capitulo 3

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Y aquí estaba, finalmente tenía un trabajo.

Había llegado a casa después de que Jessica me diera instrucciones precisas de que tenía que llegar al día siguiente con el uniforme puesto a las 6 am, puesto que se me asignaría un artista, por privacidad y cosas legales, no podía darme el nombre aun, y bueno, me dio mi uniforme negro, un saco y un pantalón de vestir negro muy hermosos y una camisa blanca, le dije si era necesario que la camias fuese de ese color y dijo que ese era para eventos formales, pero que la verdad es que no se me permitía traer tacones algos o blusas provocativas, debía usar camisas y siempre una gorra, gafas oscuras para cubrir mis ojos y cubre bocas, era muy extraño toda esa censura pero al momento en que me dijeron alrededor de cuanto ganaría, no me pareció tan exigente.

Al Salir de la oficina de Jessica, un chico alto y delgado se me acercó sin decirme nada, me tomo del brazo y me jalo hacia un salón.

- Faltabas tú. - dijo sin más y se sentó, me vi a mi misma en el reflejo de un gran espejo que abarcaba toda la pared a un lado de mí, frente a mí, pude ver dos mesas negras y tres chicos sentados, reconocí a uno de ellos como el chico de ropa extraña en la oficina de publicidad. Pero seguía sin saber qué hacía yo ahí.

- ¿y bien? - dijo él sin dejar de mirarme, o eso parecía ya que esta ocasión, traía un gorro de invierno que cubría su cabeza y unos lentes oscuros, una camiseta negra sin mangas que dejaba al descubierto sus brazos tatuados, y unos jeans desgastados, combinando todo con los tenis más hermosos que pude haber encontrado jamás, de colores.

- ¿Qué? - dije confundida acercándome a ellos. Los otros dos chicos vestían camisas verde y azul respectivamente y jeans claros, nada fuera de lo común.

- Espera... ¿no eres tú la chica que venía a adicionar? – dijo el mismo chico de vestimenta extraña y negué sonriendo algo nerviosa.

- No, no era yo, yo vine para... - comencé a explicarme señalando tímidamente la puerta de entrada a ese salón, pero otro de los chicos, el de camisa verde me interrumpió

- Entonces no tienes nada que hacer aquí, gracias y disculpa. – dijo volviendo a examinar unos papeles e ignorándome por completo.

- Ok... bye- dije dando media vuelta y saliendo de ahí.

- Vaya eso fue extremadamente raro- dije a mi misma y volví a la recepción un tanto confundida. Y fue cuando lo vi, tirada en la basura, una libreta color negra, la más hermosa que había visto, no era muy fan de las libretas, pero me llamó la atención que está en particular estuviese grabada con el mismo logo que tenían los tenis de aquel chico, una margarita a la cual le falta un pétalo. La tomé y por un minuto pensé en hojearla, sin embargo, algo me decía que no era lo correcto,

- Deja eso ahí ¿quieres? O... dámelo. Necesito desaparecer eso – dijo una voz sorprendiéndome por completo.

Me di vuelta para saber de quien provenía aquella voz y lo ví, a aquel chico cuyos tenis me habían cautivado, me miraba muy serio y parecía querer esconderse de alguien pues intentaba cubrir su rostro casi en su totalidad. 

- ¿Así que es esta la agenda perdida? – dije algo curiosa sin moverme un centímetro

- ¿Qué sabes tú de eso? ¿trabajas aquí? – me cuestionó con mala gana-

- Así es, aquí trabajo, soy nueva y me pidieron buscar esta agenda para... - pero de nuevo sin dejar terminar mis oraciones, me arrebató la agenda guardándola en su bolso chanel... ¿qué? Si. Era un bolso chanel original, wow este chico si tenía estilo.

- Es mía, y por ahora no me apetece regresárselas, no necesito darte explicaciones, con permiso- camino despacio pasándome tratando de pasar desapercibido, pero al parecer no lo logró, puesto que algunas chicas afuera del edificio lo esperaban, un hombre grande lo acompaño al parecer cuidándolo y yo, aprovechando todo, Salí junto con ellos, ya que sabía perfectamente que aquellas chiquillas fans podían ponerse bastante intensas. 

Iba justo detrás de ellos cuando vi que una de las chicas quiso abrazarlo y aunque él se comportó amable en todo momento, aquella acción hizo que el tirara su bolso, el hombre grande que lo acompañaba recogió todas sus pertenencias del piso y yo, como buena persona que me consideraba ser, le ayude con unas cuantas cosas, devolviéndoselas mientras él se tomaba fotos con sus fans... finalmente me topé con aquella agenda, y por un momento pensé en devolverla, sin embargo lo siguiente que hice fue tomarla y meterla en mi bolso, me levanté y simplemente me alejé de aquel lugar...

The Driver GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora