo quiero que verifiques que sea la correcta. - dice mi jefe al otro lado del teléfono.

- Claro, ya voy. - contesto antes de guardar el avance que tengo de la inspección del día. - Si no es, ¿la regreso?- pregunto.

- Sí, ya yo me arreglo con la de compras. - dice Servín,no se esperó a saber si tenía mas dudas, sólo me cuelga. Sabe que no las tengo, voy a reaccionar de inmediato si veo algo que no cuadre.

Camino hasta allá, llegando solo unos minutos después de que el proveedor haya llegado.

- Buenas tardes. - le digo al señor que nos trae la lámpara. - ¿Dónde tiene el manual o las especificaciones?- buscona los lados de la caja, pero no la encuentro.

- Están aquí, se le despegaron de la caja antes de salir. - el señor de al menos unos 40 años me da los papeles y reviso las medidas.

Abro la caja para ver que sea el modelo que nos dice, y en efecto es la que pedí. El numero está grabado en uno de los brazos.

Les indico donde deben de dejarla y los acompaño hasta la bodega para verificar que en el transcurso no haya nas roto. Mientras, la de compras ha llegado y esta llenando la papelería.

Cuándo regreso a mi oficina a terminar mi informe, recuerdo que tengo que programar la instalación. Aunque no se si yo deba ser la que la instale.

Aun así, programo eso para no descartar. Es mi área, debo de atenderla.

Llego hasta mi lugar, término mi reporte del diario y veo que ya ha pasado la mayor parte del día. La verdad quiero que termine todo esto.

En cuanto dan las 5, tomo mis cosas y voy a la oficina de Servín.

En Donde La Felicidad Nos EsperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora