8- Palabras erróneas

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Una vez terminó la cena, mientras esperaban a que trajeran el postre, RM aprovechó para ir al baño pero cuando regresó ya todo había cambiado. De entrada habían llegado los chicos de Co-Style, el grupo de Jiho y la actitud de Seokjin era completamente diferente: tenía la expresión del rostro desencajada y la mirada fija en su postre. Y como no podía ser de otra manera Jiho se había sentado al lado de Jin y le estaba hablando aunque éste seguía con la mirada fija y jugando con su postre. No se lo estaba comiendo, simplemente le estaba dando vueltas con su cucharilla de un lado al otro del plato. Namjoon se dio cuenta de inmediato que algo no iba bien.

-¿Estás bien?- Le preguntó poniéndole la mano encima del hombro -¿Es que no te gusta el postre?-

-Sí...sí... todo bien- le respondió mirándole una milésima de segundo y apartando la vista al instante.

Namjoon se había pasado tantas horas observando a Seokjin que éste era como un libro abierto para él: sabía de sobras que le estaba mintiendo. También se dio cuenta de que Jiho le estaba fulminando con la mirada. Jin le dio un par de vueltas más a su postre y finalmente habló.

-Si me disculpáis yo me voy a ir...-

-¿Por qué?- Se alarmó RM -¿Es que no te encuentras bien?-

-Te acompaño- le dijo Jiho.

-Gracias- Le respondió Jin.

Y sin que Namjoon tuviera tiempo de asimilar lo que estaba sucediendo Jin y Jiho se marcharon dejando al líder de BTS totalmente atónito. Evidentemente desde ese momento RM ya no pudo pensar en nada más. Estaba entre dolido y enfadado y empezó a crear sus propias teorías. Se había pasado toda la noche preocupado por Jin, ya que le notaba algo raro, y le había ofrecido de irse a casa pero éste siempre declinó la oferta, y ahora sin embargo se acababa de ir con ese tío. Namjoon estaba convencido de que esos dos lo tenían todo planeado: habían quedado para pasar juntos la noche y por eso Jin estaba tan raro: estaba nervioso y se moría de ganas de ver a su amante. Los celos recorrieron cada célula de su cuerpo hasta tal punto que él también decidió irse, así que cuando Suga anunció que ya estaba aburrido de estar allí él aprovechó y se fue con él.

Cuando llegaron al portal del piso donde vivían el dependiente de la tienda que tenían justo abajo les saludó. Ese comercio les había salvado la vida en más de una ocasión. Era un negocio familiar abierto las veinticuatro horas del día.

-Buenas noches muchachos- les saludó el señor.

-Hola- Le respondieron educadamente.

-Veo que volvéis muy pronto de la fiesta ¿Qué no os ha gustado? Hace tan solo media hora que ha llegado el otro chico, el guapo, ahora no recuerdo su nombre-

-Jin- le recordó Suga.

A Namjoon se le paró el corazón. Según lo que les acababan de decir Seokjin fue directo de la cena a casa, lo que significaba que seguramente estaría con Jiho arriba. Se quedó bloqueado ¿Qué debía hacer? Su instinto le decía que saliese corriendo de allí: ver a Jin enrollándose con otro hombre le partiría el corazón en mil pedazos, pero su cabeza le decía que debía aceptar la realidad. Si a Seokjin le gustaba otro chico tenía que aceptarlo.

Finalmente Suga le empujó dentro del portal así que no pudo elegir con que opción se quedaba.

-Venga tira- le exigió Yoongi- que hace frío.

Suga abrió la puerta del piso y RM entró con el corazón desbocado, pero dentro no había nada de lo que él se imaginó: la vivienda estaba completamente oscura y en absoluto silencio. Sigilosamente se dirigió hacia la habitación triple, que es donde ahora le había tocado dormir a Jin (cada cierto tiempo sorteaban las habitaciones), y abrió la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido. Jin estaba durmiendo. Solo. RM respiró aliviado. Se quedó mirándole hasta que Suga le interrumpió.

-¿Puedo ir ya a mi cama?- Preguntó sarcásticamente.

-Sí, sí perdona- avergonzado – sólo... yo... bueno él no se encontraba muy bien esta noche... y quería asegurarme de que todo estaba bien-

-Ya...- contestó Suga haciéndole entender que no se había creído esa excusa tan mala que le acababa de contar. –Quizá deberías hablar con Jin y decirle lo preocupado que estás por él. Creo que sería lo mejor para ti... así no tendrías que preocuparte más-.

Yoongi tocó el hombro de RM y entró en la habitación cerrando la puerta tras él. Suga era el más discreto de todos ellos y jamás se entrometía en asuntos que no le incumbían. Quizá Suga era el más discreto pero RM era el más listo y se dio cuenta al instante de que su amigo era conocedor de lo que estaba sucediendo, y había usado la metáfora de su excusa para aconsejarle que lo mejor sería hablar con Jin y confesarle sus sentimientos.

Durante los siguientes días a causa de las pruebas de la semana del K-pop, separaron a los chicos en diferentes grupos así que RM prácticamente no veía a Jin. Finalmente el jueves, después de una atareada mañana, les informaron de que les darían la tarde libre así que RM empezó a pensar que podrían hacer. Estar tumbado en el sofá junto a Jin, comiendo palomitas y mirando una película parecía el mejor plan pero una vez más las cosas no fueron como él quería. A falta de diez minutos para las 14:00, que era cuando empezaba su tarde libre, apareció Jiho: había quedado con Jin para pasar la tarde juntos. Y no solo eso: RM se enteró de que durante todos esos días esos dos habían estado quedando a escondidas de todo el mundo. Al ver que ambos se iban juntos los celos nublaron la mente de Namjoon, y no pudo contener ni su ira ni sus palabras así que de muy malas maneras y con cierto despreció llamó la atención de su amigo:

-¡Jin! Recuerda que tienes que ensayar. Eres el único que no lleva bien la coreografía de la segunda canción. No deberías perder el poco tiempo que nos queda para la presentación-

Tras estas palabras hubo un silencio absoluto. Todo el mundo bajó la vista al suelo y RM se arrepintió al instante de haber dicho aquello. Todos sabían que el pobre Jin ensayaba mucho más que el resto. Eso había sido un golpe bajo y los demás se compadecieron de él.

-Lo sé, lo siento. Cuando vuelva te prometo que me pondré con ello hasta que me salga- y se largó junto a Jiho.

-Jin, espera- gritó Namjoon- no quería decir esto- pero ya era tarde: Jin se había ido.

Namjin: la historia jamás contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora