capitulo 14

64 5 2
                                    

Seguí por un buen rato viendo artículos de mi jefe, de su banda musical y toda su trayectoria artística, mientras Philip lo único que hacía era dar comentarios mal acertados sobre su vestimenta.

Al contrario de Ji Yong, Philip tenía un estilo clásico, único, vestía siempre con camisa lisa normalmente gris o blanca, en ocasiones de color oscuro y sus trajes eran casi siempre los mismos, su calzado italiano y sus accesorios tenían un único estilo tan... monótono, sin embargo era lo bastante atractivo como para hacerse notar entre la multitud, era alto, de tez morena y un cuerpo escultural, pues decía que de que servía ser tan exitoso si no aprovechaba su cuerpo para ello, ah sí, también era bastante vanidoso, una cualidad, que, según Violet, cualquier abogado tenia.

-      Para mí, no es más que otro chico consentido, mételo a trabajar en una mina o en algún restaurante y verás que no te sabe hacer nada, en fin, al menos la paga es buena, lo que sí, Lía, es que no deberías trabajar tanto. Debería ver tu contrato. – dijo mientras iba desabotonándose su camisa, después del intento de cena que tuvimos, le sugerí ver una película, pero el tenía otros planes en mente, así que, como buena novia que me consideraba, lo complací.

Philip comenzó a besarme despacio, acariciando cada parte de mi cuerpo, yendo desde mis pechos hasta mi trasero, rápidamente nos condujo hacia la habitación, y como por arte de magia, una chispa se encendió dentro de mi, tal ves fue tanto alcohol en mi sistema, el cual me hacía desinhibirme más, o tal vez, solo tal vez fue que en ese momento volví a aquella cocina, con aquel chico normal que se había impactado con el color de mi cabello...

Rodee a Phil con mis piernas acercándolo más a mi ser, sus caricias iban en aumento tanto como mis ganas de sentirle, jadee un poco al sentirlo entrar en mí, lo que hizo que por todo mi cuerpo corriera una pequeña descarga eléctrica, rápidamente tomé le control de la situación situándome sobre él, comenzando un vaivén de movimientos, sus besos, sus besos y sus caricias iban cada vez más en aumento hasta que de pronto, nuestros gemidos llenaron la habitación, sin dejar que mis músculos se relajaran volvió a tomarme recostándome ahora en la cama, y comenzando a besar mis pechos bajando por el abdomen hasta mi entrepierna, mis gemidos comenzaron a llenar de nuevo la habitación rápidamente hasta sentir como terminaba de nuevo, y así seguimos por toda la noche, hasta terminar agotados. Desnudos, abrazados en su cama.

Esa noche me hizo recordar porque seguíamos juntos, lo amaba tanto como el a mí, y no había duda de eso, lo habíamos demostrado una y otra vez, no podía simplemente comenzar a dudar de mi novio solo por haber conocido a alguien que en pocas semanas me había atrapado con su personalidad, simplemente no podía... o no debía. Pero lo hacía...

The Driver GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora