Capítulo 23

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—Hyung –Habló bajito el menor —Quiero pintar –Sonrió hacia el más alto.

—¿Porqué tan de repente Sunggie? –Indagó curioso mientras bajaba la última caja en la que sería la nueva habitación del peliazul.

—Leí un libro interesante sobre distintas técnicas de arte, quiero distraerme.

—Suena interesante, también me gustaría intentar algo nuevo –Sonrió —Ven, te quiero enseñar algo –Lo llamó.

El menor dejó de acomodar aquellos libros y lo siguió al gran pasillo, miró un poco más detalladamente el lugar y vió en las paredes cuadros repletos de fotos de un par de niños muy similares, pero diferentes a la vez.

—Me gustan las fotos colgadas –Mencionó el peliazul, asustando al rubio.

—Que vergüenza –Murmuró girando medio cuerpo para quedar frente a Jisung. —¿Nuestras fotos de bebé?

—Sí –Sonrió haciendo que sus ojos se achicaran notablemente —Se ven tiernos.

—¿Te gustaría ver mi foto favorita? –Sugirió y el más bajito aceptó rápidamente. –El rubio rápida sacó una fotografía de un estante bastante llamativo.

—Mira –Pronunció, los ojos del menor brillaron al ver aquella fotografía, ambos gemelos estaban vestidos como pequeños príncipes con la diferencia en la mirada que reflejaban. —Adivina cuál soy yo –Dijo el mayor.

Jisung miró detenidamente a ambos niños en la fotografía y sonrió al encontrar esa mirada familiar.
—Este –Señaló sonriendo.

—¿Cómo lo supiste? –Habló impresionado Hyunjin.

—La dulzura que reflejan tus ojos son inconfundibles, hyung. –La cara del mayor tomó un leve color carmesí que hizo reír al menor. —¿Quién es el timido ahora? –Se burló.

—Ahg –Soltó con frustración el mayor tratando de ocultar su cara con ambas manos. —Mejor vayamos al lugar que te dije antes. –Pronunció cuando pudo recuperar su compostura y tomó de la mano al peliazul para llevarlo por aquel enorme pasillo.

Ambos pararon frente a una enorme puerta, el rubio suspiró para nuevamente sonreír.

—Cierra los ojos. –Pidió con voz suave. El menor hizo caso y cerró los ojos dejándose guiar por el mayor. —Ya puedes abrirlos –Habló con emoción.

Los ojos del peliazul quedaron encantados por todo lo que contenía la habitación esa habitación tenía vida propia, cuadros, pinturas, pinceles, lienzos, todo, dándole vida a aquel encantador lugar.

—¿Y todo esto? –Preguntó curioso el menor.

—Años atrás Sam se enamoró profundamente de Minho, y pensó que fingiendo que tenían cosas en común a él le gustaría –Respondió un poco incómodo.

—Supongo que no funcionó –Siguió hablando el peliazul mientras observaba los cuadros.

—No, a Minho siempre le gustó Yeojun, no pudo hacer nada así que simplemente abandonó esta habitación –Susurró triste —¿Sabes? Sam parecía enamorado del arte, cuando pintaba irradiaba un brillo hermoso, y bueno, supongo que también era muy bueno en ello.

—Tienes razón, tiene mucho talento –Sonrió hacia el rubio. —Espero poder ser tan bueno como él.

—Trata de ser bueno a tu manera Hanji.

—Hmm ¿Quieres empezar?

—Claro –Sonrió el mayor

El menor tomó un pincel y se colocó frente a uno de los lienzos vacíos.

𝕷𝖔𝖛𝖊 𝖒𝖊 {𝕸𝖎𝖓𝖘𝖚𝖓𝖌}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora