Capitulo 10

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Ambos estaban tan absortos en su propio mundo que no se percataron que en la entrada al balcón estaba cierto rubio, sintió un pinchazo en el corazón, pero no podía mover los pies, parecía que se habían vuelto uno con el suelo.

Había observado toda la escena en silencio, desde que vió a Minho tomar efusivamente del brazo a Jisung en aquel pasillo, no lo habían notado porque recién había salido del baño, los siguió en sigilo porque temía que Minho enojado escupiera palabras dañinas a aquel peliazul. Cuando escuchó a Minho soltar palabras como si fueran veneno, estuvo a punto de correr y golpearlo, pero cuando escuchó a Jisung defenderse sintió que no sería bueno intervenir.
Pero todo su cuerpo se heló al presenciar aquél inesperado impulso de su amigo hacia aquel peliazul que era el dueño de sus suspiros. Anhelaba ser Minho en ese momento, quería ser él, el que Jisung querría besar, el que Jisung quisiera amar.
Cuando por fin volvió a entrar en razón solo se dio la vuelta cabizbajo e intentó actuar lo más alegre posible frente a los demás, claramente no estaba de ánimos y lo único que quería era embriagarse hasta perder el conocimiento. Observó a lo lejos a Changbin quien estaba sacándole tema de conversación a Felix, lentamente se acercó a ellos y se recostó en la pared soltando un suspiro profundo captando la atención del mayor.

—¿Y a ti qué te pasa? –Interrogó mientras dejaba de charlar con el pelirrojo.

—Minho –Dio una calada de aire– Minho cumplió tu tonto desafío, y yo lo vi todo –Exasperó levantando la cabeza en dirección al techo. Lo que hizo escapar una pequeña risa del platinado, este ladeó la cabeza y lo analizó por unos segundos.

—Ya sabía que Minho no evitaría hacerlo, una vez más cumpliendo con el estereotipo que tenemos de él, pero, no me digas que…¿¡Estás celoso!? –Pronunció haciendo que el más alto mirara con cara de pocos amigos.

—¿Es una sorpresa para ti que me guste Han Jisung? Además, no son celos, es envidia, porque ahora más que nunca envidio a Minho.

—JAJAJA, está bien, igual nada está dado por hecho, puede que el destino depare cosas muy diferentes a lo que son ahora –Terminó de decir para después darse vuelta sobre su talón y volver a hablar con el pelirrojo, Hyunjin en cambio se encaminó hacia ese pequeño mini bar, dispuesto a tomar hasta desmayarse.

Llegó y pidió lo más fuerte que tuvieran, luego de unos minutos recibió frente a él una bebida color verde fosforescente y sonrió. “Brilla tanto como lo hace él” pensó y de un trago vacío el vaso, repitiendo lo mismo unas 7 veces más.

—¿Mal de amores? –Llamó la atención de él aquel barman con cabello genial. Hyunjin lo único que hizo fue asentir efusivamente. —Comprendo, igual si te sirve de consuelo, todos alguna vez terminarán en un bar de los corazones rotos. Ya sabes, entre iguales nos entendemos. –Continuó diciéndole con una media sonrisa.

—El amor es tan complicado ¿Porqué no simplemente el estúpido de cupido no flecha a ambas personas y nos ahorra drama? –Se quejó haciendo un puchero.

—Esa misma pregunta me hago yo –Murmuró por lo bajo Wooyoung.

—¿También estás con mal de amores? –Indagó frunciendo el ceño  en dirección al chico

—Por su puesto ¿Quién en esta fiesta no lo hace? –Dijo con ironía.

—Ellos. Ellos no lo hacen, están felices juntos –Dijo al borde de las lágrimas. —Quiero ser él, amaría tanto ser él, pero simplemente no puedo, yo no soy ni un mísero grano de azúcar comparado con Minho –Finalmente soltó las lágrimas que había contenido desde aquella escena que presenció. Wooyoung lo miró con tristeza porque se recordaba a sí mismo cuando conoció a aquel chico fornido con piel aterciopelada, que siempre vestía de prendas oscuras y le encantaba escribir canciones sobre todo, lamentó tantas veces haber caído ante los encantos de aquel platinado.

𝕷𝖔𝖛𝖊 𝖒𝖊 {𝕸𝖎𝖓𝖘𝖚𝖓𝖌}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora