Mami, mami, mami... Nunca una palabra fue tan repetida a lo largo del día, pero yo sonreía cada vez que la escuchaba, porque podía ver el brillo en los ojos de Bella cuando mi hija la llamaba así y podía sentir la felicidad en el tono de voz de mi niña por finalmente poder llamar a la mujer que ella eligió para ser su madre como tal.
Amy pasó una tarde tranquila, pero al inicio de la noche volvió a presentar fiebre, le di una nueva dosis de antitérmico y ella se acurrucó con Bella en mi cama, no se había despegado de mi novia desde que le había llamado mamá, cuando Bella fue a su casa a ducharse y a buscar algunas cosas para pasar la noche con nosotros, mi hija la miró con su carita cachorro abandonado:
— ¿Vuelves pronto, mami? — Le preguntó.
— No tardaré, cariño, cuando vuelva te prepararé una papilla de chocolate para que cenes ¿O.k? — Dijo Bella poniendo un mechó de su pelo tras su oreja.
— O.k. Te espero — estuvo de acuerdo, Bella le sonrió con dulzura y dejó un beso en su frente mientras la arropaba, ya que tenía frío por la fiebre.
— Te quiero — dijo acariciando su frente.
— Yo también te quiero, mami — respondió feliz mi niña, pese a la fiebre que la dejaba algo aletargada.
Acompañé a Bella hasta la puerta, pero antes de abrirla, rodeé su cintura con mis brazos atrayéndola hacia mi cuerpo, atacando sus labios con desenfreno.
— ¿Qué fue eso? — Cuestionó jadeante mientras su frente descasaba junto a la mía, nuestras respiraciones cortas y rápidas mezclándose.
— Eso fue porque no sé lo que hice para merecerte, pero doy gracias a Dios por haberte encontrado y valoro a cada segundo que estás a mi lado, cada segundo en que amas a Amy como si fuera sangre de tu sangre.
— Amy no nació de mí, Edward, pero ella fue hecha para mí — declaró —, nunca hubo otra opción, sino amarla.
— Te amo — afirmé antes de atacar sus labios nuevamente.
— Es mejor que me marche ahora — dijo jadeante cuando nos separamos para respirar.
— Es lo mejor, antes de que te lleve al baño de este piso y te haga el amor allí.
— Tonto.
— No tienes idea de lo que estoy manejando aquí, anda ve, antes que se me vaya el poco de cordura que me queda.
Ella se despidió con un beso y un te amo dicho sobre mis labios, le abrí la puerta y la vi sonreír feliz durante el corto trayecto hacia su casa.
Entré en mi habitación y Amy dormía acurrucada bajo una manta, dejé un beso en su pelo y me dirigí a mi baño para ducharme, por suerte su fiebre no era demasiado alta, era probable que al día siguiente ella ya no presentara más cambios en su temperatura, ella había sido alimentada varias veces a lo largo del día y también hidratada, Bella había conseguido convencerla de que necesitaba tomar líquidos y tener algo de comida en su estómago, así que a cada hora ella le ofrecía algo, un jugo, agua, batidos, sopa, con muchos mimos y paciencia de parte de mi novia, mi hija tomaba una porción de lo que le era ofrecido, por suerte su estómago no nos dio problemas.
Cuando Bella regresó de su casa estaba en la cocina preparando un café.
— Tenía ñoquis suficiente para nosotros en el congelador así que tenemos nuestra cena — dijo mi novia dejando un envase con salsa de tomate congelada y un recipiente plástico con los ñoquis sobre la encimera.
— Perfecto, nena, calentaré todo.
— ¿Amy?
— Debe estar dormida, estaba cuando dejé mi habitación.
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Una estrella en nuestras vidas
RomanceUna pequeña niña todas las noches pide a las estrellas un deseo, ella quiere una mamá, ¿oirán las estrellas sus oraciones? Edward es un papá soltero que vive para su hija y el trabajo, pero su vida va a cambiar con la llegada de una estrella candent...