Lo he dejado todo por ti

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El reencuentro con la Banda mantuvo ocupada a Cova, que no encontró ni un sólo segundo a solas para llamar a la pelirroja, aunque esta parecía estar casi tan ocupada como ella.

Cuando abrazó a Nairobi después de tres largos años sin verse fue consciente de lo mucho que, en el fondo, había echado de menos a todas esas personas. Giró lentamente sobre si misma para ver el rostro sereno de Nairobi descansando justo frente al suyo. Se habían puesto al día de casi todo, y Covadonga sentía que volvían a ser las mismas que eran antaño.

La noche anterior Nairobi había insistido mucho para saber con quién había estado compartiendo los últimos años de su vida, pero la rubia se había resistido a soltar prenda. En ese momento hablar de Alicia no le hacía en absoluto bien.

Pensar de nuevo en la mujer hizo que se levantara con cuidado de la cama. Tras coger su teléfono móvil salió al exterior. Jugueteó con el aparato hasta que finalmente se decidió a entrar en la lista de contactos y llamar a aquel que había nombrado como "Ali".

Esperó pacientemente a que la llamada empezara. Sonaron tres tonos. Y luego cuatro, cinco, seis. Así hasta once. Alicia no cogía. Apartó el móvil de la oreja para mirar la pantalla con el ceño fruncido. Esperó unos segundos más con la esperanza de escuchar la voz de la pelirroja al otro lado de la pantalla, pero no fue así.

Dejó escapar un leve suspiro antes de guardar el móvil en el bolsillo, dejándose caer en la arena segundos después. El calor de aquella isla Tailandesa le resultaba un poco agobiante, pero disfrutaba de poder estar prácticamente sin ropa en plena madrugada, y al aire libre. Se sentía liberada.

Estaba tan perdida en sus pensamientos que no fue consciente de que alguien se sentaba justo a su lado hasta que sintió una mano apoyarse en su brazo. Con cierto sobresalto miró a su acompañante y comprobó que se trataba de Nairobi.

- ¿A quién llamabas?

- A una persona especial - respondió con sinceridad, apartando la mirada para clavarla en el mar que se extendía frente a sus ojos.

Nairobi alzó ambas cejas pero no dijo nada. Observó en silencio a su compañera antes de levantarse y tirar de sus brazos para que se pusiera en pie. La rubia se dejó abrazar cuando los brazos de la pelinegra la envolvieron. Apoyó la cabeza en el hombro de Nairobi, cerrando los ojos durante unos segundos.

- ¿Cómo de especial?

- Nai... - se separó con una sonrisa mientras negaba suavemente - Prefiero no hablar de ella.

Nairobi parecía querer insistir, pero tan pronto como abrió la boca la volvió a cerrar. Se alejó de la rubia justo en el momento en el que el móvil de esta empezaba a sonar. La pantalla se iluminó, revelando el nombre de Alicia en el centro.

- ¿Ali? - preguntó la pelinegra, a quien le había dado tiempo a leer aquel nombre.

- Ve a la habitación, ahora voy yo - sentenció Cova dándole un pequeño empujón para que avanzara - ¿Ali? - su voz sonó más ilusionada de lo que pretendía.

- Hola, amor.

Suspiró al escuchar la voz de la pelirroja mientras se convencía a sí misma de que no la echaba tanto de menos. Aunque en el fondo sabía que sí lo hacía.

- ¿Cómo va todo?

- Bien - la respuesta por parte de Alicia llegó demasiado rápido, y Cova sospechó que las cosas no iban tan bien como decía.

- ¿Estás segura, Ali? - el silencio se hizo al otro lado y supo que había dado en el clavo.

- Es agotador - confesó finalmente - Todos los días la misma mierda - escuchó un ruído a ese lado de la línea y comprendió que la pelirroja debía haberse dejado caer en algún lado - Tengo sus gritos en mi cabeza, Cova. Los oigo todas las noches al cerrar los ojos.

Traición {Alicia Sierra}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora