Capítulo 28

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Marcaban las 15:00 de la tarde cuando había decidido terminar todo con aquel chico de cabello cobre, lo habia visto murmurar a unos de los presentes en aquel triste pasillo de hospital y por alguna razón su mirada no podía despegarse de él, lucía demasiado angelical, aunque habia dicho no podía fijarse en nadie más que no sea Lee Min Ho, el mejor amigo de su hermano. Ahí estaba, esperando en aquel parque frente al cine dónde todo habia comenzado, donde la simple atracción había cruzado la línea hasta volverse algo más.

Miró al frente y lo vió caminando hacía su dirección, con el viento moviendo las hebras cobrizas del menor, seguía siendo igual de hermoso ante sus ojos, solo que con la gran diferencia que ahora sus sentimientos habían incrementado demasiado hasta llegar a sentir amor, pero este no podría ser correspondido por lo que decidió que lo mejor era dejarlo ir.

—Sammie... –Habló el menor sonriendo levemente.

—Jeongin, toma asiento. –Habló tratando de sonar tranquilo, mientras por dentro sólo quería llorar. El menor obedeció y lo miró esperando que le hablara. —No sé como empezar a decir esto Jeongin, cuando te lo dije en la casa me volví a retractar en cuanto vi como estabas, quería protegerte, hacerte ver que puedo ser todo lo que necesites o todo lo que quieras. –Tragó saliva fuertemente, por inercia para evitar romper en llanto. —Jeongin, se que no me quieres de la misma forma en la que yo lo hago. –Miró directo a los ojos del menor. —Por eso decidí que lo mejor para mí es dejarte ir, seguiremos frecuentandonos, pero no estoy seguro de poder verte como un amigo.

—Sam, no entiendes. –Habló rápidamente el menor, que había venido entusiasmado en por fin decirle al pelinegro que lo habia logrado, estaba enamorado de él. —Quiero decirte lo que yo siento y ni siquiera me dejas hablar. –Soltó frustrado.

—No, por favor, no quiero escucharte decir que aún quieres a mi hermano. –Se levantó rápidamente. —Nos vemos Jeongin. –Terminó de decir, temía volver a escuchar esa respuesta que hacía que se sintiera menos por lo que lo mejor que se le pudo ocurrir fue huir, el pequeño corazón del pelinaranja dolió, porque pudo darse cuenta del dolor en las palabras del mayor y se sintió un idiota por no haberse puesto a pensar antes en lo que sentía cuando estaba con Sam.

—Maldito idiota, me gustas. –Susurró el menor mientras una lágrima caía de su rostro. Se habia quedado solo en el parque. Su mirada vagó hacía el cine y comenzó a llorar más, los recuerdos venían a él como si fueran meteoritos.

—Y dime Innie ¿Que te apatece ver?

—No soy bueno eligiendo películas...

—No importa, quiero ver lo que tu quieras ver.

—Me gustan las caricaturas. –Murmuró apenado el pelinaranja. A lo que el mayor rápidamente pellizca el cachete del menor.

—Deja de ser tan tierno. –Sonrió causando un raro sentimiento en el menor.

—Olvidalo, el idiota soy yo . –Trató de limpiar sus lágrimas pero fue inútil pues más lágrimas caían. Tomó su celular y buscó el número de su amigo.

—Minnie...–Habló con la voz sonando más triste de lo que pensaba.

—Innie ¿Estas bien? –Preguntó preocupado el mayor.

—¿Puedes venir a buscarme, por favor? Ya no quiero estar solo aquí. –Habló con la voz quebrada.

—¿Dónde estas? Iré ahora mismo.

—En el parque frente al cine, ya sabes, el del centro.

—Esperame ahí.

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𝕷𝖔𝖛𝖊 𝖒𝖊 {𝕸𝖎𝖓𝖘𝖚𝖓𝖌}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora