- ¡Joder!
El grito que profirió una cabreada rubia perfectamente se pudo haber escuchado en la otra punta de la desierta carretera en la que su coche la había dejado tirada. Con toda la rabia que sentía golpeó la rueda que se había pinchado antes de soltar un grito de dolor, arrepintiéndose al instante de haberse dejado llevar por ese arrebato.
- Puta mierda de coche - masculló mientras se sentaba con la espalda apoyada en la puerta del conductor - Puta mierda de carretera. Puta mierda de vida - dejó caer la cabeza sobre sus oídos y no tardó en sentir el ardiente sol de Almería quemándole la nuca.
Sabía que tarde o temprano tendría que cambiar la maldita rueda, pero es que no tenía ni la menor idea de como hacerlo. Tal vez ese viaje en solitario no había sido la mejor de sus ideas. Justo cuando había tomado la decisión de intentar arreglar el pinchazo, un sonido llamó su atención.
Dirigió la mirada hacia un punto negro que venía del horizonte emitiendo un sonido salvador. A medida que se fue acercando comprendió que se trataba de un coche, concretamente de un audi negro. Se levantó de golpe y, para su suerte, el conductor o conductora del mismo se detuvo a unos metros de donde ella misma había parado.
Del coche bajó, segundos más tarde, una pelirroja con flequillo y gafas de sol que se acercó a ella con una sonrisa socarrona que resultó contagiosa. Su presencia era como un soplo de aire en medio del desierto. Y nunca mejor dicho.
- ¿Necesitas ayuda? - su voz, suave, era ligeramente ronca, y a la rubia le gustó.
- Ojalá poder decir que no, pero sí - señaló su desinflada rueda.
- ¿No sabes cambiar una rueda? - la pelirroja encarnó una ceja mientras se agachaba para ver su estado.
Si supiera ya la habría cambiado, idiota. Gruñó para si misma antes de obligarse a formar una amigable sonrisa.
- No, no sé - reconoció - No se me da bien hacer este tipo de cosas con las manos.
¿Este tipo de cosas? ¿Pero que cojones te pasa? ¿Acaso eres idiota? Céntrate por Dios.
Ajena a los pensamientos que su recién conocida estaba teniendo, la pelirroja le pidió las herramientas y la rueda de repuesto.
- ¿Rueda de repuesto? - murmuró la rubia con el ceño fruncido.
- Si quieres cambiar una rueda, necesitas una de repuesto - la pelirroja estaba empezando a pensar que esa atractiva rubia que había visto tirada en la carretera estaba realmente afectada por el calor.
- Tiene sentido. Pues... - miró a su alrededor - No tengo rueda de repuesto. ¡De puta madre! - suspiró mientras se volvía a sentar en el suelo sin importar que aquella mujer la mirara como si estuviera loca.
- Tendrás que llamar a la grúa.
- No me digas - masculló sin levantar la mirada - Quiero decir... - carraspeó - Gracias por parar a ayudarme.
Ninguna de las dos dijo nada y el sol empezó a hacerse realmente insoportable. Sin pensar en la presencia de la pelirroja, la rubia se levantó para quitarse la camiseta, quedando frente a ella con un sujetador deportivo como única prenda que cubriera la parte superior de su cuerpo.
- ¿Quieres que te lleve a algún lado mientras la grúa se encarga del coche? - se ofreció entonces, sin pensar, tal vez ligeramente nublada por la visión que tenía frente a ella.
- ¿A algún...? - la rubia se detuvo antes de asentir. Joder que sí, por supuesto que sí. Cuanto antes saliera de aquella jodida carretera, muchísimo mejor - Gracias - suspiró aliviada - Cogeré un par de cosas en el maletero y llamaré a la grúa.
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Traición {Alicia Sierra}
FanfictionSon las dos caras de una misma moneda. Diferentes pero iguales, e intensas hasta la médula, han aprendido a vivir la una con la otra. ¿Qué pasará cuando la Banda llegue de nuevo para revolucionarlo todo? [ALICIA SIERRA X OCFEMENINO]