JIREH Y JULIETA: EL ÚLTIMO AMANECER DE LOS AZTECAS

CAPITULO VIII. LA GRAN BATALLA

A la mañana siguiente, se despiertan para ir a Teotihuacán tras Xicalli. Ya que le entregara las ultimas indicaciones para ganar la batalla.

Deprisa, tenemos que hablar con Xicalli. – Jireh se apresura.

Porque tanta urgencia, se supone que ya no son novios. – Julieta siente celos.

No es eso, lo que pasa, es que Xicalli leyó todo el libro de los medallones dorados. Según ella tenemos que tener cuidado porque existe una debilidad en nosotros, y si esto ocurre, toda la tecnología con la que contamos volvería hacer piedra, entre otras cosas. – Jireh se explica.

Esta bien, confiemos en ella. – Julieta disimula las palabras.

Xicalli los espera desde lo alto de Teotihuacán, nuestro tlatoani sube con Julieta lo más rápido posible.

Hemos llegado, serias tan amable de darnos las últimas instrucciones, para la gran batalla que tendremos por el atardecer. – Jireh se expresa un poco tenso.

Claro, pero déjame decirte que los españoles saben de nuestra debilidad. El caballero supremo de la guardia real de la Nueva España; mejor conocido como Matías, el rey le prometió entregarle a su única hija (Julieta) en matrimonio, si la trae de vuelta y nos derrota en batalla con toda su tropa. – Xicalli le explica preocupada.

Es imposible que perdamos nuestros poderes, dime ¿Cuál es nuestra debilidad? – Jireh cuestiona.

La verdad, no estoy muy segura, pero según recuerdo que la debilidad ocurre, si un medallón de nosotras cae en manos equivocadas. Esto provocaría el enojo de los dioses, causando el fin de nuestra raza. Debo entregarte mi medallón Jireh, eres el más fuerte y sabrás custodiarlo a toda costa. – Xicalli se lo dice con una mirada.

Pero sin esto, perderías tus únicos poderes. – Jireh le exclama.

Se que nuestro amor termino, pero en el fondo de mí solo busco la felicidad. Si tu eres feliz, yo también lo seré. – Xicalli derrama algunas lágrimas.

Jireh observa la expresión, aceptando el medallón dorado, mientras Xicalli le da un abrazo. Segundos después Julieta reacciona un poco sentimental, entendiendo la situación.

Luego de este momento conmovedor, la tierra comienza a temblar de una manera muy extraña.

¿Qué ocurre Xicalli? – Julieta pregunta confundida.

No lose, se supone que en un par de horas comenzaríamos el ataque. – Xicalli se intriga.

¡Tranquilas!, iré a ver qué sucede más allá de la selva. – Jireh lo dice en voz alta.

Nuestro tlatoani corre por los alrededores de Teotihuacán, se topa con un artefacto militar de procedencia Inca. Es una tecnología similar a los Mayas, sin embargo, ellos tenían que cubrir el combate desde las costas del golfo.

Que extraño es encontrar este armamento. – Se dice a si mismo Jireh.

Auxilio, auxilio... – Menciona Xicalli en su última transmisión.

¿Qué pasa?, ¿Responde, por favor? – Jireh se preocupa demasiado.

De repente los cielos se nublan con grandes explosiones que se observan a lo lejos. Julieta llega desesperada a Jireh para decirle lo que está sucediendo.

Muchos de nuestros aliados nos han traicionado, los españoles consiguieron gran parte de tecnología militar. Tribus enemigas se han unido a ellos para quitarnos del camino. – Julieta muy triste se lo dice en voz baja.

Y ¿Dónde se encuentra Xicalli? – Jireh le cuestiona.

Xicalli fue atrapada por Matías, quise evitarlo, pero es demasiado fuerte. – Julieta se lo dice asustada.