Tratos Orgullosos

Capitulo 12 - Segundo castigo -

El cielo estaba pintado de tonos grises, mientras que el aire era frío y estremecedor dando a entender que se acercaba diciembre y con ello las nevadas y lluvias

Lizzy pensó que el cielo era un claro reflejo de sus pensamientos, estaba teniendo un pésimo día y su mente no dejaba de dar vueltas a sus problemas incluso distrayendola de sus clases, no sabía que hacer ni que pensar y el no tener a quien recurrir a contar sus penas le estaba dificultando más

- Espero que no llueva - detuvo su andar y miró un momento el cielo tratando de distinguir si es que llovería

Estaba camino a la cabaña de Hagrid para su segundo castigo, aquel día Minerva le había dicho que ayudaría al hombre a recolectar algo de abono para las clases de herbología además de buscar un hongo en específico para unas pociones que ayudarían a la enfermera, llevaba ropa informal una chaqueta que la cubría del frío y unos pantalones algo grandes para su estilo y tipo de cuerpo

Continuó descendiendo la colina mientras pensaba en lo que se perdería por estar vagando en los bosques, ese día las clases habían acabado rápido y la mayoría de alumnos estaban cómodos en sus salas comunes, bebiendo tazas de chocolate, hablando con sus amigos y disfrutando el calor de la chimenea. Mientras que ella estaba con las mejillas y la punta de la nariz roja, calada hasta los huesos y con un pesar increíblemente grande

No había visto a Regulus o alguno de los merodeadores desde el día anterior, para su suerte no había tenido guardias de prefecto con el Slytherin por lo que nada más al salir de la oficina de Dumbledore después de su plática se había dirigido a su sala común sin siquiera aparecer en la cena del colegio y se encerró en su habitación pensando en lo que debía y podía hacer y evitando así ver al chico de sus problemas, lo había evitado por los pasillos ese día y no tuvo alguna clase compartida con él por lo que no le fue difícil no enfrentarlo

Pero cuando estaba a mitad de camino hacia la cabaña del semigigante y ya podía ver las huertos de la choza su desgracia se vino más abajo al escuchar a una persona descender de la colina detrás de ella, tropezó un momento en el que se dio media vuelta para mirar de quien se trataba pensando que sería el semigigante (Minerva le había dicho que era probable que aún no se encontrará en su cabaña donde debía de esperarlo) pero fue su sorpresa el ver a Regulus bajando a toda prisa, vestía un camisa negra formal que parecía tener dobladillos, un pantalón refinado del mismo tono oscuro y una larga capaz que arrastraba las hojas y la hierba al pasar sobre ellas, su rostro estaba serio tanto que parecía una fina línea de molestia, su nariz y mejillas estaban rosadas por el frío del exterior

- ¿no ha escuchado cuando le estaba hablando? -

Lizzy se quedó quieta y nerviosa cuando llegó al frente de ella, lo veía molesto no por que lo reflejará (ya que parecía querer ocultarlo) si no por que sus ojos grises estaban tan fríos como el aire de invierno

- la verdad es que no - no había escuchado que estaba detrás de ella hasta aquel momento ni que le había estado llamando

Regulus entonces continuó bajando la colina haciendole pensar que llegaría junto a ella pero al contrario de aquello paso de largo por su lado y tomándola de la muñeca comenzó a obligarla a continuar su trayecto

- ¿qué estas haciendo? - su semblante estaba recto y daba zancadas tan rápidas que provocaban que tropezara con sus propios pies, su agarre era fuerte y autoritario pero jamás le hacía daño

- que parece que hago -

Trato de plantar los pies en la tierra y dejar de seguir avanzando pero no lo estaba logrando

- Black - lo llamó pero él no se detuvo, no la miro ni se dignó en contestar - Black - estaba siendo ignorada

Podía verse extraño desde otro punto del terreno, dos chicos bajando a tropezones y con prisa la colina, el aire batiendo sus ropas, andando en dirección al bosque y uno de ellos deteniéndose cada dos por tres para parar con aquello sin éxito alguno. Pero nadie podía verlos, los terrenos estaban vacíos y parecía que no existía ningún ser humano a su alrededor