41 #ThePlan

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Tres semanas atrás...

Una melodía le advirtió la presencia de una llamada entrante, cosa que solo hizo que otra lágrima se deslizara sin vida. Abrazó melancólicamente aquel dispositivo que reproducía de manera tortuosa aquella canción que significó tanto para él. Antes de que se cortara la llamada, carraspeó para aclarar su voz y contestó.

—¿Qué quieres Dahyeol? Ahorita no estoy de humor. Te explico en una hora ¿Sí? Necesito espacio—Dijo sin antes haberse fijado en el nombre del contacto, asumiendo que sería ese idiota.

¿Dahyeol? ¿Qué tiene que ver él en esto?—Hongjoong escuchó la voz de Seonghwa desde la otra línea.

El desconcierto en el rostro del peliazul fue desesperante.

La cagué.

—Seonghwa, ¿Por qué me llamas? Ya te dije que no te quiero. Prometiste dejarme ir, no insistas—Mentira, por dentro Hongjoong estaba rogando por que Seonghwa insistiera.

Entonces ¿Por qué estás llorando?

—¿Cómo-—Entonces paró en seco—Me seguiste...

Hongjoong, te conozco, sé cuando me mientes. Realmente casi me convences, pero luego de pensarlo bien, había algo en tu mirada que me pedía no soltarte.

El peliazul se paralizó en su sitio mientras la tristeza volvía y se derramaba a rienda suelta.

—Por favor, voltea.

Temblando y tratando de no verse más deplorable de lo que estaba, Hongjoong dio la vuelta, encontrándose con la figura de Seonghwa a un metro frente a él. Elegante, hermoso, predominante y dulce, como siempre había sido, como la primera vez que lo vio en aquel pequeño salón de prácticas que tanto extrañaba. Con esos perfectos y grandes ojos negros que decían más que mil palabras, más que mil colores.

A pesar de llevar una mascarilla encima para cuidar su identidad, el más bajito fue capaz de ver la dolida sonrisa llena de cristales rotos que el mayor tenía plantado en rostro.

—Gracias, Hong. Por todo. No te pediré que vuelvas—Dijo llevando la mirada al piso mientras jugaba nerviosamente con sus manos—Solo quiero que sepas que nunca dejaré de quererte, no importa lo que pase, siempre podrás confiar y apoyarte en mí. Yo-

Hongjoong no pudo aguantar más y se lanzó a los brazos de Seonghwa. Rodeó la cintura contraria y se ocultó en su pecho, como amaba hacerlo cada vez que se sentía derrotado, como había querido hacer desde que el imbécil de Dahyeol regresó a su vida solo para arruinársela aún más.

Seonghwa correspondió el gesto y empezó a acariciar el cabello del menor como símbolo de consuelo y comprensión.

—¿Quieres contarme lo que pasó? Puedes desquitarte conmigo, aquí estaré para escucharte.

—Yo...

—Es Dahyeol, ¿verdad?

—¿Podemos hablar de esto en otra parte?—Hongjoong quiso evitar esa conversación.

—Está bien.

Ambos se dispusieron a regresar a su hogar y Seonghwa ayudó al menor a llevar sus maletas. Una vez dentro del apartamento, Hongjoong se empezó a arrepentir de haber cedido. Sabía todo lo que estaba en juego si le contaba la verdad al peligris.

8 Makes 1 Mess || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora