×NADIA×Tal y como dijo Allan, Daisy estaba enfurecida. Sus puños cerrados a ambos lados de su cuerpo volviendo sus nudillos blancos, probablemente sus uñas enterradas en sus palmas. Su pecho subía y bajaba en un ritmo rápido.
Mi intención nunca fue hacerle daño a nadie pero me asustaba, y a la vez, disfrutaba verla así.
Observaba a Daisy con detención. Su mirada, su ira, su revuelo, no iban dirigidos hacia mi sino a Allan.
¿Por qué?
Pensé que se lanzaría como fiera desde el balcón y vendría a por mí como si fuese su presa pero no, la bipolaridad que no sabía que tenía se dejó ver, optó una posición erecta brindándoles a todos una fingida sonrisa como si ahora mismo no hubiese estado poseída por un animal salvaje.
-¿Y ahora qué?- Allan me miró, pensando en su respuesta.
-¿Ahora?- inclinó su cuerpo para llegar a mi oído-, disfrutaremos el espectáculo.
Dios, en qué me he metido. Solo pensaba disfrutar con mis únicos amigos de esta terrible fiesta rosa. Por lo visto mis planes habían dado un giro de trescientos sesenta grados. No sé de donde saqué la valentía para dejar a Lucas atrás y venir a involucarme con este pelirrojo -que aún no descubro por qué estuvo en la cárcel- y Priscilla sigue sin aparecer. Intenté llamarla pero unas mil veces dio apagado.
La música volvió, despejando mis pensamientos.
Tengo que irme de aquí cuanto antes. Aproveché que Allan se perdió entre la gente para poder salir.
-Escuchen todos, tengo algo que decir.- la voz varonil que conocí hace como quince minutos se escuchó en toda la casa como eco. Solté el pomo de la puerta para girarme y prestarle atención. Se encontraba en la mesa del DJ con el micrófono en sus manos.
¿Qué estaba haciendo?
-En realidad me escapé de la cárcel- sonó serio-. Nah, no es cierto pero ojalá hubiesen visto sus caras.
Sus ojos me buscaron hasta encontrarme. Su mirada pícara no me agradaba en lo absoluto.
-Pero para que no se sientan tristes les contaré algo.- su mirada se mantuvo intacta.
¿Cómo hacía para que toda esta gente le prestase atención?
¿Había hecho algo tan grave para merecer tanto respeto?
Si yo estuviese allá arriba probablemente me lanzarían todos los bocadillos que ocupaban las mesas.
-Aquella chica de ahí- me señaló con su dedo índice- es mi novia así que el que la moleste se las verá bien feo conmigo.
No.
No.
Mil veces no.
Justo lo único que quería que no sucediera. Ser el centro de atención, que todos me vieran como un bicho raro. Me incomodaba demasiado la vista de todos sobre mí.
Vete Nadia, este no es un lugar para ti.
Creo que era la primera vez que mi conciencia me decía lo correcto. Debía irme ¡ahora!
Justo cuando me volteé mi hombro izquierdo chocó con el de otra persona. No dije nada, ni siquiera me giré pra ver quién era. Solo un estornudo escapó de mi nariz por, tal vez, su perfume.
Me encontraba por fin fuera de la casa.
Ahora... ¿hacia dónde debería ir?
Mi casa queda a unos cuantos minutos de aquí. Caminando me tomaría una hora y ya era demasiado oscuro para ir por ese camino.
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US: Quienes Somos en Realidad [#1]
Ficção AdolescenteNadia, una chica que lo tenía todo y a la vez nada. Le faltaba el arma principal para valerse por si sola. Amarse a si misma. Al inicio su vida luce completamente 'normal', una vida típica de adolescentes. Pero no está tan sola como ella piensa, inc...