Capítulo 7. La conocí

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— Lo que yo quiero saber es: ¿qué o quién te dio la gran idea de no comer y meterte toda la bola de porquerías que te metías? Llegaste deshidratada, con cortadas en el cuerpo y con una terrible diarrea y vómito.

UN AÑO ANTES.

Intentaba matarme de hambre más de la mitad del tiempo, sin éxito. Una vez que miraba el refrigerador, o cruzábamos cerca de la cafetería, simplemente no podía evitarlo. Me había prohibido comer grasas en la noche, porque decían que así el cuerpo no las absorbía. Igualmente intentaba tomar mucha agua, para llenar la hambruna del medio día.

Últimamente había comenzado a mascar chicle para aliviar el hambre, y engañar a mi estómago haciéndole creer que algo entraba en mi cuerpo.

Entre uno de esos tantos días desesperados por adelgazar, donde sientes que la báscula no es tu mejor amiga, conocí a Nicole.

Nicole era una chica esbelta y alta. Usaba ropa entallada y dejaba al descubierto su ombligo, el cual tenía una perforación. 

Todo el tiempo la veía fumando detrás de los arbustos del colegio, fajándose con su loco y extraño novio o simplemente molestando a alguien. Sin embargo, nadie negaba su belleza, absolutamente nadie. Yo creía que si ella quería, podía ser una modelo estrella.

El primer día que hablamos fue por una estúpida casualidad.

Yo había entrado al baño entre la clase de matemáticas y ciencia, esperando a que me diera tiempo suficiente antes de que el próximo profesor entrara en el salón.

Ella estaba poniéndose su acostumbrado labial rojo y limpiando las manchas de delineador que se quedaban debajo de sus ojos, haciendo parecer que ella tenía ojeras. Y entonces, choqué por accidente e hice que tirara su labial en el lavabo, dejándolo completamente pegado a éste.

—¿Qué no te fijas? —me dijo, molesta.

—¡Uy, perdón! —dije, más de manera despectiva que en forma de disculpa.

—Neta era mi último labial rojo. Tendrás que comprarme uno porque tengo una fiesta esta noche, ¡y no puedo ir con los labios así como los tuyos! Pareceré un zombie.

Me pregunté qué habría de malo con mis labios, y como si leyera mi mente, ella respondió mi pregunta.

—Los labios sin color se ven horribles, parecen resecos y dejan entrever rastros de comida. Sin embargo, los pintados dejan marca —ella besó el espejo, dejando la marca roja de sus labios en él— ¿lo ves, anormal?

Yo observé atentamente el espejo, y me di cuenta de que tenía razón.

—¡Pero no me mires como estúpida! Bueno, al menos me tendrás que acompañar por un lápiz labial rojo. Te veo a las 5, en el parque que está junto al Starbucks de la calle poniente.

¿Realmente quería que la acompañara?

—¿Crees que pueda acompañarte a la fiesta de esta noche?

Ella sonrió, y noté que tenía una ligera mancha de labial en el diente, pero no se lo mencioné. Al fin y al cabo, era la única chica en el mundo que no se había detenido a decirme gorda e insultarme.

—Si me compras el más caro, ¿Por qué no?

¿Quién iba a saber que mi destrucción se estaba maquilando en ese momento?

Continuará.

Tal vez sea que todos estamos destinados a matarnos indirectamente,matando pimero el alma.

Perdon por haber tardado tanto

por subir un cap. Este me lo ayudo hacer una amiga mia si la quieren seguir aqui esta sra_paynee Byee las amo y GRACIAS POR LEER

sombras de blasfemiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora