capitulo 8

69 5 3
                                    


- no lo sé aun, me gusta venir a ver los brazaletes y los collares, luego identifico el diseñador y si esta de humor le pido que colabore conmigo para mi marca- dijo sin mucho ánimo.

- ¿así que tienes una marca? ¿de ropa? – dije mirando unos anillos de jade y amatista, bastante hermosos, bañados en oro.

- si... ¿acaso no me conoces? – dijo curioso dejando los accesorios que veía detenidamente y recargando su brazo en el mostrador, mirándome fijamente.

- ¿debería? – adopte su misma posición, a un mostrador de distancia de él, le sonreí, no sabía a qué venia este animo que tenía, tal vez era su perfume, tal vez era que estaba harta de estar muda, de no poder dirigirme a él como si fuese una clase de dios o que se yo, que la gente idolatraba, para mí era un chico más, con atuendos espectaculares, un gusto de música algo variado y una mirada intensa, pero atrayente.

- él sonrió y suspiro un poco, como avergonzado, parecía estar un poco más relajado, así que decidí quitarme las gafas oscuras y justo cuando iba a quitarme el cubre bocas habló

- no, no lo hagas, por favor- dijo acercándose a mí y tomando mi mano. - sentí una extrema descarga eléctrica que juro que pudo haber paralizado mi corazón. Sin embargo, retiré mi mano rápidamente y el pareció sonrojarse, se veía algo lindo, a decir verdad.

- bien, soy algo así como una celebridad con la que todos, tanto músicos como productores, actores y diseñadores quieren involucrarse, no tengo mucho que decir sobre mí, si buscas en google encontraras lo que quieras saber. – dijo sin más, a cualquier persona le habría parecido egocéntrica su respuesta, pero a mí, a mí me pareció que lo decía algo apesadumbrado, así que me recargué con ambos antebrazos en el mostrador de los anillos que veía unos minutos antes y volví a preguntar:

- ¿te gusta? tanto trabajo, tanto poder en tus manos... ¿te gusta? – pregunté sinceramente pues no sabía porque sentía que había un vacío abismal dentro de aquel ser humano.

- pues sí, la verdad sí, me gusta mucho lo que hago, solo que tengo un problema, soy algo así como adicto a hacer cosas, no puedo estar un solo día sin crear algo, sin colaborar o planear o diseñar algo- se encogió de hombros al decirlo, y siguió examinando dos brazaletes, sin decir más. Yo lo contemplé en todo momento y por primera vez, lo vi como un chico normal, mi jefe era extremadamente guapo y sencillo. Y de pronto de cifre que revoloteaba dentro de mí. Mariposas. Sonreí y di gracias al cielo que tenía cubierta mi cara, y justo cuando el encargado volvió de la trastienda me volví a colocar mis gafas oscuras.

Luego, mi móvil sonó, el me miró y me hizo un gesto de que podía contestar aquella llamada así que Salí de la joyería y contesté sin ver el numero

- ¿diga? – aun al salir mi estómago y mi corazón seguían acelerados

- Cariño, ¿adivina que? - escuche una voz bastante familiar que hizo que aquellas mariposas las ahogara un yunque cayendo fuertemente desde la boca de mi estómago, era Philip, mi novio. 

The Driver GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora