7. Favor.

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Favor.

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Rudy »


No puedo creer que mi padre me obligue a hacer cosas que no quiero, sé que su trabajo fue duro, pero todo es así en la vida y más cuando sabes que ser detective de la ley la mayor parte del tiempo juega unas malas jugadas.


No todo es de color de rosas y lo sabía perfectamente. Pero mi padre cree que soy mimada y rebelde, que busco problemas y casos en donde pueda hurgar con mi nariz, pero es todo lo contrario, las personas malas siempre se encuentran en mi camino por arte de magia, soy como un imán para ellos para llegar hasta mi padre.


Todo el tiempo la gente se cree con derecho de opinar sobre eso, sobre mi padre y su vocación.


Todos creen que me conocen, pero no saben nada de mí, excepto mi mejor amiga, la cuidad es grande pero a veces parece que me consume tanto hasta quedar aplazada y asfixiada de recuerdos y criticas absurdas.


Toda mi vida fue súper complicada. Desde que se separaron mis padres, ellos me cuidan demasiado. Como si fuera una niña pequeña débil y estúpida.


Suspiro pesadamente y camino a paso largo hacia la biblioteca para poder leer tranquilamente y quizás sacar algunas fotos.


Aquella zona tranquila y no tan poblada, me da la paz que estoy buscando en estos momentos, para calmar un poco la ansiedad que estoy sufriendo desde ayer.


¿No debería estar mejor sabiendo y buscando respuestas de porque aquel chico de pelo blanco estaba espiándonos?


La verdad que es una idea boba, como podía espiar a una persona, sin saber sus motivos o porque lo hacía.


Pero la intriga me mataba y esta segura que el escondía algo más que no puedo entender aun.


Destapo mi computadora y busco en la sección de alumnos, su nombre y apellido para quedarme más tranquila respecto a su paradero.


‹‹Rayson Mars››


Así que así era cómo te llamas chico misterioso.


Alguien me pega en el hombro haciendo que cierre bruscamente la computadora.


Al mirar al chico que tenía en frente, mis ojos se quedaron abiertos al igual que mi boca.


Era el, el que nos espía.


— No sabía que causaba ese efecto en las chicas —plasma con una sonrisa de labios cerrados.


Entrecierro los ojos en su dirección y luego miro hacia los apuntes que había sacado de mi bolso pero no había podido ojearlos por completo todavía.


— ¿Se te perdió algo o necesitas que te ayude? —pregunto intentando sonar lo más tranquila posible, porque Diablos, estaba hurgando en sus expedientes.


— Ahora que lo mencionas si necesito que hagas algo por mí — me quedo paralizada cuando escucho sus palabras, pero me obligo a mirarle a los ojos.


— ¿Un favor? — el chico asiente mientras se sienta sin permiso en la mesa en donde están mis cosas y saca un papel, en realidad una foto, donde hay dos sombras debajo de la ventana, donde Kesha y yo estábamos espiándolo. Me quedo sin palabras cuando veo que el la extiende para que la mire.


— Alguien está hurgando entre mis cosas y a decir verdad no me gustan los chismosos — me aclaro la garganta extendiéndole la foto-fotocopia que me dio.


— Lo lamento pero no te puedo ayudar. —me estaba yendo pero el agarro mi brazo bruscamente.


— Se lo que están haciendo y créeme que no soy el malo de la película — me suelto bruscamente de su agarre.


— Como dije, no puedo ayudarte. 


Me marcho con el corazón en la boca y los nervios porque sabe que lo estamos espiando, sabe de quien soy hija y que hago todo el tiempo.


Presiento que esto va a hacer un mal día. 

♦CAPTURANDO TUS SENTIDOS ♦Todo es un misterio©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora