Doce.

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I don't wanna waste my time unless I'm fucking you.

Jeongguk echa la cabeza hacia atrás dando un quejido de gusto. El sudor adorna su rostro ligeramente alterado por el color rojo propagado por sus mejillas, casi ocultas por su húmedo flequillo. Sus ojos se cierran por un momento, disfrutando del calor que emana de su cuerpo y de su alrededor, con cada poro de su piel bien abierto, estando casi seguro de que de buenas a primeras su alma va a abandonarle. Está en el séptimo cielo, como se suele decir. Poco después extiende sus brazos, apoyándolos en el borde del jacuzzi y se relaja del todo tras aspirar el aroma de Anna, que se encuentra a su derecha. A pesar de que el olor a cloro se ha quedado entre sus mechones, neutralizando su característica vainilla, sigue oliendo de maravilla. Así que la busca tanteando el terreno con sus dedos y con los párpados aún caídos, para acortar las distancias y sentir su espalda pegada a su torso sin necesidad de dar un aviso previo, interrumpirla en su conversación con meras palabras que, realmente, son prescindibles. Agarra su cintura con el brazo que la ha atraído, mientras que el tatuado se mantiene fuera.

—Eh, que no te la vamos a quitar—bromea Melissa en la esquina izquierda, al lado de Dani, jugueteando con el filo de su copa.

—Por supuesto que no. No sois tan tontos como para intentarlo—contesta ocultando una juguetona sonrisilla.

—¿Perdona? Yo te puedo robar a Anna si quiero—replica Isa tras dar un sorbo a su martini, alzando bien el mentón.

—Si quieres vivir en esa mentira, adelante—la incita Jeongguk sin darle ni una pizca de importancia.

—¿Cómo puedes ser tan egocéntrico?—gira el rostro en su dirección Anna.

—¿Has visto mi cara, mi cuerpo y mi personalidad? Creo que es obvio—responde fanfarrón sin abrir los ojos—. Y la palabra es realista, no egocéntrico.

—Lo que tú digas—rueda los ojos y sonríe—. Luego no llores cuando me vaya con Isa.

—El futuro son los chochos—la apoya Isa, que mira a Matt un segundo después—. No te ofendas, hombre.

—No me ofendo, pero si queréis os dejamos solas—se une a las bromas Matt, aunque sigue con esa actitud seria y seca, contraria a la que tenía la primera noche en la reunión de los chicos, que tuvo lugar en la cocina, algo que puede despistar al resto de los tentadores. Salvo a Jeongguk, que no tardó demasiado en averiguar que esa era la mejor estrategia para llegar a conseguir la atención de la pelinegra. No tuvo que ponerle demasiado esfuerzo, le bastaron unos cuantos días para comprender que Matt sabe cómo jugar sus cartas y cuáles elegir según transcurre el tiempo con la concursante.

Por el contrario, se encuentran Dani y Pedro. Esos han estado desde el primer día revoloteando alrededor de Melissa como sus lacayos que deben recordarle el poderío que posee y se contentan con las risas y los pocos minutos de coqueteo que la castaña les permite. Aunque se debe hacer una pequeña aclaración sobre ambos. Si bien no tienen una estrategia marcada, Dani parece captar su atención por encima de Pedro, a pesar de haber estado entre dos mundos: Melissa y Scarlett. En primera instancia, fue el tentador de la americana, pero con su partida, se decantó por la otra opción que le quedaba. Afortunadamente, la jugada le ha salido bien, pero tampoco es que le vaya a quitar el sueño que Pedro se adelante. Realmente, y sobre todo le ocurre nada más levantarse por la mañana, se pregunta qué hace allí además de ser como un CPU de Mario Kartz, que ahora ha subido al sexto puesto de la carrera por arrimarse a la chica.

—Y tanto que son el futuro. Los hombres son un coñazo—se queja Melissa tras una pequeña carcajada general por el comentario de Matt.

—A veces desearía que no me gustaran también—concuerda Isa con la única intención de seguir la broma y «molestar» a su tentador.

Temptations [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora